Capítulo 19

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A penas Diana tocó el cuerpo de Valentino se desmayó sintiendo de verdad la posibilidad de regresar a su verdadera zona segura.

Con la castaña en brazos de Valentino emprendieron un viaje de regreso por un sendero escondido llegando a Moscú antes de tiempo y mucho antes que comience la cacería de Phillip.

Valentino había comprado una casa en la que utilizaban de refugio y por el momento solo la habitaban su personal que era conformado por escasos hombres perfectamente entrenados y él esperaba la ocasión de tenerla segura cerca suyo para estrenar ese lugar... Junto a Diana.  

Diana durmió en sus brazos todo el trayecto sintiendo los suaves latidos de un tranquilo corazón sin percibir en lo más mínimo la casería que se estaba librando en los engranajes mentales del dueño de aquel reconfortante calor corporal.

Valentino De Luca iba a destruir al mundo...

A sus ojos su mujer siempre era su Diosa, pero ahora quería pulverizar a todo aquel que tenga en frente.

Su mujer a lo que la recordaba había perdido peso, tenía ojeras, los labios resecos, los pies descalzos con heridas y no quería imaginarse la cantidad de golpes más que tenía debajo de su ropa.

Por dentro estaba dolido como si cada magulladura recibida hubiese sido realizada directamente en él, es que la verdad era así... El único modo de destruirlo a él era a través de ella.

Abrazó con extremo cuidado su cuerpo tratando de convencerse a sí mismo que lo estaba viviendo no era un sueño, había hasta delirado con este momento y su presencia hoy era un hecho.

El sonido de una llamada entrante lo sacó de ensimismamiento.

—¿Si?

—Valentino ¿Ya estás en tu casa? — preguntó abruptamente Dmitry.

—Andrea va al volante, en breves llegaremos.

—Diana... ¿Está contigo?

—La tengo en mis brazos en este momento... — murmuró mirando con ternura el rostro relajado de su mujer. 

—Gracias al cielo... — comentó Dmitry exhalando aire de su pecho al punto que Valentino juraba que el hombre se encontraba sonriendo al otro lado de la línea. —Bien, entonces no te molestaré a no ser que sea necesario.

—Estoy a disposición.

—Y... ¿Valentino?

—¿Si?

La felicidad previa ahora se tornaba a un gris fuerte...

—No olvides la conversación que tuvimos.

—Estoy tranquilo. — comentó contrariado mientras su mandíbula se encontraba presionada, irónicamente.

Tragó duro, sabía lo que se avecinaba.

***

Al llegar a la casa que esperaba por la presencia de ambos, Valentino llevó en sus brazos a la castaña totalmente dormida a la habitación que esperó por ella.

La dejó sobre la cama observándola cautelosamente.

Su esposa no era la misma...

Amaba a esa mujer más de lo que alguna vez se habría imaginado, al punto que le dolía el corazón.

El buen sabor de boca se le fue al ver a su esposa moviéndose violentamente en la cama hasta despertar asustada.

—Diana, bebé... Estoy aquí. — murmuró sujetándola a su pecho.

𝐕𝐞𝐧𝐝𝐞𝐭𝐭𝐚 𝐃𝐞 𝐋𝐮𝐜𝐚 (+𝟐𝟏) Libro IIWhere stories live. Discover now