☆ ᴠᴇɪɴᴛɪɴᴜᴇᴠᴇ

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Jisung escuchó los pajaritos cantar y sonrió entre sueños

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Jisung escuchó los pajaritos cantar y sonrió entre sueños. Amaba escuchar su canto todas las mañanas, hasta a veces buscaba videos de ese estilo para calmar sus temblores, producto de la ansiedad. No recordaba la última vez que tuvo uno, esto es debido a las sesiones de terapia, ¡su doctora Jeongyeon era tan linda con él! Cada dos sesiones se dedicaban a pintar un libro, mientras Jisung le contaba cualquier cosa que quería soltar. Hace unas semanas que no tenía un turno programado, ya que se había ido de vacaciones con su familia a las afueras de Seúl por un mes, le sorprendió por la fecha, pero qué más da, su doctora era tan buena que se merecía esas vacaciones y muchas más.

Volviendo al tema de sus temblores o ataques de ansiedad, como había nombrado su terapeuta, hace mucho no se hacían presentes y estaba agradecido con ello, no le gustaba para nada tener miedo o la sensación de que todos son montruos, así como el lobo en Caperucita o Maléfica en la Bella Durmiente.

Su cerebro por fin despertó y pudo abrir sus ojos en grande, recordando que su hyung se había acostado con él la noche anterior, en modo de consolación por ser un total idiota (claramente no quería pensar aquello, más bien que Minho quiso abrazarlo porque por fin estaba descubriendo sus sentimientos). Aún así, sabía que la primera era la más válida.

Se dió la vuelta, para poder despertar al pelinegro y hacer el desayuno juntos o al menos cada uno por su parte para poder terminar el trabajo y así tener la tarde libre, tal vez le pediría ir al parque, hace mucho no iba... ¿pero cómo iba a pedirle, si Minho no estaba ni en su cama, ni en la que había preparado especialmente para él?

Miró el reloj, pensando en que ya era demasiado tarde y quizás esté abajo, pero las agujas marcaban las ocho de la mañana, y uniendo flechas de malhumorado con perezoso, no creía que el mayor se levantara voluntariamente tan temprano.

—¿Hyung? —su voz apenas se escuchó por estar tan adormilada.

No hubo respuestas como esperaba, así que sin ganas, se despertó y con muy poca preocupación por su aspecto, fue escaleras abajo hasta llegar a la sala para encontrarla vacía, al igual que la cocina. Revisó el sillón, donde anteriormente Minho dejó su mochila y lo vió vacío. La tristeza invadió su cuerpito al igual que el frío y sus labios formaron un pucherito.

En verdad quería ir al parque con su hyung.

Jisung terminó de acomodar su brochecito y se colocó la última estrillita que tenía y por ello tenía que comprar más

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Jisung terminó de acomodar su brochecito y se colocó la última estrillita que tenía y por ello tenía que comprar más. Sonrió al ver la pantalla de su celular y con un poco de confusión al leer el último mensaje en su grupo junto a Félix y Jeongin, quedándose pensativo ante el dicho del ultimo, "entre broma y broma, la verdad se asoma". Lo ignoró dejando el aparato sobre la isla, junto a sus cosas de la escuela y observó el reloj, el cual marcaba las cuatro y cincuenta, o sea que faltaban diez minutos para que Minho llegara... eso si es puntual.

Separó dos tazas de plástico y dejó caer dos cucharadas de chocolate en polvo para luego vertir la leche fría y llevarla al microondas cinco minutos para que esté calentita. En el tiempo de espera, se encargó de ordenar las cosas dispersas, como los libros en los que estaba pintando y los lápices que usó dentro de un pequeño tarro que iba sobre el escritorio en su habitación, solo esperaba que Minho no se burlara de nuevo, era lo único que necesitaba para que todas sus expectativas se vayan.

Sobre todo porque estaba empezando a ver algo nuevo en él, algo lindo, muy lindo.

Retiró las tazas y se dejó una, dejando la otra a poca distancia, indicando el lugar de su hyung, aunque no sabía exactamente donde se sentaría. O si llegaria porque ya eran las cinco y diez y probablemente la chocolatada que le pertenecía estaba totalmente fria. Antes de esperarlo, sentado y mirando a la puerta como desquiciado, abrió el primer libro para colorear que estaba en la pila, dejando una notoria molestia por su impuntualidad. Agregándole que no contestaba su mensaje, ¿para qué tenía celular si no contestaba? No necesitaba explicaciones, y conociéndolo, no lo daría ni aunque fueran pedidas, así que, con un sí o un no, le alcanzaba.

No debió gastar insumos para su chocolatada, se hubiera preparado una mañana, ahora el chocolate y la leche se le gastaria más rápido. Ante aquél pensamiento la punta del lápiz se quebró, logrando que saque un bufido totalmente molesto, acompañado por varias lágrimas.

—¿Por qué me hace ésto Minho hyung?

Se preguntó a sí mismo entre espasmos, dejando todos sus sentimientos expuestos, a pesar de que estuviera solo.

Se preguntó a sí mismo entre espasmos, dejando todos sus sentimientos expuestos, a pesar de que estuviera solo

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━ 𝐼𝑛𝑓𝑎𝑛𝑡𝑖𝑙 ⟩⟩ 𝑀𝑖𝑛𝑆𝑢𝑛𝑔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora