☆ ᴄɪᴇɴᴛᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴄɪɴᴄᴏ

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La noche se acentuaba y, el cielo brilloso por las estrellas, era algo que ni Minho, ni Jisung podían ver, porque ambos estaban en la habitación. No era nada nuevo que el menor estuviese sentado a horcajadas y con su cabeza escondida en el cuello ajeno, mientras el mayor le proporcionaba tiernas caricias en su cabello o espalda.

Sin embargo, esta vez había algo distinto, y era que Jisung no dejó de llorar, ni de echarse la culpa por algo que no hizo, o, que fue obligado a hacer.

Lee prácticamente dejó de decirle que era todo lo contrario, que fue una trampa de Yunho para ver como reaccionaba. Sabia que el menor debía desahogarse, por eso ya no mencionaba ese nombre, al menos comprendió que aquel beso se dio por la fuerza que él no tenia para esquivarlo. 

Poco a poco fue calmándose y, Minho pensó que se había dormido, porque no pegó el ojo desde la madrugada, así que pensó que era lo mejor, y que mañana hablarían del tema, por ende, estaría mas tranquilo, o eso esperaba. Sin embargo, el menor salió de su escondite y lo miró, como pudo porque sus ojitos, aun contenían lágrimas.

—¡Dijo que me deje de golpear la cabecita porque hacia teatro! 

Minho limpió inmediatamente aquellas lágrimas que disparaban cual cascada, con un sentimiento demasiado fuerte de querer matar a Yunho. Sin embargo, deslizó sus manos hacia la cabeza para acariciar el cabello y con la calma que no sabia que tenia, dijo:

—No tienes por qué quedarte con las palabras que dijo. Antes, cuando me alteraba demasiado, simplemente iba al gimnasio y golpeaba el saco de boxeo; hay personas que se quedan en silencio, que hacen otra actividad para que el enojo pase, y si tú, cuando te alteras, te golpeas la cabecita, es porque lo necesitas. Necesitas liberar el miedo o enojo, y lo haces en el momento con esos golpes. A mi no me gusta que te hagas eso a ti mismo, pero no me puedo interponer en tus reacciones, y eso no es teatro. Yunho es el equivocado —Jisung tragó saliva, sintiendo como aquellas palabras llegaban a su corazón, aun asustado—. Deja de llorar, niño, porque no hiciste nada malo.

El menor se sintió tan a gusto, que su corazón explotó de amor, por ende, lo terminó abrazando con todas sus fuerzas, recibiendo lo mismo por parte de su novio.

—Lo que si tengo ganas de preguntarte... —habló el mayor, luego de unos largos minutos en los que el silencio se asomó por la habitación. El rubio volvió a separarse para mirarlo a los ojos, prestándole toda la atención—. ¿Llevabas puesto el labial de sandia? 

Jisung ladeó su cabecita y por la pregunta tan repentina que le hizo, deslizó poco a poco sus manos hasta llegar al pecho ajeno, sintiendo como este palpitaba con desespero.

—¡Hyungcito, su corazón está palpitando mucho!

—Lo sé, tienes que contestar para que se calme —y ahora había llevado su cabeza hacia otro lado, pensando seriamente qué tenia que ver si lo besó con aquel brillo labial puesto—. Jisung...

—Es que... si digo que sí, ¿qué pasa?

Minho se lamió los labios, para luego pasar una mano por su cabello y exhalar el poco aire que estuvo conteniendo.

—Nada en realidad, solo espero que no se te pegue aquel tipo, mas de lo que ya está, o, que venga a arrinconarte contra la pared para besarte solo porque tienes el brillo labial que a mi me vuelve loco. En un simple resumen, que no se vuelva adicto a algo que es mío, porque sino, sí que va tener que llamar a la policía de la golpiza que le voy a dar.

La conexión del contacto visual que ambos estuvieron estableciendo, se deshizo por el enojo de Lee, quien dejaba su vista en cualquier lado, menos en Jisung, sin embargo, cuando vio que el menor lo estaba buscando, es decir, rehacer esa conexión necesaria que los dos sentían, simplemente cedió, y vio en ellos un brillo precioso, lo que provoco que se olvide de absolutamente todo lo que estaba sintiendo, ante la idea de que Yunho haya probado los labios de su niño con aquel brillo labial.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora