Capítulo 9

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Andrea presionó el acelerador a fondo, llegando a una curva que tomó violentamente, como nunca el camino se hizo eterno mientras los segundos pasaban lentamente y él aún no llegaba.

La ansiedad era su única compañera en ese momento sumada a la desesperación al ver un humo negro en el aire. Valentino...

Al llegar vio que la casa era una antorcha.

Las llamas estaban en su máxima potencia, una opresión se formó en su pecho y el miedo se instaló en sus venas.

¿Qué mierda había pasado? ¿Dónde mierda estaba la gente encargada de su seguridad?

A toda velocidad fue por la puerta lateral que daba ingreso a la cocina y por la magnitud de las llamas comprendió que el fuego había iniciado allí.

Rodeo la casa encontrándose con una puerta de servicio del personal. Sumergió en la piscina una toalla doblada de la reposera y mojada la colocó sobre su espalda, iba a hacer coraje y ver si dentro estaban Diana o Valentino.

Estén como estén van a salir conmigo.

Atravesó por los pasillos observando los vestigios de la guerra que se había desencadenado, pero ningún cuerpo, cada vez las llamas se avivaban más. Entró en la habitación principal donde el fuego estaba consumiendo todo a su paso, en el centro encontró dos cuerpos.

Valentino estaba inconsciente sobre un charco de su propia sangre. Esperaba encontrarse con una masacre puesto que el fuego mayormente se lo utilizaba para borrar evidencias cuando las cosas se salían de las manos, inclusive superaba al luminol.  

Le tocó rápidamente el pulso y lo sentía muy leve, exprimió sobre él algunas gotas de agua mientras miraba a su alrededor en busca de Diana.

No había nada.

—Tenías que pesar tanto... — murmuró Andrea a la vez que colocaba en su hombro a Valentino saliendo del infierno que se había formado.

Al salir de la casa regresó a la piscina sumergiendo la toalla con el fin de bajar la temperatura del cuerpo del De Luca. Abrió su camisa descubriendo las perforaciones de las balas ejerciendo presión para detener el sangrado.

De a poco la gente comenzaba a alertarse por el otro lado de la casa.  

Se debía apresurar. O mejor dicho, Khalid debería apresurarse. Al oír la tragedia que se había desenlazado había procedido a llamar a Khalid y a su gente.

El freno de un vehículo rompió el silencio aumentado la tensión. Andrea quedó estático en su lugar haciendo el menor ruido posible, arrastró a Valentino hacia unas plantas escondiendo su presencia. Sacó su arma de la cintura, le quitó el seguro y esperó...

—¡Policía nacional, abran paso! — vociferó Khalid fuerte y claro desde el otro lado de la casa que fue escuchado hasta por Andrea.

El alma le volvió al cuerpo.

El de ojos verdes espero la aparición del policía que con un trote enérgico llegó a su encuentro.

—Necesitamos a un médico Valentino está mal herido, perdió mucha sangre. — lo anotició.

—¿Y Diana?

—No la encontré, revisé todas las habitaciones y tampoco a nuestro personal. Creo que se los llevaron... Te explicaré todo en detalles luego. 

Pasó junto a ellos un policía con la insignia de la cruz roja. Siguiendo las indicaciones de Andrea encontró a Valentino, para recibir primeros auxilios.

—¡Se está muriendo! — exclamó el médico de la policía.

—Mierda. — murmuraron al unísono Khalid y Andrea desplazando a hurtadillas de las miradas curiosas que comenzaban a acercarse.

𝐕𝐞𝐧𝐝𝐞𝐭𝐭𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐮𝐜𝐚 (+𝟐𝟏) Libro IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora