: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 19

— JIMIN —

El silencio dentro del auto era insoportable.
No porque el ambiente estuviera callado, sino porque dentro de su cabeza todo gritaba.

¿De verdad fui tan idiota? ¿Fui solo parte de un plan? ¿Por qué me siento tan... usado?

Mantenía la vista clavada en la ventana, como si el reflejo de las luces en el vidrio pudiera distraerlo. No quería mirarlo. No quería escuchar su voz, aunque sabía que en cualquier momento lo haría.

—Jimin… —susurró Yoongi, con esa voz grave que antes le parecía encantadora y ahora solo le revolvía el pecho.

Jimin no contestó. Solo apretó más los labios.

—No fue como piensas —insistió Yoongi, bajando la velocidad del auto al acercarse a la calle de la casa.

No quiero escucharte. Si hablo, me rompo. Si lo escucho, voy a creerle. Y no quiero eso.

Sus emociones estaban desordenadas. Ira, decepción, tristeza, culpa... incluso una pizca de vergüenza. Porque había estado a punto de besarlo. A punto de entregarle algo más que un simple momento, y ni siquiera sabía si él lo había sentido de verdad.

El auto se detuvo frente a la casa. Jimin abrió la puerta sin mirar atrás.

—Jimin, por favor…

Pero no dijo nada. Solo bajó y cerró la puerta.

Y entonces lo escuchó también bajar.

Perspectiva de Yoongi

Lo vio alejarse con pasos furiosos. Pero no podía dejarlo así. No sin decirle. No sin explicarle. No sin… besarlo.

Dios, todavía quiero besarlo.
Sus labios… tan llenos, tan suaves. Tan cerca hace un rato. Tan lejos ahora.
Y lo único que quiero es probarlos. Solo una vez. O mil.

Corrió tras él, sin saber exactamente qué iba a decir.

—Jimin, espera… —alcanzó a sujetarle la muñeca antes de que llegara al portón—. No planeé esto así. Solo… sí, supe que cerrarían esa sala, pero no pensé que pasaría tan pronto. No pensé que se sentiría así contigo. No pensé que ibas a dormirme el corazón solo con una sonrisa.

Jimin se giró. Sus ojos estaban llenos. No de lágrimas, sino de orgullo herido.

—¿Y eso qué cambia?

—Cambia que no eras parte de un plan. Cambia que no quiero que te vayas. Que quiero… mierda, Jimin, ¡quiero besarte todavía! Aunque me odies, aunque estés enojado. Sigo con ganas de acercarme a ti, de sentir tus labios, de quedarme con esa sensación que me diste cuando estabas dormido en mi hombro.

—¿Y qué? ¿Después de eso me ibas a dejar como si nada? ¿Ibas a seguir tu vida y contarle a tus amigos que “funcionó”? ¿Que caí?

Esa palabra lo golpeó. “Caí.”

—No soy así —susurró Yoongi, de verdad dolido—. Jimin, no soy así.

Pero él ya se soltaba.

Ya entraba por la puerta de la casa.

Ya lo dejaba allí, en la vereda, con las palabras colgando entre ellos, con los labios sedientos y el corazón hecho un nudo.

Solo.
Con las manos vacías y la mente llena de lo que pudo haber sido.

Perspectiva de Jimin

Al cerrar la puerta detrás de sí, no supo si quería gritar o llorar.

—¡Maldito Min Yoongi! —murmuró, apoyando la espalda en la puerta—. ¡Maldita sea, Jimin! ¿Qué te pasa?

Se sentía… roto. Tonto. Como si le hubieran quitado la venda de los ojos de golpe. Como si esa fantasía que siempre tuvo de los artistas y la fama se hubiera desvanecido en un segundo.

Subió las escaleras sin energía. Pasó por el pasillo. Se metió a su cuarto, pero no se sentó.
No. Caminó como un fantasma por la casa, buscando algo que lo hiciera sentir en control.

Y entonces se detuvo.
El sillón del patio estaba vacío. El libro de Taehyung sobre la mesa.
¿Dónde está?

Miró la hora. Era tarde. ¿Por qué no había regresado?

Una pequeña alarma encendió en su interior.

Sin pensar, sacó el celular del bolsillo. Buscó el chat con su hermano. Tecleó rápido. No con desesperación, pero sí con ansiedad.

> “Taehyung, ¿dónde estás? Ya es tarde. Estoy muy preocupado. Por favor respóndeme.”

Y al enviarlo, no pudo evitar pensar que esta noche no solo había perdido una ilusión… sino que también necesitaba a alguien que lo hiciera sentir seguro.

Alguien como su hermano.