☆ ᴄɪᴇɴᴛᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪɴᴜᴇᴠᴇ

7.8K 791 879
                                    

Jisung, que poco a poco iba abriendo sus ojos, se encontró con la  luz del día, dándose cuenta que tenia que levantarse de la cama y eso no quería.

Tenia la idea de quedarse muchas horas allí adentro, haciendo maratón de cualquier tipo de drama y comiendo muchos dulces... aunque ahora que lo pensaba mejor, estaba seguro que Minho no querría aquello; en vez de cien dulces, le haría comer diez, por el azúcar, y eso mucho sentido, no tenia.

Largó un suspiro, debía hablar seriamente con él y decirle que eso no elevaba su hiperactividad, ni que tampoco iba a explotar por lo enano que era.

Se dio la vuelta sobre el colchón y se encontró con los ojos abiertos de Minho y una sonrisa totalmente preciosa, algo que lo contagió de alegría.

—Buenos días, bebé...

—¡Hoy se despertó conmigo!

Minho sonrió y aceptó el abrazo que Jisung quería darle, ya que este tenia sus brazos tendidos, muriéndose de alegría.

—Mi niño... —escondió su rostro en el cuello del menor, para dejar un beso en su cuello a la vez que acariciaba el cabello—. ¿Tú solo querías despertar junto a mi?

—Sip, porque hay veces en donde no está, y veces que yo me despierto mal, entonces ninguno puede disfrutar de despertarse así de juntitos. Pero hoy sí, y será el mejor desde que llegamos aquí... —que a lo último lo haya dicho en un susurro, logró que Lee se aleje un poco y lo mirase confundido.

—¿Por qué esa cara? si tienes razón

Jisung también se alejó y se sentó sobre el colchón, sintiendo la mano de Minho sobre su cintura, específicamente por debajo de la camiseta, algo que le ocasionó cosquillas, por lo que tuvo que apartarla, pero al menos las enlazó.

—Tengo miedo de decir que será un día alegre y termine siendo lo contrario. Solo quiero pasar un día tranquilo contigo y con los demás.

Minho sonrió, era una sonrisa que no sabias comprender, si expresaba ternura, porque le encantaba verlo todo despeinado, o tristeza, por lo que estaba diciendo. Se acercó y le dejó un beso en los labios.

—Guacala —se apartó de inmediato.

—¿Disculpa?

—No hay forma de catalogar su mal aliento. Lávese los dientecitos, porque sino, se le van a caer y que yo sepa, el Ratón Pérez no existe...

—¿Qué tiene que ver el ratón?

—Que no hay recompensa si se le caen, así que no tiene sentido. ¡Vaya a lavárselos! —exclamó, señalando la puerta del baño.

—Ya, ya, tú también lávatelos... luego haremos el desayuno.

Jisung asintió y salió de inmediato de la cama, ganándole lugar en el baño a Minho.

Jisung asintió y salió de inmediato de la cama, ganándole lugar en el baño a Minho

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora