No entró. En vez de eso, me tomó del brazo con suavidad y me guió hacia una zona más tranquila del parque. Había un banco, casi escondido detrás de una fuente que seguía funcionando, soltando pequeños chorros de agua que parecían reír también.

Nos sentamos. Jungkook calló unos segundos, dejando que fuera yo quien hablara. Pero las palabras me costaban.

—Ese lugar me recordó algo —confesé por fin—. A alguien.

Jungkook solo asintió. No presionó, pero su atención estaba completamente en mí.

—Minho —continué, la palabra se me pegó en la lengua como si quemara—. Fue mi primer amor. Mi todo. Siempre creí que… que era suficiente para alguien. Pero al final no lo fui.

Me apoyé contra el respaldo, mirando el cielo. La brisa movía mi cabello, y Bam descansaba junto a mis pies.

—La chica con la que lo descubrí… tenía todo lo que yo no. Él me dijo que se sentía confundido, que nuestra relación no podía seguir porque era una fase, algo de lo que se avergonzaba. Como si yo… como si amar a alguien como yo fuera un error del que tenía que curarse.

Sentí un nudo en la garganta, pero no lloré. Solo lo dije. Como si al sacarlo de mi pecho, algo dentro se aflojara.

—A veces me pregunto si tengo algo malo. Si fui demasiado intenso, si le di demasiado. Si… si lo cansé.

Hubo silencio. Luego Jungkook habló, con una voz distinta. Baja, honesta, limpia.

—No hay nada malo contigo, Taehyung. Nada.

Lo miré. Y su expresión me desarmó. No había ni una pizca de juicio en sus ojos. Solo verdad.

—El problema nunca fue que amaste mucho. El problema fue que él no supo recibirlo. Hay personas que simplemente… no están a la altura del amor que se les da.

Y esa frase… esa frase se me clavó hondo.

—Tú no fuiste demasiado. Fuiste real. Fuiste tú. Y quien no sepa valorar eso… es quien pierde.

Mis ojos se humedecieron un poco, pero no por tristeza. Era alivio. Era como si alguien por fin me dijera que no tenía que cargar esa culpa.

Le sonreí, muy bajito.
—Gracias, Jungkook.

Él solo me miró con esa sonrisa chiquita que le nace cuando no sabe qué más decir, y bajó la mirada, rascando la cabeza de Bam.

—Supongo que entonces ahora sí estás listo para la montaña rusa más alta del parque, ¿eh?

Me reí.
—Definitivamente no.

Pero ya no pensaba en Minho.

Ya no dolía.

Y, por primera vez en mucho tiempo, me sentí libre.

--- JUNGKOOK ---

No sé en qué momento sucedió. En qué segundo exacto Taehyung dejó de ser un simple chico que apareció en una sala de emergencias para convertirse en esto: en alguien que podía tocar partes de mí que ni siquiera yo sabía que estaban heridas. Y sanarlas. Con su voz. Con su forma de mirar.

Después de que me hablara de Minho, me quedé viéndolo en silencio, como si intentara memorizar cada centímetro de su rostro. No lo dije, pero me daban ganas de gritarle que era hermoso incluso cuando hablaba de sus cicatrices. Sobre todo ahí. En sus grietas estaba lo que más me atraía: su verdad.

Pero como soy yo, y como soy un experto en arruinar los momentos profundos… le lancé una piedrita suave que cayó justo a su lado.

—¿Qué demonios fue eso? —preguntó, entre sorprendido y divertido.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Where stories live. Discover now