Capitulo 1

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Corea del Sur, Seúl.
Corporación Jeon.


Una pila de documentos se encontraban frente a ese castaño, suspiraba por el gran trabajo que este mes había tenido gracias a qué su jefe se había ido de vacaciones, su esposo había dado a luz así que se había tomado ese tiempo para disfrutar su paternidad.

Siguió leyendo esos documentos que siempre eran interminables, su cuello estaba caliente por tal tensión y estrés por no poder descansar en las noches. Siempre que intentaba dormir en sus pensamientos venía el recuerdo de las caricias de ese hombre tan agradable, siempre lo mantenía satisfecho en la cama y en todos los aspectos.
También había otros motivos y era la culpa de ser solo el simple amante de ese magnate, la culpa de satisfacer a ese hombre con solo un orgasmo. Siempre estaba dispuesto a dejar está relación clandestina pero al tenerlo en sus brazos negaba esa opción, necesitaba a ese hombre en su vida, ya estaba aferrado su corazón a el, aunque interminables de veces las palabras ''No te enamores de mi" estuvieron presentes, no pudo contra el sentimiento que lo hacía desbordar aquel hombre.

-¿Piensas en el?-Brinco ante la repentina voz, suspiro al mirar aquel hombre quien tomó asiento en el escritorio.- Volverá en unos días, ahora debe de cuidar y mantener feliz a su unico esposo.

-¿Tienes que decir esas tonterías?-El castaño tomó nuevamente la lectura para evitar cualquier tema sobre ello.-¿No tienes trabajo?

-Jungkook no me dejaría entablar conversación contigo sin su presencia, recuerda que aparte de ser su mejor amigo y colega, soy su mandadero.-el castaño lo miro.- Y al tener el único puesto de mejor amigo tengo la obligación de callar cuando tiene amantes.

-¿A qué te mando?- El hombre a su lado sonrió y saco un juego de llaves de la bolsa de su saco.-¿Que es eso?

-Tu nuevo departamento.-el castaño recibió las llaves.- Hoy te visitará en el, quiere que llegues antes de las diez, mañana te dará el día libre así que ya sabes que hacer.

Namjoon se levantó del escritorio y salió de la sala de espera, el castaño vio salir a ese tipo y miró las llaves, en el se encontraba un pequeño ''Racimo" de flores de metal, margaritas específicamente.

-Asi que hoy te veré Jungkook.-Sonrio y guardo las llaves en su bolso, siguió leyendo los documentos pero con un mejor humor.

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El castaño miró atentamente el inmueble de todo ese departamento, suspiro al presenciar ese magnífico y maravilloso sueño, todo era en colores pasteles, suaves y perfectos, le encantaba. Fue hacia la habitación y sonrió al ver una inmensa cama llena de pétalos blancos y rojos, adornando de una forma hermosa.

Sentado en el sillón más grande miraba inquieto la puerta, esperando a que ese hombre agradable apareciera, pero no sucedió eso, solo recibió un mensaje de parte de el.

''No podré ir, es mejor que te retires del departamento. Te hablo en unos días, mañana te tomas el día libre. Jk"

Fueron las palabras que lo hirieron muy profundo, no podía hacer más así que se retiró del lugar para poder ir a su departamento. Después de una hora llegó su mejor amigo, Hoseok. Le tomaba la mano mientras veía llorar al castaño.

-Llevas más de dos años haciendo esto mismo, ¿Cuando lo dejaras ir?- el castaño suspiro negando.- Te hace daño estar junto a el, aunque duela pero el no dejará a su esposo, ya tuvieron a su primer hijo, ¿Esperaras hasta que sean viejos?

-No puedo dejarlo.- se recargo del hombro de su amigo y suspiro.- Cometi la estupidez de enamorarme de este sueño, pero es tan  perfecto que no puedo dejarlo así.

-¿Esperas que su esposo se entere y lo deje?-El castaño negó asustado.-¿Sabes a quien eligirá?

-A su familia, yo simplemente soy alguien que lo satisface sexualmente.-Su amigo suspiro, no podía decir algo más, ya que el castaño lo sabía perfectamente. -Jamas me emara como yo a el.

