Capítulo 20

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—Valentino... Yo... Quiero el divorcio.

La castaña quedó en absoluto silencio, nuevamente. Esperando una respuesta y abriendo un nuevo espacio mental en Valentino.

—Ambos sabemos que no quieres el divorcio.

—Si quiero y es mi decisión, tienes que entenderme.

—No, tú tienes que comprender que no voy a dejarte sola. Después que hayan pasado meses incluso años tienes todo el derecho de dejarme, pero me niego a dejarte sola en estos momentos... Diana, es mejor que te hagas la idea acerca de eso.

Un llanto rompió el silencio de la habitación.

—No puedes amar a alguien sin conocer, Valentino.

—¿No conocerte? Creo que nunca en mi vida había empeñado tanta dedicación en hacer feliz a una persona que no sea yo mismo. Fácilmente puedo encontrar fracturas en tus motivos.

—¡Eres terco, maldita sea! ¡Sigues sin entender!

—¿Entender qué? ¿Qué te amo más que a nadie en el mundo? Porque eso si puedo entenderlo.

Diana gimió con frustración mientas más lágrimas empañaban sus ojos deslizándose por sus mejillas. Si él continuaba así sabía que no podría resistirse, mucho menos a su amor.

Se aferraba con las entrañas, aunque la crueldad del destino la golpee nuevamente. Había comprendido que en su vida jamás iba a ser feliz, menos con el hombre al que de verdad amaba.

—Ya no te amo... — mintió.

Valentino intentó suprimir una pequeña risa, aunque le fue inevitable.

—Eres una pésima mentirosa conmigo, il mio bambolina.

La castaña lanzó un sonoro suspiro resignado... No merecía un hombre que la ame con tal magnitud. No cuando había perdido la poca dignidad que tenía. Estaba llena de vergüenza, le habían hecho cosas horribles y él no merecía cargar con ese peso que fue ganado por su propia culpa.

Antes hubiese dado su vida por estar junto a él, hoy en día prefería protegerlo... Ya no era la misma. Incluso si todo se basaba en sexo, aborrecía su cuerpo y se avergonzaba de estar manchada.

Aunque para romper lazos con Valentino la situación ameritaba saber la verdad, o una parte de ella.

—Valentino, he perdido... He perdido a nuestro hijo. No he podido protegerlo... No fui una buena madre...

Más lágrimas comenzaron a descender por las mejillas de la mujer e inconscientemente se sumó un motivo más de muerte en el largo listado del hombre hacia todo aquel que hizo daño a su mujer y al que alguna vez fue su hijo.

Ahora conocía en carne propia el dolor que había vivido su padre.

Efectivamente de la misma manera en la que el doctor había comentado estar en duda sobre esa situación que lamentablemente su mujer había confirmado con la más dura de las noticias. Si eso lo afectaba a él como hombre, no quería imaginarse en la manera en la que ella se sentía que había cargado al fruto de su amor sin siquiera saberlo.

Les habían arrebatado un pedacito de vida que fue creado producto de su unión y amor.

Sonaba loco, pero ideas de ser un hombre de familia junto a Diana ya no lo asustaba... Recuperarla había sido la primera prueba de que ya nada podía detenerlo en el mundo... Solo la muerte.

Un clic retumbó en su cabeza recordando a su padre... Él había hecho del mundo una carnicería por su familia y él... No era diferente.

- No fue tu culpa, amore mio. - agregó Valentino. - Ninguno de los dos sabía que esto iba a pasar, recuerdo que amanecimos juntos y felices esa mañana...

𝐕𝐞𝐧𝐝𝐞𝐭𝐭𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐮𝐜𝐚 (+𝟐𝟏) Libro IIWhere stories live. Discover now