☆ ᴏᴄʜᴇɴᴛᴀ ʏ sɪᴇᴛᴇ

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Minho sonrió al echar todos los chips de chocolate en la masa compacta, para luego distribuirlas con una cuchara de madera. Notó la hora, sabiendo que debían estar como treinta minutos dentro del horno, se apresuró a dejarlas en una fuente, con una forma redonda, aunque si se ponia discutirlo con Jisung, probablemente le ganaría, ya que tenía cualquier forma, menos una redonda.

Y cuando necesitaba alguna herramienta para ayudarle a dejarlas un poco mejor de lo que ya estaban, encontró unos moldes de formas, tanto de estrellas, dinosaurios, corazones, entre otras más. Suspiró y sonrió nuevamente, le serviría al menos para sacarle una sonrisa.

Una vez metidas al horno, colocó el reloj en su celular, revisando atentamente si Jisung no le dejó un mensaje o algo que le indicara que vaya a su habitación. Cuando corroboró que no, se dispuso a limpiar todo lo que ensució, no eran pocas cosas, así que aprovecharía a usar esos treinta minutos para terminar lo antes posible y así poder hacer su chocolatada.

Todo iba tan bien, él pensando en cómo diablos llegó a estas instancias, de hacer todo por aquel niño, para ver su sonrisa y no un semblante serio, pero recordó el motivo de las lágrimas de Jisung y no solo las ganas de matar a Yunho se apoderaron de él.

Necesitaba hablar con el menor, necesitaban recurrir a otros medios para alejarlo. Porque ya no era el típico "no me gusta para ti", sobrepasaba todo límite, y eso debía terminar. Tan solo quería esperar unos dias para hablar con profundidad, no solo con él, sino con la señora Han, debía saber lo que aquél "amigo" hacía, y si eso no pasaba, le estaban dando el lugar a que Yunho aparezca de nuevo, pasando un límite aún peor.

Las palabras no le bastaron. Los gritos no le bastaron, el llanto, las personas, los guardias inclusive, ¿qué haría si lo encuentra en algún lugar en donde sí esté solo?

No, no podia dejar que eso ocurra.

Ante aquel pensamiento y sin darse cuenta que tenía un vaso en su mano, lo apretó tan fuerte que el vidrio estalló, enterrándose un pedazo de vidrio en la palma de su mano. Minho largó un quejido, y soltó lo que restaba del vaso para no seguir lastimándose. Sacó una servilleta para limpiar el área y ver que no era muy profundo, así que solo fue al baño a buscar el botiquín, esperando a que Jisung no lo haya escuchado.

Abrió la caja como pudo y buscó algo para desinfectar la herida. Una vez limpia, tan solo vendó su mano, sintiendo como el ardor invadia cada parte de su cuerpo. Había olvidado como se sentia el dolor, hace mucho tiempo no sufria una herida así, y mucho menos, que haya sido un accidente.

Porque todos los golpes o cortes, tenian un contexto de pura furia y odio, hechos sin su permiso.

Sin embargo, sonrió, porque sabía que iba recibir un besito por parte de Jisung.

Volvió nuevamente hacia la cocina, y no solo limpió los restos de vidrio, sino que apagó la alarma para sacar las galletas del horno. Le costó un poco, ya que su mano dolia, pero al menos, la fuente llegó impecable hacia la mesada. Las galletas que hizo con formas, salieron tan perfectas que estaba por sacarle una foto, dispuesto a recibir un par de burlas de sus amigos, o reclamos por parte de Changbin, ya que él no hacía nada de esas cosas estando en su casa.

Pero bueno, lo ignoraría y se centraría en hacer reir a Jisung, para tratar de olvidar lo que pasó en la tarde. Faltaban veinte minutos para las cinco, así que se dispuso de hacer la chocolatada mientras probaba las galletas que, sospechosamente, estaban deliciosas.

Cuando terminó de seguir los pasos que Jisung una vez le enseñó, ya tenía listo, no solo la chocolatada, sino un café que él disfrutaría. Colocó todo en una nueva bandeja y la tomó como pudo para llevarla hacia la habitación. Una vez dentro, tan solo murió de amor, al recibir una imagen sumamente preciosa por parte del menor.

━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora