Capítulo 26

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Puertas adentro comenzaba a desarrollarse una "pacifica" tertulia, el salón estaba plagado con los representantes más pesados de las mafias mundiales entre esos los Yakuza con la ardiente sed de sangre por la reciente muerte del primogénito del actual capo.

La tensión era palpable, y aún nadie había dicho una sola palabra del tema.

Los instrumentos de cuerdas proyectaban una cruel sonata, casi como si las melodías presagiaran un fatal resultado a lo acontecido.

La presencia de Alexey seguida de Dmitry impulsó a cerrar las puertas del hotel "Fortaleza".

Tierra de nadie, propiedad de todos.

1, 2, 3... Valentino lanzó un prolongado suspiro.

Había perdido el miedo a todo.

1, 2, 3... Con macabra sed de venganza, sonrió.

Era fuerte por su amor. 

1, 2, 3... La verdadera fiesta inició.

El italiano abrió la puerta del deportivo que se encontraba estacionado junto a los vehículos de los demás jefes.

Automáticamente todas las alarmas comenzaron a sonar, el retumbar de un par de cadenas repercutió junto al eco de los ladridos de perros con ganas de obtener un bocado de carne.

Cerró la puerta de su deportivo negro con absoluta tranquilidad para iniciar una pacífica caminata hacia la entrada principal.

Un grupo de soldados entrenados se detuvieron en un margen de 10 metros a su alrededor. Valentino detuvo su andar a la vez que encontraba de frente a los dueños de los ladridos.

El trio de husky siberianos se detuvieron de la veloz carrera a menos de 1,50 metros. Bajo inflexibles ordenes de ataque de sus adiestradores, los perros se detuvieron en seco al igual que tenían en la mira al italiano.

Su actuar era extraño...

Valentino sonrió cuando los soldados lo detuvieron mientras más de 10 puntos láser se posaban sobre su pecho y cabeza.

—No vengo a atentar. — verbalizó el De Luca con gracia.

—¡тишина и руки вверх! — (Silencio y manos en alto) vociferó un soldado.

Minuto más tarde, un sheep apareció en el campo visual de todos los presentes, del vehículo salió un hombre enfundado en un uniforme táctico con una máscara que solo evidenciaba la oscuridad de sus ojos como a todos los demás.

Los pasos fuertes se oían en la nieve hasta llegar frente al De Luca a una distancia prudente. Con la máscara aún en su sitio fue evidente la sorpresa en los ojos del soldado, lo miró de pie a cabeza con detenimiento y en completo silencio.

—Soy un invitado más... Tengo la tarjeta en el bolsillo de mi chaqueta. — comentó con humor el italiano.

Sin invitación, eras hombre muerto.

El soldado a cargo lanzó una socarrona sonrisa en el tenso silencio.

—Lamentamos este mal entendido... Capo Valentino De Luca. Vladislav, a su servicio. — se presentó el soldado bajándose su máscara demostrando una amplia sonrisa en su rostro.

Valentino lo reconoció al instante sonriendo de vuelta.

El hombre era el encargado de la seguridad de las zonas neutrales desde hace varios años, en silencio había idolatrado al italiano por sus descabelladas hazañas y de igual manera había creado lazos de respaldo con Valentino, con la diferencia que el ruso había lamentado su muerte y como a muchos la presencia viva del mismo Valentino iba a hacerlos feliz.

𝐕𝐞𝐧𝐝𝐞𝐭𝐭𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐮𝐜𝐚 (+𝟐𝟏) Libro IIWhere stories live. Discover now