Capítulo 10

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Llegué a casa y el silencio me recibió, no veía a Felix por ningún lado y a Jisung tampoco, las luces estaban apagadas, entré y dejé mi abrigo en el perchero, caminé despacio hasta llegar al cuarto de Jisung, el que estaba más cerca de la sala, toqué dos veces pero no recibí respuesta, sin embargo abrí la puerta para cerciorarme qué si estaba dormido.

Al abrir la puerta mi corazón dolió un poco ante la escena que estaba presenciando, Jisung estaba echo un rollito sobre las sábanas de su cama, estaba llorando en sollozos silenciosos, tapado de pies a cabeza, el movimiento de su cuerpo al sollozar era lo único que se veía.

Me acerqué a él, cerrando la puerta al pasar, me senté a su lado y destapé su cabeza, sus mechones castaños estaban revueltos y el no fue capaz de darme la cara, le acaricié su cabello a la vez que me agaché a besar su coronilla, Jisung tan solo tenia veintidós años, pero había vivido experiencias que lo hacían sentir en una edad más avanzada.

- Ya no aguanto, Bin- el lloró una vez más y me sentí impotente al no poder ayudarlo

- Lo sé, lo sé, Ji, perdón por no poder llevarme tu dolor conmigo -

El negó y se acurrucó en mi pecho, seguí acariciando su cabello a la par que tatarareaba una canción de cuna, la misma que solía cantarle cuando éramos niños y el tenía pesadillas, a pesar que ya habían pasado tantos años, el efecto era el mismo, Ji se dormía y yo me quedaba vigilando su sueño.

Cuando ya sentí su respiración tranquila y no estaba sollozando más, me levanté de la cama dejándolo con cuidado, lo arropé bien y besé su coronilla, acaricié su rostro llevándome conmigo sus lágrimas restantes.

Salí de su habitación después de cerrar con sumo cuidado, me dolía tanto ver a Jisung así, pero lamentablemente no podía hacer nada más que darle mi apoyo, aveces me culpaba por lo qué a él le había ocurrido, pero sin embargo también estaba consciente que eso no era mi culpa, era todo tan confuso.

Me encontré a Felix en la cocina, el me miró entre sorprendido y confuso, llevaba solo un pijama de seda de color beige, me acerqué a él para saludarlo, habían sido pocas las veces que habíamos hablado en el transcurso de estos días, pero el seguía evitandome, tal como lo hacía ahora, que huyó de mi  mirada nada ver mi acercamiento, sus ojos grises me evitaron, el era tan fácil de leer, su cuerpo estaba en una perfecta advertencia de no me toques, pero yo no lo iba a tocar solo quería hablar con él.

- Hola, tenía rato de no verte - le sonreí sentándome frente a la barra, del otro lado de donde él estaba

- Sí, es que ayer salí con Seungmin y volví tarde y hoy fui a visitar a mamá - contó dándome la espalda para lavar el vaso qué había usado

- Oh, entiendo, me hubieras avisado y te acompañaba -

El negó, su suave cabello negro se balanceó a los lados, el era muy atractivo, pero ahora lucía adorable, Felix no medía más de un metro sesenta, no era raro sabiendo que a pesar de ser un hombre, el era un Doncel, un hombre con la capacidad de dar a luz, no lo sabía porque el lo haya dicho, solo por todas sus características lo lograba deducir.

Era perfecto, su piel pálida, las pecas en su rostro que te hacían perderte en ellas, su cabello negro tan sedoso y suave como un algodón, sus piernas contorneadas y su estrecha cintura, perfectos ojos grises qué de te dejaban ver todo lo que el estuviera pensando, labios rosas en forma de corazón y una linda naricita de boton, era perfecto en tantas maneras pero lo que más llamaba mi atención era su carácter, tan gruñón como de costumbre pero eso me gustaba, me parecía un reto, su increíble amabilidad y su faltante sentido del humor, sin embargo había algo que no había visto y era la risa de Felix, el jamás había reído frente a mí de manera verdadera.

- No era necesario, me reuní con ella en un restaurante, solo éramos los dos - se dio vuelta y cruzó sus brazos sobre su pecho en busca de contención

- Entiendo - le sonreí y el desvío la mirada nuevamente - ¿tienes algo que hacer mañana? -

Asintió suavemente y yo ya estaba pensando en que el jodidamente no quería verme, me evitaba a toda costa, todo el tiempo.

- Solo tengo que ir a la empresa de mi padre y Chan me pidió acompañarlo al centro comercial, si quieres puedes venir con nosotros - añadió cuando miró que yo me estaba desilusionando

- Me encantaría -

El sonrió un poco y rodéo la barra, cuando estuvo frente a mi no dudé en girar para tenerlo cara a cara, Felix titubéo antes de hacerlo, pero enrroscó sus brazos por mi cuello en un abrazo, yo reaccioné poniendo los míos en su fina cintura, el cabía perfectamente en el hueco de mi pecho, sonreí sobre su cabello absorbiendo el olor de su shampoo.

- Esta bien, me iré a dormir -

- Buenas noches, Felix -

- Descansa Cristhian -

Se fue después de sonreirme al final, solo vi su silueta desaparecer por el pasillo, Felix estaba empezando a sacar un lado de mí que hace mucho había desaparecido y no sabía si eso me gustaba o asustaba, tal vez ambas cosas en partes iguales.

Because that's how it wasWhere stories live. Discover now