: ~~|• DUMB MISTAKE •|~~ :

CAP 07

—Están buscando algo… o alguien.

—Adivina a quién -- Suspiro el chico.

—¡No puede ser! —murmuró Jungkook, bajando la cabeza rápidamente—. ¿Nos siguieron desde la mansión?

—Parece que sí —respondió Taehyung, alarmado, encogiéndose en el asiento.

—No puedo dejar que me vean entrando a tu casa —dijo Jungkook en pánico, mirando los retrovisores con rapidez—. Si me toman fotos contigo, armarán toda una historia. Y no me importa por mí… pero a ti podrían arruinarte la vida.

—¡No exageres!

—¡No estoy exagerando! —insistió Jungkook, ahora girándose hacia él con los ojos muy abiertos—. Por favor… déjame quedarme esta noche aquí. Solo hasta que se vayan. Prometo que no causaré problemas. Ni haré ruido.

Taehyung lo miró. Lo pensó. Una, dos, tres veces. Luego resopló.

—Está bien. Pero no entras por la puerta principal.

Jungkook lo miró, confundido.

—¿Entonces por dónde?

—Por el cobertizo. Mi abuela guarda herramientas ahí. Tiene una colchoneta vieja. Nadie te buscará en ese sitio. No es cómodo, pero es seguro.

Jungkook parpadeó. No estaba acostumbrado a que la gente no le ofreciera su mejor cuarto. Pero con Taehyung, eso no importaba. Él no quería su fama, ni su música, ni una selfie para presumir con amigos. Solo quería su paz. Y, de pronto, eso le pareció más valioso que cualquier suite de hotel.

—Acepto —dijo con una sonrisa sincera, tomando su gorra y bajándose del auto, cubriéndose el rostro.

Ambos caminaron por el costado de la casa mientras los  paparazzis seguían buscando al ídol . Rodearon el jardín y llegaron al pequeño cobertizo de madera, pintado de blanco y lleno de enredaderas en una de sus esquinas.

Taehyung abrió la puerta con una pequeña llave y encendió la luz. Un único bombillo colgaba del techo, revelando un espacio modesto pero ordenado. Había estanterías con herramientas, una bicicleta vieja, una caja con adornos navideños y en una esquina, la colchoneta que había mencionado.

—Te quedarás aquí —le indicó Taehyung, señalando una colchoneta enrollada y algunas mantas.

Jungkook observó el lugar con una ceja alzada.

—¿No hay Wi-Fi?

—Ni cama —respondió Taehyung, soltando la colchoneta—. Agradece que te dejo quedarte.— se cruzó de brazos -- No toques nada. No hagas ruido. Y si escuchas a mi abuela o a mis padres, ni respires.

Jungkook sonrió, esa sonrisa ladina con la que solía enamorar multitudes. Dio un par de pasos hacia él, cruzándose de brazos.

—¿Sabes? Normalmente las personas me ofrecen algo más cómodo. A veces una copa de vino, una playlist relajante... tú me das una colchoneta polvorienta y una advertencia de "ni respires".

Taehyung bufó.

—Te estoy escondiendo de paparazzis. No es exactamente una cita romántica.

—Pero podrías hacer que lo parezca —dijo Jungkook, bajando ligeramente la voz y acercándose un poco más.

Taehyung se tensó. Lo notó. Jungkook lo notó también, y afiló su mirada, aplicando esa que usaba en las entrevistas, las sesiones fotográficas y cuando quería robar el aliento de sus fans. Lenta, profunda, intensa. Directo a los ojos.