: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 13

—Gracias, por existir, Bam —dijo, acariciando su cabeza—. Me haces sentir... menos solo.

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Al regresar a la mansión , Jungkook le sirvió comida y agua a Bam, y después se dejó caer en el sofá, el perro acurrucado a sus pies. Prendió la televisión sin verla, dejándose llevar por los pensamientos que, inevitablemente, lo arrastraban siempre al mismo lugar.

A esa voz.

Esa mirada.

Ese chico.

Taehyung.

Frunció el ceño, molesto consigo mismo por dejar que una simple conversación nocturna lo afectara tanto. ¿Por qué? ¿Por qué le daban vueltas las palabras que él le había dicho? ¿Por qué recordaba su voz con tanta claridad?

—No soy gay —murmuró al vacío.

Bam levantó las orejas, curioso.

—¿Verdad que no? —le preguntó al perro, como si él tuviera las respuestas—. Solo fue una conversación... no significa nada.

Pero entonces recordó los ojos de Taehyung al mirarlo.

Recordó cómo se sintió siendo escuchado por alguien que no lo juzgaba, alguien que no esperaba nada de él.

Y eso dolía.

Porque, quizá, nunca había tenido eso. Nunca había tenido alguien que lo viera solo como Jungkook. No como el cantante. No como el producto. Solo él.

Acarició a Bam con lentitud, con una tristeza que solo él entendía.

Tal vez por eso lo quería tanto. Porque Bam lo amaba sin condiciones. Sin máscaras.

--- CON TAEHYUNG ---

La luz tenue del atardecer se filtraba por las cortinas, tiñendo el cuarto de un color ámbar melancólico. Taehyung estaba sentado junto a su escritorio, con el celular en una mano y la otra apoyada sobre la frente. La notificación aún iluminaba la pantalla. Un mensaje que no esperaba, que no quería recibir.

Minho: “¿Quién era el chico con el que saliste en las fotos? Se veían bastante cercanos.”

La pregunta flotaba como una espina en su pecho. No sabía si le dolía por Minho o por el tono de reclamo injustificado. ¿Qué derecho tenía de escribirle ahora? Después de meses de silencio, de esa ruptura tibia y cobarde que aún dolía como el primer día.

Guardó el celular en el cajón sin contestar.

El cuarto le parecía más pequeño de lo normal. El aire, más denso. Jimin estaba ocupado con sus cosas, canturreando en alguna parte de la casa, sin saber que su hermano mayor se estaba ahogando en sus propios pensamientos.

“Necesito salir.”

No lo pensó mucho. Se puso un abrigo ligero y tomó los audífonos, pero no los encendió. Salió a caminar por el vecindario. La abuela estaba en la cocina hablando por teléfono con Seujun, así que le dejó una nota antes de irse. Las calles eran tranquilas, el aire fresco ayudaba un poco a despejar su mente.

Caminó sin rumbo, dejando que sus pasos lo alejaran del peso de la tristeza. Observaba las casas, los jardines, los colores de la primavera extendiéndose por el vecindario. Todo parecía más vivo que él.

Se sentó en una banca del parque pequeño, cerca de una fuente.

“¿Por qué dolía tanto aún?”
Minho había sido su primer amor. Su primer todo. Se habían conocido en un taller de arte, rodeados de pinturas y cerámicas. Minho tenía una sonrisa encantadora y un talento que dejaba a todos boquiabiertos. Taehyung se sintió visto por primera vez… hasta que, un día, Minho dejó de mirar.