-El solo ama a su esposo, a ti te usa para quitarse el estrés.-El castaño lo miro dolido.-Duele pero es cierto.

-¿Por qué permití esto?-era una pregunta tan fácil de responder, tres años llevaba trabajando para el cuando un día flaqueo y cayó en los brazos del placer.- Soy tan débil cuando es el.

-Es normal, es poderoso, guapo y sobre todo te consiente materialmente en todo.-Su amigo suspiro ante el gran dolor que le esperaba al castaño.-No importa que tanto te duela con mis palabras, no dejaras a ese hombre,¿Verdad?

-Lo siento.-Su amigo agitó su cabello y sonrió.

-¿Maratón de películas?-El castaño asintió con una leve sonrisa.

El gran ventanal de su habitación lo dejaba ver el cielo estrellado, acostado y melancólico contaba cada una de ellas, no le quedaba otro remedio que hundirse en esa gran tristeza que desbordaba al no poder tener consigo a ese hombre, tal vez era un simple capricho o una gran obsesión con el gran sentimiento en su corazón.
El ser el amante era una pregunta cuestionable sobre su capacidad de rendimiento en el sexo, siempre había algo que hacía estallar el remordimiento de que ese hombre se pudiera conseguir a uno mejor, pero aún así la pregunta que a veces no dejaba tranquilo al castaño era ¿Por qué buscará amante? ¿Que cosa no le dará su esposo? ¿Por qué busca en otro lado lo que esa persona a su lado puede darle?
Era algo que claramente no debía importarle por el gran puesto que tenía el, pero era inevitable no preguntarse ello, los empleados y compañeros de esa empresa Jeon siempre hablaban maravillas de esa gran persona que solo ocuparía su apellido de Jungkook. Su amado esposo, el cual fue seleccionado entre tantos para ocupar increíblemente ese lugar, fueron casados a la fuerza, había rumores que solo estaban por compromiso, otros que en verdad se amaban, pero solamente el castaño sabía la cruda verdad.
Jungkook fue el responsable de que ese hombre estuviera a su lado, lo amaba e hizo lo imposible para convertirlo en su esposo, no había otro rumor que complaciera la verdad, solamente había una y era esa misma que torturaba el corazón del castaño.
Amaba a un hombre que duramente dejaría al hombre que tanto le costó tener, su preciado esposo y quién le dio a probar la enorme y dulce oportunidad de ser padre.

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Naksan-gil, Jongno-gu.

Hoy era su día libre y tomo la decisión de visitar lugares pacificos y que lo llenarán de esa paz que necesitaba, a veces era reconfortante estar en plena tranquilidad pero otros momentos era una tortura inexplicable, no pedía más de lo que claramente era necesario. Siempre complacía sus necesidades, trabajaba en un lugar donde se sentía pleno en lo laboral, sus padres seguían viviendo en Bisan-dong, Daegu, lugar donde habia pasado veinte años antes de pisar suelo de Seúl, estaba agradecido por el gran apoyo de sus padres los cuales lo habían ayudado a cruzar esa barrera del crecimiento laboral.

Los visitaba dos veces por mes, inclusive una sola vez pero por falta de tiempo sus padres comprendían.

Miró atentamente aquellas personas que visitaban el lugar disfrutando la calidez de este parque, la altura dejaba ver significativamente la ciudad y desgraciadamente también ese gran edificio, el cual era uno de los más altos en Seúl. Antes de entrar a trabajar en ese lugar no se le concedió por ningún motivo ver a cara a cara al presidente de dicha empresa, tuvo que trabajar duramente para poder ganarse el puesto de secretario, no era un puesto muy bien visto para todo dicho empleado, pero para el era un puesto requerido en forma que desarrollaría más emprendimiento para conseguir uno mejor en un futuro.
Desgraciadamente se topo con el sabor ajeno, era un lazo enorme que lo mantenía atado de pies y manos, ya no podía pensar en un futuro fuera y lejos de esa empresa, todo envolvía a ese magnate hombre de negocios, el mismo Jeon Jungkook.

El Amante Del Ceo - Kookmin🌹Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt