Capítulo 84: Evidencia.

Start from the beginning
                                    

—Hay una bióloga marina muy importante investigando allí —comenzó a decir Rikki—. Nada especial —con una mirada de indiferencia, le restó importancia al asunto.

—Conteo de peces, cosas de ese estilo. —apoyó Lewis.

—¿Ah, sí?

—. ¡Qué linda camisa! —Exclamó Rikki de forma repentina—. ¿Es nueva? —No esperó a que Zane abriera la boca, porque respondió—. Te queda bien —entonces Rikki me miró—. ¿Tienes jugo? —y se puso de pie—.Tanto hablar me dio sed. —no esperó a que yo respondiera. Como si estuviera en su casa, Rikki caminó hacia el refrigerador, lo abrió, y comenzó a buscar en su interior, bajo nuestra atenta mirada.

Zane observó las acciones de mi rubia amiga, mientras permanecía de pie a un costado del sofá. Luego de unos segundos, dio media vuelta y caminó hasta desaparecer por la puerta, como si esa conversación jamás hubiese tomado lugar.

Eso estuvo cerca.

—No sabía que estaba aquí, ¡lo siento!

—Está bien —Emma esbozó una débil sonrisa—. Dejemos el tema hasta aquí —sentenció, poniéndose de pie—. Tal vez es como dice Lewis y no hay peligro. Ella no tiene nada sobre nosotras.

—La tengo —asintió Lewis—, y sí, así es —reiteró—. Solo está tomando muestras de agua, análisis de algas, hace recuento de peces. —enumeró.

—¿En otras palabras? —inquirí.

Lewis exhaló con alivio.

—Nada que sea un peligro para ustedes. —concluyó, con una pequeña sonrisa.

—Me gustaría estar más segura. —murmuró Cleo, luciendo afligida.

Y yo mí también.

—Confía en mí, todo estará bien. —Lewis le dedicó una sonrisa reconfortante a Cleo. Hubo un momento donde intentó tomar su mano pero supongo que era demasiado tímido como para ser todo cariñoso en nuestra presencia.

Cleo suspiró.

—Es solo que ella no me inspira confianza… es todo.

—A mí no me agrada. —comenté, sin tapujos… porque era la verdad.

Lewis se envalentonó y tomó una mano de Cleo y la envolvió en la suya. Fue un gesto tan tierno y hubo un intercambio de miradas dulce entre ellos, que tuve que apartar la mirada o vomitaría arcoíris. Se veían tan bien juntos, como dos piezas de un rompecabezas que encajaban a la perfección. Como todo lo que estaba bien.

Por eso sería muy impactante cuando ellos rompieran un mes después.

—Tiene que cuidar su reputación —dijo Lewis con sencillez, mientras se encogía de hombros. Sus dedos jugueteando con los de Cleo un segundo antes de separarse—. Y salir a cazar sirenas no la haría quedar muy bien.

Lewis tenía un buen punto allí. Denman no era estúpida (al contrario, por lo poco que sé de ella, puedo afirmar que, de hecho, es muy lista. Quizá demasiado). No iba a creer de buenas a primeras en la existencia de criaturas mitológicas solo por seguir una corazonada. A diferencia de Karl y Zane, ella nunca ha visto una sirena. Solo tenía conocimiento de la muestra y nada más. No nos tenía a nosotras.

Lewis tenía razón, siempre y cuando no tuviera con qué relacionarlo, no había peligro para nosotras. Eso, al menos, me dejaba un poco aliviada.

—Está bien.

—Supongo.

Lo mejor para nosotras era que eso permaneciera así.

Oh, solo que no lo haría. ¡Pero por supuesto que no lo haría!

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaWhere stories live. Discover now