☆ ᴠᴇɪɴᴛɪᴜɴᴏ

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Empujó el cuerpo de Minho con todas sus fuerzas –por no decir pocas–, logrando que el mayor retrocediera solo dos pasos

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Empujó el cuerpo de Minho con todas sus fuerzas –por no decir pocas–, logrando que el mayor retrocediera solo dos pasos.

¿Qué haría ahora? No podia dejar de pensar en como su hyung miraba descaradamente su boca, la cual formaba un puchero. Ni tampoco en como las manos contrarias habían tomado su cintura.

No quería caer. No quería parecer un chico sumiso ante semejante personalidad malhumorada, hartante, y hasta a veces, asquerosa. No quería parecerse a la protagonista de algún drama, que al mínimo detalle que recibía, le daba como respuesta todo su amor y se conformaba solamente con ello.

No quería enamorarse de un chico que solo decia palabras crueles, y que cuando quería, lo besaba sin su permiso. ¿Quién diablos se creía?

¿Quién diablos se creía para entrar tan de repente en su corazón? Sabía que era débil y la presencia de Minho demostró qué tanto lo era.

—No vuelva a acercarse así nunca más. No juegue conmigo, hyung.

Sus mejillas ardieron, no sabía si era el enojo, la tristeza o la vergüenza. Enojo ante Minho, tristeza ante la idea de solo ser un juguete luego de todos los besos y vergüenza por decir aquello tan directamente y sin pestañear.

Lee mordió su labio inferior, queriendo reir. Quería largar una carcajada enorme y decir que solo se estaba burlando de Han, como todos lo hacen en la escuela, que él solo era uno más. Pero no lo hizo, no tenia ganas de reir, jamas tuvo ganas de hacerlo.

Solo quería sentir el sabor a sandia entrando por su boca, para saborearlo como lo hizo días atrás, en el salon vacío de clases. Lo quería especificamente de su boca y eso lo volvía loco.

Estaba desorientado. Minho estaba totalmente perdido y lo peor era que no había un laberinto.

El mayor avanzó con paso seguro y lo tomó fuertemente de la cintura, estampándolo enseguida contra la pared más cercana. Sus ojos seguros se encontraron con unos brillantes y asustados. Susurró:

—Has provocado que me encante el sabor a sandía, así que ahora hazte cargo.

El rubio no pudo contestar, puesto que los labios de Minho ya estaban sobre los suyos, besándolo lentamente, sintiendo las ligeras caricias en su cintura.

Solo para sentir el sabor a sandía.

Solo para sentir el sabor a sandía

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━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora