: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 09

Jungkook rió otra vez, pero justo cuando iba a decir algo más, su teléfono comenzó a vibrar. Era una llamada.

Miró el nombre en la pantalla. Suspiró.

-Tengo que contestar esto. Es mi mánager.

Taehyung asintió, sin preguntar.

Jungkook se puso de pie, caminó unos pasos hacia la entrada y contestó.

-¿Sí?... ¿Qué? ¿Ahora? Pero acabo de... Sí, entiendo... Voy en camino.

Cuando volvió hacia Taehyung, su expresión ya no era la misma. Había recuperado ese aire serio, profesional. Como si el disfraz de estrella se hubiera colocado de nuevo.

-¿Todo bien? -preguntó Taehyung, con una ligera mueca.

-Tengo que irme. Algo del contrato de la película. Me necesitan ya.

-Claro... supongo que es lo que hacen las estrellas pop -dijo Taehyung, intentando sonar indiferente.

Jungkook lo miró por un instante, como si dudara en decir algo más. Al final solo se acercó, le revolvió el cabello con suavidad y murmuró:

-Gracias por salvarme hoy, "Taehyung el paciente".

Taehyung sonrió.

-De nada, JungkoGolpeador.

Y con una sonrisa mutua -aunque disfrazada de burla-, Jungkook se marchó corriendo por la calle vacía. Taehyung se quedó allí, en medio del silencio, sintiendo cómo algo dentro de él se removía sin saber por qué.

Minutos después, caminando de regreso por las aceras de Los Ángeles, se encontró de frente con Jimin, que venía saliendo de una tienda con una bolsa de cosméticos en la mano.

-¿Dónde estabas? -preguntó Jimin.

Taehyung se encogió de hombros.

-Paseando.

Jimin frunció el ceño, sospechando. Pero no dijo nada. Solo le ofreció una de las botellas de agua que traía y comenzaron a caminar juntos como si nada.

--- EN LA NOCHE ---

La noche había caído sobre Los Ángeles, y en una habitación silenciosa, Taehyung estaba acostado boca arriba en su cama, el celular entre sus manos. No esperaba nada, pero aun así revisaba la pantalla con una leve inquietud que ni él mismo entendía. No habían pasado muchas horas desde su inesperado reencuentro con Jungkook, y sin embargo, sentía que algo dentro de él se había quedado atado a esos momentos.

La pantalla se iluminó.
Un mensaje.
Era Jungkook.

> "Soy Jungkook... El del golpe accidental, dos veces. No podía dormir sin preguntarme si aún sigues enojado. O peor, si ya me odias."

Taehyung soltó una leve risa, y su dedo empezó a teclear una respuesta cargada de sarcasmo, pero algo lo detuvo. Se quedó pensando. Algo más sincero. Más real.

> "No te odio. Pero mi cabeza sí tiene opiniones encontradas contigo."

Segundos después, otro mensaje llegó.

> "Creo que nunca conocí a alguien como tú. No me sales de la cabeza, ¿sabes? Y eso es... extraño."

Jungkook no sabía por qué había escrito eso. En cuanto envió el mensaje, quiso borrarlo.
Él. Que siempre había tenido claro lo que quería, lo que era, lo que no era. Y sin embargo, desde que conoció a Taehyung, sus pensamientos no eran suyos, no como antes.
Había algo ahí. Un nervio expuesto. Un miedo. Una confusión.
Un deseo que no sabía nombrar.

Taehyung miró el mensaje, lo releyó dos veces y suspiró. Luego fue a sus notas y buscó un texto que había escrito hacía semanas. No estaba editado, no estaba terminado, pero tenía algo. Una parte de él.

> "Te dejo esto. No lo comparto con nadie. No sé por qué lo hago contigo. Tal vez porque también me pareces... extraño."

El archivo adjunto se envió.
Jungkook lo abrió, sin saber qué esperaba. Y al leerlo, se quedó inmóvil. El texto era íntimo, dolorosamente honesto. Y lo sintió tan cerca como si fuese su propia voz la que lo narraba.
"¿Quién eres, Taehyung...?", pensó. Pero no envió nada más. No esa noche.

---

Mientras tanto, en una calle concurrida del centro, Jimin caminaba con una bolsa de hamburguesas en la mano, distraído, murmurando alguna canción de Jungkook mientras revisaba con disimulo cada rostro famoso que se cruzaba en su radar.

— Por favor, que aparezca Jungkook o al menos alguien de su círculo... aunque sea el amigo del peinado raro... ¿cómo era que se llamaba?, murmuró para sí.

Y entonces, como invocado por un deseo travieso del destino, dobló una esquina y chocó con una figura conocida:
Min Yoongi-- Quien había perdido las llaves de su auto -- .

— ¡Ah! Tú... tú eres… ¡el productor! — soltó Jimin, casi dejando caer las hamburguesas.

Yoongi lo miró con extrañeza, alzando una ceja.

— ¿Qué haces tú aquí solo?

— Yo... vine por comida. Nada ilegal, lo juro. Sólo soy un... fanático respetuoso, ya sabes.

Pero antes de que la conversación pudiera seguir, un guardia de seguridad los interrumpió, tomándole el brazo a Jimin.

— Este chico no está en la lista del local. Lo vimos intentando entrar hace rato.

Jimin palideció. Yoongi lo miró de reojo, entendiendo al instante. El chico había intentado colarse, probablemente usando su nombre.

— Sí, lo conozco — dijo Yoongi con fingida naturalidad —. Está conmigo.

— ¿Está contigo?

— Mi asistente. Nuevo. Bastante torpe, pero buen corazón.

El guardia los miró por unos segundos, y luego los dejó ir.

Ya más tranquilos, caminaban por la vereda. Jimin aún algo agitado, pero visiblemente impresionado.

— Gracias por salvarme — dijo bajito —. Aunque no soy tu asistente... solo para que lo sepas.

— Lo sé. Pero te salvaste por poco. ¿Siempre mientes así de mal?

— No miento. Solo... improviso.

Yoongi rió por primera vez esa noche, y Jimin no pudo evitar sonreír. Le gustaba esa sonrisa. Más de lo que pensaba.
Pero claro, él era fan de Jungkook. Fan leal, como siempre se decía a sí mismo.
Así que no, no podía gustarle también su amigo.

Justo entonces, Yoongi revisó su celular y murmuró:

— No puedo llamar a Jungkook. Ya sabes cómo está todo con los medios ahora mismo.

Buscó entre sus contactos y luego frunció el ceño.

— ¿No tienes número de alguien que pueda recogernos?

Jimin negó. Yoongi pensó.
Y en ese momento, recordó al muchacho del cobertizo.
— Taehyung el paciente, lo tenía guardado Jungkook.

Sacó su celular, marcó rápido a Jungkook.

— ¿Tienes el número del chico? Necesito ayuda. Estoy con su hermano.

Minutos después, el celular de Taehyung vibró.