Yoongi alzó una ceja.

—¿En serio fingiste ser mi ayudante?

—No me dejaban pasar. Y... bueno, nadie sospecha de un chico lindo con actitud profesional.

Yoongi soltó una risa nasal.

—Tienes agallas, lo admito. Pero ahora vámonos antes de que decidan volver a comprobar credenciales.

Jimin lo siguió sin quejarse. Mientras salían por la misma puerta lateral por la que había entrado ilegalmente, no pudo evitar echar un último vistazo a la fiesta. Aunque no había logrado ver de cerca a Jungkook cantando, algo le decía que esta noche no iba a olvidarla fácilmente.

Y con Yoongi a su lado, en silencio pero firme, se sentía… seguro. Aunque no lo admitiría tan fácilmente.

--- EN OTRO LUGAR ---

E

l camino de regreso fue más tranquilo de lo que ambos habrían imaginado. No por falta de temas, sino porque por primera vez en toda la noche, el silencio entre ellos no se sentía como una guerra fría.

El trayecto hacia la casa de Taehyung había sido tranquilo… en apariencia. Porque por dentro, tanto él como Jungkook estaban luchando con pensamientos que no se atrevían a decir en voz alta.

Jungkook, por su parte, se debatía entre el alivio de estar lejos del caos y la inquietud de lo que acababa de pasar. Y Taehyung… bueno, él aún no podía creer que tenía a la estrella pop más famosa del momento conduciendo a su lado en un auto prestado por el cuñado de Jungkook, rumbo a su propia casa. Si alguien se lo contaba hace unas horas, se habría reído en su cara.

Taehyung apoyaba la cabeza contra la ventanilla del auto prestado, mirando cómo las luces de la ciudad se desvanecían mientras el coche avanzaba hacia zonas más residenciales. Jungkook conducía con una sola mano, en silencio, echando alguna que otra mirada curiosa al chico a su lado.

—¿Siempre te quedas en silencio cuando estás molesto? —preguntó Jungkook finalmente, con voz baja, como si no quisiera romper el aire frágil entre ellos.

Taehyung suspiró.

—No estoy molesto. Estoy cansado. Ha sido el peor día de mi vida... y eso que ni siquiera era mi fiesta.

Jungkook sonrió por primera vez en ese viaje. No se rió, no se burló, solo sonrió. Le gustaba que Taehyung no se esforzara en impresionarlo. Era... refrescante.

—Tú sabes que no planeé nada de esto, ¿verdad?

—Sí —respondió Taehyung sin mirarlo—. Pero todo el caos gira a tu alrededor, así que es difícil escapar de él.

Jungkook no respondió. Bajó un poco la velocidad al doblar la esquina que conducía a la casa de Taehyung , en la última calle antes de llegar, Taehyung notó algo.

—Jungkook… ¿viste eso?

—Sí —murmuró él, bajando la velocidad.

A la distancia, no muy lejos de la entrada de su calle, se veían dos autos estacionados, con personas al lado. No había flashes, pero algo en su postura era demasiado familiar: cámaras al cuello, miradas intensas, uno hablando por teléfono mientras el otro parecía ajustar el lente de una cámara de largo alcance.

—No están tomándonos fotos —aclaró Taehyung, tenso—, pero están cerca. Muy cerca.

Jungkook apretó los labios y giró en silencio, tomando otra calle para evitar pasar frente a ellos.

: ~~|•  DUMB MISTAKE •|~~ :Where stories live. Discover now