Capítulo 23

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El teléfono de celular de Valentino comenzó a sonar nuevamente, miró el identificador, era un número desconocido.

Los latidos de su corazón podía sentirlos en la sien, aunque tenía una muy leve sospecha de quién podía ser.

Optó por atender.

—¿Hola?

El sonido entrecortado le dio la bienvenida del otro lado de la línea.

—Continuando la nostra eredità d'onore, ti informo che sono ancora vivo... Capo. — (Continuando con nuestro legado de honor, le informo que continuo con vida... Jefe).

—A tempo debito, amico mio. - (En hora buena, amigo mio.)

Con un gesto complacido respondió Valentino.

Era la primera llamada telefónica que realizaban después del plan de escape comandado por Valentino, se trataba de nada más y nada menos que de Maxim Petrov. Su suave risa rompió el silencio que se había propagado en línea.

—¿Cómo es que sigues con vida?

—Justo iba a informarle de ese suceso, me he hecho pasar por muerto. Hice una escena del crimen violenta, por lo tanto, he tenido que soportar golpizas cuando estaba inconsciente.

—¿La policía?

—No hay de qué preocuparse he creado alianzas con la policía a través de usted y el señor Dmitry. Toda Rusia le teme a Alexey Shevchenko.

—¿Son de fiar?

—Absolutamente... ¿Señor?

—¿Si?

—¿Ha llegado su esposa bien?

Valentino giró sobre si encontrándose a la mirada atenta de Diana.

—Mi mujer ha llegado sana y salva, Maxim. Muchas gracias.

Maxim, Maxim, Maxim... Ese nombre sin rostro retumbaba en la mente de la castaña, hasta que un momento crucial se le vino a la cabeza.

FLASHBACK

—¿Cuál es tu nombre? — cuestionó Diana.

—Maxim Petrov, señora...

FIN DEL FLASHBACK

Maxim era el hombre que le había salvado la vida.

Diana sonrió porque una llamada suya solo podía significar sólo una cosa... Aún seguía con vida.

La llamada entre los hombres había llegado a su fin. Admitiendo dolorosamente que se iban a reencontrar. Estaban en estado de emergencia lo que la tristeza golpeó nuevamente a Diana.

—Ahora te veré salir por esa puerta y no sabré cuando volverás. — susurró Diana sin mirarlo.

—Me verás salir por esa puerta mientras voy a trabajar para luego regresar a casa para volver a Italia juntos.

—¿Y si no regresas?

—Me habré ido en paz, porque te aseguro que lograré crear el mundo de paz que te mereces.

Los ojos de Diana se aguaron, sabía lo que eso significaba. Rompió las distancias abrazando su cuerpo ya vestido para emprender aquella arriesgada hazaña.

—Si no vuelves con vida... Ten por seguro que las cosas no se van a quedar así. Sin importar que el mundo se quede con 1/3 de la población, te vengaré haciendo cosas muy viles y desagradables de saber para una dama o cualquier hombre decente a la luz del sol y de la luna.

𝐕𝐞𝐧𝐝𝐞𝐭𝐭𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐮𝐜𝐚 (+𝟐𝟏) Libro IIWhere stories live. Discover now