━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔

☆ ᴄɪᴇɴᴛᴏ ᴅɪᴇᴄɪsɪᴇᴛᴇ

El sol entraba por la ventana, algo desconocido para Jisung, ya que estaba acostado de un lado en que no debería darle la luz, sin embargo, cuando abrió sus ojitos, se dió cuenta de que no era su habitación, sino la de su novio, por ende, la ventana a la que estaba acostumbrado, estaba del otro lado.

Sonrió para si mismo, porque se levantó de buen humor. No se había asustado, ni puesto nervioso, u otros factores que lo hacian poner muy mal, pero eso era señal de que ya estaba conociendo otros sitios, en la cual despertar bien, como lo era el auto, porque siempre se quedaba dormido allí. La casa de sus dos mejores amigos, que se iba a quedar muy amenudo, y ahora se agregaba a la lista,  la casa de la madre de Minho. Aquella vez que despertó allí, Harim le hizo un delicioso desayuno, junto a galletitas con distintas formas, muy graciosas, sumando a que luego escuchó una pequeña conversación en la que su novio le agradecía, sin embargo, Harim respondió que era todo para hacerle sentir bien y que no se pusiera nervioso. Llegó a la conclusión de que la señora Lee sabía mucho más de él, y eso era porque Minho hablaba mucho.

No sabia cuando había comenzado a pensar en la cantidad de lugares seguros que tenia, pero ninguno se comparaba con esconderse en la curvatura del cuello de su novio, o despertarse y poder pasar sus dedos por el abdomen, le sorprendía el hecho de que podía hundir uno de los abdominales con la punta de su dedito, para que el otro resaltara.

—¿Te diviertes haciendo eso, eh? Hace minutos que estas entretenido —Jisung hizo un pequeño pico con sus labios, sorprendiéndose de la voz ronca—. ¿Buen día primero, no?

—Buenos días, hyungcito. En mi defensa, pensé que estaba dormido... ay, que mal sonó —escucho la carcajada adormecida—. Le estaba haciendo caricias mientras dormía, ¿lo desperté?

—En realidad, no, ya lo estaba —pasó su brazo por detrás de su cabeza, como si fuese una almohada, mientras que el otro, estaba perfectamente acomodado sobre el torso del menor, abrazándolo.

—Entonces, me siento menos culpable...

—¿Y eso? Si es un honor despertar con tus caricias, solo que hoy no es uno de esos días, pero mañana puede ser.

El rubio sonrió, complacido por sus palabras. Hizo un ademán, colocándose un poco mas arriba, para llegar a la altura de las clavículas y esconderse ahí. Minho visualiza un almohadón a su costado y la colocó detrás de su cabeza, para bajar el brazo y unir ambas manos en la espalda baja del menor. 

Sin embargo, cuando creyó que Jisung estaba durmiendo, también aprovechó para cerrar sus ojos y dejar que las ganas de levantarse de la cama le golpearan su cuerpo, aunque, lo único que le golpeo en forma de caricia, fue un pequeño dedito colándose por las líneas de uno de sus tatuajes, dándose cuenta que no estaba dormido como pensó.

Ladeo como pudo su cabeza y de reojo vio el ceño fruncido, sonrió y volvió a su posición de antes, cerrando sus ojos.

—¿Qué pasa?

—Nunca le pregunte que significaba. ¿Qué es, hyungcito?

El  mayor abrió sus parpados sin pereza y colocó sus orbes en el tatuaje en el que el dedo índice del ajeno estaba posicionado, y pensó: ¿deberia decir o seguir ocultando? Casi ninguno de sus tatuajes tenia un significado tan grande como aquel, podia decir que solo vio la imagen y le gustó, amando la idea de palparlo en su piel, asi como a los otros, pero pensó en la idea en que seria bueno por fin contar todo lo que ha sufrido. Jisung, inconscientemente, llevó su atención a un tatuaje que ocupaba casi todo el ancho del hombro, se trataba de un dibujo, sin color, pero supo saber que era fuego, en él había una puerta abierta, y de espaldas, yacía un pequeño niño.

—Hay que leerlo como una metáfora. El fue significa el infierno, la puerta una entrada y el niño soy yo; estoy viviendo en el infierno... —el rubio salió de su escondite y se acomodó a su lado, sentándose para prestarle atención—. Lo hice yo, básicamente, lo dibujé cuando tenia trece años, luego de una discusión demasiado fuerte con papá, para luego escuchar como peleaba con mamá. Después de darle un significado, lo atesoré como nunca había atesorado algo material, pero profundo a la vez. Luego de cumplir los dieciséis, Changbin y Hyunjin me acompañaron a hacerlo, primeramente lo queria sobre el pecho, cerca del corazón, pero me di cuenta que quedaba mejor ahí, donde está ahora.