━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔

☆ ᴄᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ ʏ ᴄɪɴᴄᴏ

Exhaló el humo por su boca, ya era el segundo cigarrillo que se fumaba. Ni siquiera la marihuana le hacía olvidar la imagen de sus tristes ojitos.

¿Por qué carajos se dejó influenciar por las palabras de su padre? Ahora no le quedaba más remedio que vivir con la mirada de odio de Jisung y la posibilidad de que jamás lo perdone.

Se lo merecía.

Se merecía que lo odiase con toda su alma. Que lo mirara mal y que lo insultara, hasta que lo golpeara. Mierda, como deseaba que alguien lo golpease en éste momento.

¿Cómo lo haría? ¿Cómo haría para estar lejos de él? Solo habian pasado horas desde que describió lo que sentia, ¿por qué alguien tuvo que arruinarlo?

Escuchó como la puerta se abría y se encargó de dejar escapar el humo, le importaba poco quien sea. Sin embargo, Changbin apareció, con una mirada triste que no observó por mucho tiempo.

—Felix me contó... Jisung tuvo un ataque de pánico en la enfermería. Pero está bien, es decir, no lo está, pero está más calmado que hoy a la mañana —Seo se acercó y se sentó a su lado, notando como su rostro no expresaba ni siquiera sorpresa—. ¿Qué pasó? Fue ayer, en este mismo lugar que me pedías consejos para decirle que te gusta y hoy me entero que... Lo hiciste mierda. No hay explicación para eso, pero sé que hay algo.

—Mi padre —soltó luego de unos minutos en puro silencio.

La imágen de Jisung, entregándole con emoción pero con vergüenza la tarjetita. Recordó como sus ojos se tornaban tristes y se llenaban de lágrimas, al igual que sus labios temblaban. Cada palabra que le dijo, que soltó friamente y sin cariño, le dolió, ¿pero qué debía hacer? ¿Dejar que su padre se meta con Jisung solo porque odia ver a su hijo feliz?

—Me amenazó. Cuando fuimos a la confitería, nos besamos, adentro... había cámaras y un vídeo le llegó a mi padre. ¿Entiendes que me amenazó con hacerle daño? Es mejor que yo lo lastime, antes que él ponga sus manos sobre Jisung. Créeme, duele menos.

—No... No está bien de ninguna forma. Él te quiere mucho Minho... Debiste enfocarte en eso y que te importe mierda lo que hace tu padre. Además, la madre de Jisung es una abogada muy poderosa, estoy seguro que tu padre no se acercaría ni a dos metros al saber eso. ¡Dios mio, Lee!

—No lo pensé... Solo hice lo mejor que creí... Que alejarlo de mi sería bueno y... —las lágrimas comenzaron a caer.

Changbin se sorprendió y el silencio se adueñó del departamento, aunque era interrumpido por los sollozos de Minho. El menor extendió su brazo y lo abrazó, dejando que su amigo llorara en su hombro.

—Se va a solucionar, tranquilo, ¿si? Solo tienes que ser sincero con Jisung, y no ahogarlo, deja que pase unos dias, para que él se tranquilice y tú también. Aclara tus ideas, habla con la señora Han, estoy seguro que ella entenderá todo. Y aunque no lo creas, lo hiciste para protegerlo. Todo estará bien, Lee.

Siguió llorando, no solo por la bronca que le generaba su padre, sino por la angustia de haber perdido a Jisung.

Jisung se encontraba en su cama, siendo acompañado de Felix, quien dejaba tiernas caricias en su cabello y Jeongin, quien no dejaba de contar chistes tontos para hacerlo reir, ya que según él, los chistes malos, eran los mejores.

Pero no tenía efecto. Aquellos chistes no hacían más que aturdirlo, no quería ser malo con ellos, pero quería estar solo, pero no sabía como decirselo. Aún así, los necesitaba como distracción, porque sabía que en cuanto estaría a solas, Minho inundaría su mente, y todas las crueles palabras que dijo. No quería llorar, no quería sentirse tan mal, ¿pero cómo haría para sonreir cuando su corazoncito estaba roto en mil pedazos?

Aunque, la verdadera pregunta que desarrolló una gran duda era: ¿Cuando dejó que Minho se convirtiera en una persona tan importante en su vida?

No supo cuando fue, pero hace poco descubrió que lo quería mucho, más que un hermano mayor, como suele llamarlo. ¿Acaso no era de esperar? Los amigos no se dan besitos como ellos. No tienen peleas tontas para luego arreglarlo con un beso o con un abrazo, incluso, con una buena acción como comprar un dulce o acampañarlo casa.

¿Por qué jugó así con él? ¿Por qué logró meterse tanto en su corazón, tanto que aún estaba buscando una justificación para lo que hizo? No estaba tan loco, para todo hay una razón, y no se creía eso de que lo usó solo porque sí.

Lo vió. Lo vió en sus ojos, en esos pequeños orbes color café, vió que no era una mala persona, solo que necesitaba un poco de ayuda y por eso se ofreció: ofreció su propio corazón para poder ver la bondad en Lee. Le entregó un poco de amor para saber si era lo que él necesitaba, logró sacarlo de su monotonía, pero aún se rehusaba a aceptarlo. ¿Cuánta es la idiotez que puede tener una persona?

¿Por qué destruir a la única persona que lo ayudó?

Más preguntas se insalaban en su cabeza, pero no las completaba porque temía volver a tener un ataque de pánico, inclusive uno de llanto. Pero había una que le estaba haciendo demasiado ruido desde que escuchó las palabras de Minho.

—¿So-Soy muy inmaduro?

—Claro que no, JiJi. Eres una persona estupenda, linda y muy inteligente. Estás bien así, solo tienes gustos diferentes a los demás. ¡Cualquiera que te conozca diría que eres una persona muy hermosa! Pero hay cada idiota... No te dejes llevar por lo que Minho dijo.

—Eso no es verdad... No es que sean idiotas, tienen razón... Soy inmaduro, que se viste mal y que... que... es un niño con mentalidad de diez años. Por eso nadie me quiere... ni siquiera me quieren conocer.

—¡No es verdad, Sunggie! —intervino Jeongin esta vez—. Hyunjin hyung me dijo que esta muy feliz de que alguien como tú sea mi amigo. Porque eres una excelente persona, capaz de ayudar a los demás, que comprende y que tiene mucha empatía, además de paciencia. Eso debe ser suficiente para vivir en un mundo como este, ¡No te dejes guiar por personas sin cerebro! Tú eres único, Ji y estoy seguro de que alguien te va a amar como lo mereces, todo llega a su tiempo...

Jisung abrió sus ojitos, estos dolían por todas las horas que pasó llorando, y trató de que esas sean las palabras que quedaran grabadas en su mente y no en las que Minho que dijo.

Pero él no podía podia mentir, menos mentirse a sí mismo, así que no fingiría que los dichos de sus mejores amigos logró apaciguar su llanto.

Así que volvió a cerrar sus ojitos, sintiendo comonlas lágrimas caían una vez más.

LLOROOOO