Capítulo 22 🔞

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A pesar del dolor sufrido en sus ausencias al unirse determinaron que estaban más fuertes que nunca.

Ocultos en la privacidad de la habitación Diana y Valentino compartieron interminables horas en un extenso abrazo literalmente infinito.

El De Luca no perdía tiempo admirando cada parte de su mujer, brindando cálidas y reconfortantes caricias.

—Creo que no te lo he dicho, pero te he extrañado... — murmuró en sus labios suavemente Valentino.

—Si... Muchas veces para ser exactos. — agregó Diana con sonrojo.

—No voy negar que deseo tenerte más cerca...

La suave sonrisa que colgaba de los labios de Diana se fue deshaciendo. Sabía a qué tipo de cercanía se refería.

—Pero no estás lista y ese va a ser un proceso el cuál vamos a superar juntos. Ya. Quita esa carita que tienes. — aclaró el italiano con una sonrisa.

Inesperadamente Diana rompió la distancia que separaba sus labios, provocando un ardiente beso. Al continuar en la misma posición en la cama la mujer aprovechó subiendo sobre el fornido cuerpo masculino obteniendo una nueva e insaciable satisfacción.

Un gemido fue expulsado de los labios femeninos a la vez que las pequeñas manos tomaban un concreto recorrido en toda la piel expuesta. Valentino conservaba su misma o quizás más hambre que Diana, conteniendo su apetito por el hecho de no asustarla. Con sumo autocontrol presionaba sus manos en puños a los lados de su cuerpo.

—Abrázame... — murmuraron los labios femeninos con un matiz de decepción a su acción.

Las palabras exactas para que el poco control que poseía se vaya directo por el desagüe.

Con mayor autoridad y control las manos del italiano emprendieron un posesivo viaje de no retorno, comenzaron en un sendero desde los muslos con una dirección ascendente llegando a su cintura, la toalla que anteriormente había servido de barrera se encontraba amontonada cubriendo su modestia a la vez que los pantalones de Valentino cumplía el mismo rol, aunque lo que quería contener estaba alojado entre las piernas femeninas siendo evidente de todas maneras.

Las manos femeninas deslizaron acariciando los músculos duros de su torso alcanzando al prendido de sus pantalones donde el tacto masculino lo detuvo con delicadeza.

—Voy a girar. — informó.

Con la nueva posición la olvidada toalla de Diana quedó a un costado exponiendo su cuerpo al que con cierta vergüenza cubría con sus antebrazos. Por primera vez se encontraba absolutamente expuesta... De nuevo.

La mirada de Valentino se deslizó sobre ella.

Y una sonrisa totalmente complacida se dibujaron en sus labios constatando su explicito deseo. Casi como si fuese un lobo cazando a su presa, su pecho prácticamente vibró de amor y lujuria.

Esa era la única mujer que quería a su lado.

Con destreza se posicionó entre sus piernas utilizando una de las manos para ocuparse de la prisión de sus pantalones con total maestría. Abrió el prendido mientras sus labios retomaban el contacto con la boca de Diana que minutos después siguieron su curso por su cuello, clavículas, pechos.

Su tacto la hacía sentir segura, aunque no debía de negar que varios flashbacks golpeaban su memoria y con fueza se encargó de enviarlos lejos con la ayuda inconsciente del hombre que se cernía sobre de sí.

Valentino descendió encontrándose con el lugar que tenía pensado... Sujeto los muslos femeninos colocándolos en sus hombros comenzando una muy específica labor. Quería hacer sentir bien a su mujer y tenía la completa certeza de que iba a lograrlo.

𝐕𝐞𝐧𝐝𝐞𝐭𝐭𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐮𝐜𝐚 (+𝟐𝟏) Libro IIUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum