Capítulo 44

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Suspiré por milésima vez en la mañana y volví a pasar mis manos temblorosas por mi cabello, íbamos camino a la clínica para al fin saber el sexo de nuestro bebé y me sentía demasiado nervioso, Changbin y yo habíamos hablado sobre lo que nos gustaría que fuera y para mi mala suerte, ambos queríamos lo contrario. Yo soñaba con una niña y Changbin dijo que no tenía preferencias pero que le encantaría tener un niño.

Así que no sabía cual sería la reacción de ambos ¿sería un mal padre si reaccionaba triste por no tener a la niña de mis sueños? No lo sabía, pero yo si me sentiría mal si eso ocurriera. Bin me miró un segundo antes de volver a mirar la carretera y soltó una risa.

- Amor, tranquilizate, parece que vas a un juzgado y no al obstetra -

- Entiéndeme ¿bien? Estoy tan nervioso, soy nuevo en esto Changbin, no sé que hacer y que no hacer -

Un par de lágrimas se me escaparon y Changbin dejó de reír de inmediato, suspiró y se orilló para luego tomar mi rostro después de haber estacionado.

- Lix, yo también soy nuevo en esto -

-Peor aun - me quejé aun con las mejillas atrapadas en sus manos, Bin me miró mal

- Como dije, somos nuevos en esto y aprenderemos sobre la marcha, no hay manual para ser padre, corazón, pero ya veras que nos guiaremos por nuestro amor hacia nuestro bebito ¿si? -

Asentí y dejé que limpiará mi rostro, desde que estoy embarazado soy una maquina de fabricar lágrimas, lloro todo el tiempo y no sé si Changbin ya está cansado de eso, aveces la inseguridad viene a mi, como cuando el llega tarde o aveces no llega a visitarme. Ese era otro tema, Changbin no había insistido en que nos mudaramos juntos y la farsa de la boda se había quedado en el olvido cuando ambos dijimos que lo íbamos a intentar así por mientras.

Pero el miedo llegaba a mi, no sabía si el en realidad me amaba o solo estaba conmigo por la mentira y el embarazo, suspiré para despejar esos temas de mi mente y me quedé observando el edificio donde Changbin había estacionado.

Bajamos y el tomó mi mano, estaba más nervioso que cuando veníamos en el camino y el pánico comenzaba a envolverme; Changbin me dejó sentado en la silla alcochonada y él se acercó a la recepcionista, la misma que había estado ahí desde que empezamos a venir.

- En quince minutos pueden entrar - ella sonrió amable y Bin asintió agradeciéndole

- ¿Quieres algo de beber amor? Para que te distraigas - negué a su ofrecimiento, si bebía algo más explotaría

- No, quizás algun dulce -

- Está bien, ya regreso -

Y se fue camino a la pequeña cafetería que había dentro de la clínica, yo me quedé con la vista clavada en uno de los tantos cuadros que habían en aquella sala, un peso al lado de mi silla me hizo voltear cuando ya estaba distraído; miré atonito a Jeongin quien solo me regaló una sonrisa cínica.

- Vaya, pero si ya vas a explotar - rió queriendo poner su mano en mi vientre, me aparté enseguida

- ¿Que quieres? - pregunté con temor

- Uhm, no sé, quizás que saques a Jinie de la cárcel, quizás quiero venganza por arruinar nuestra imagen pública o quizás quiero recuperar lo mío - al decir eso me vio con superioridad, como si Changbin lo eligiría a él antes que a mi- Porque creo que ya lo estoy haciendo, así que no te encariñes mucho con el hombre de otro -

Hizo un gesto de lastima y dio dos palmadas en mi cabeza antes de levantarse e irse tan rápido como había llegado, yo me quedé en shock, sin poder responderle, pero es que ¿qué le diría? Yo no sabia si Bin regresaría a él si él lo pedía, no sabía si él lo había olvidado y si en verdad me amaba. Sus palabras me recordaron que Bin no había aparecido en varias noches y por la mañana estaba distante, las lágrimas inundaron mis ojos y el pánico corrió por mi pecho. Cuando estaba a punto de irme a llorar al baño, Bin apareció viéndome extrañado por estar con los ojos nublados.

- ¿Todo bien bebé? - se agachó a mi altura dejando los dulces en mis piernas

Bajé la mirada hasta sus manos, que descansaban sobre las mías y asentí despacio, ¿lo enfrentaría? Por supuesto que no, no tenía las agallas para aceptarlo si él me decía que había alguien más.

- Sí, solo, ya sabes... Nervioso - no levanté mi mirada y mentí, después de todo era bueno en eso

El sonrió y tomó mi rostro, limpió mis lágrimas y dejó un beso en mi frente, parecía ser tan sincero y ahora yo, ya no podía distinguir si eso era enserio o solo una fachada que él se había inventado.

- Señores Lewis, pueden pasar- la amable recepcionista dijo, interrumpiendo lo que sea que Changbin iba a decir

(....)

La doctora Jung, una amable mujer de mediana edad, era la que llevaba mi control desde el momento que empezamos a ir a citas, era amable y me hacia reír cuando me veía muy nervioso.

Después de las mismas preguntas de cada mes y que ya haya medido mi panza y me haya pesado, me subió a la camilla y me pidió que subiera mi camisa hasta arriba.

- Bueno Felix, hoy veremos si esté pequeño se deja ver -

-Espero que sí - sonreí pensando en mi lucecita

Aveces, cuando la nostalgia me asaltaba, imaginaba a un pequeño niño de cinco años junto a mi, tal vez emocionado por su hermanito o tal vez celoso por ya no ser el único y luego me sentía en verdad muy mal por haberlo perdido y luego me decepcionaba de mi por pensar en algo que no pudo ser y no valorar lo que estaba aconteciendo, pero era inevitable, una parte de mi sabía que eran dos bebés, no solo uno y eso me destruía por dentro.

- Bien, como pueden ver, sus pies están del tamaño perfecto, estas de aquí son sus piernas - comentó señalando algo en ese montón de líneas negras - Cabeza de tamaño normal y perfecto para su tiempo, columna vertebral en perfecto estado - sonrió tomando una foto de esa parte también, Changbin se acercó a mi lado y miramos la pantalla juntos - Ahora, él está de lado así que espero que se deje ver -

Empezó a mover el aparato por mi vientre y sentí que podía hacerme pipí ahí mismo, fue mala idea beber dos botellas de agua en el camino, ella frunció el ceño al ver que no podía encontrar lo que andaba buscando, Bin parecía nervioso y tomó mi mano como apoyo para si mismo.

- Oh, felicidades papás, una pequeña está en camino -

No escuché más nada, la felicidad me envolvió por completo y solo fui consciente que Changbin me abrazó, sonreí con lágrimas en mis ojos ¡tendría a mi bebé! La que tanto había anhelado, nada podría hacerme más feliz y todo pensamiento se fue de mi, ahora solo pensaba en mi hija. Y quizás por eso no me percaté de lo que estaba por venir.

Because that's how it wasWhere stories live. Discover now