Capítulo 73: Relato de una traición.

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-¡Se llevaban de maravilla! -Cleo respondió, con una amplia sonrisa feliz que no pude evitar corresponder a pesar de la duda que me causó.

-Es un poco curioso -comenté, tras reflexionar en aquello-. Emma y Rikki siempre están en desacuerdo y Cleo y yo siempre terminamos en el medio. -comenté, entre risas, como quien no quiere la cosa.

-No siempre estamos en desacuerdo. -replicó Emma, con un tanto de indignación en su voz.

-¿Ah, no? -inquirí, con una ceja en alto, escéptica.

Emma suspiró y le dedicó una sonrisa apenada a la señora Chatham.

-Es que somos muy...-intentó explicar, pero fue interrumpida.

-¿Diferentes? -Completó la señora Chatham, con una sonrisa comprensiva-. Lo entiendo más de lo que creen.

-A veces discutimos, es cierto -confesó Emma, con aire reflexivo-. Y aunque últimamente no hemos hecho más que discutir -por el rabillo del ojo nos dedicó a Rikki y a mí una mirada significativa y recordé que la última vez que discutimos había sido por el hecho de que Rikki y yo les ocultamos a Emma y a Cleo que Zane y Rikki estaban saliendo y antes de eso lo hicimos porque quería revelarle mi secreto a Nic y toda esa historia. No pude evitar ruborizarme porque lo que Emma decía era, bueno, cierto. Discutimos feo, feo. Incluso yo dije algunas cosas hirientes-... pero en lo que a mí respecta, no hay nada que no haría por Cleo, Kayla y Rikki.

Oh.

-Por supuesto, las cuatro somos grandes amigas, ¿cierto?

Oh, wow. Eso fue... muy lindo.

-Sí.

-Claro.

Todas intercambiamos miradas y sonreímos.

-Me siento de la misma forma -confesé, armándome de valor. Ya que estábamos siendo honestas...-. Ustedes son mis primeras amigas. -confesé repentinamente y todas me miraron, primero en blanco, como si no pudieran creer lo que acababa de decir, pero era la verdad y nada más que la verdad.

-¿Qué hay de Miriam? -Curioseó Cleo, con un tono cauteloso-. Ustedes siempre estaban juntas.

Reí y bufé, entre incrédula y divertida.

-Ella nunca fue mi amiga.

Lo cierto era que solo me uso, como usó a Tiffany, pero eso si no lo confesaría. Era demasiado patético admitir que la persona que pensabas era tu primera amiga solo te utilizó para acercarse a tu hermano.

-Su amistad se escucha tan... idílica -comenté, intentando cambiar de tema, para que las chicas no quisieran ahondar en el tema, porque me estaban mirando con curiosidad. Sin embargo, cuando miré a la señora Chatham me di cuenta que durante una milésima de segundo, me había observado de una forma que no pude comprender. Como si... no, no debería mirarme de esa forma porque lo de Miriam quedó en el pasado. Ahora tengo amigas-... ¿nunca discutían? -inquirí, antes de que ella pudiese hacer un comentario.

-Bueno, no siempre nos llevábamos bien -la señora Chatham admitió entonces, apartando la mirada. Quería escuchar más, mucho más, aparte de que se llevaban de maravilla. Por ejemplo, ¿cómo eran sus personalidades?, ¿Cuánto tiempo fueron sirenas y por qué lo dejaron?, ¿cuál era la relación exacta entre Karl y Julia?-. A veces discutíamos -¿eso a quienes me recuerda? Rikki y Emma-. A veces nos mentíamos -Bueno, ¿quién no ha mentido alguna vez?-. Hasta las mejores amigas lo hacen -la señora Chatham alzó la mirada y clavó sus ojos oscuros en Rikki o en mí, no estaba segura-. ¿Verdad? -¿ambas? -. Las tres éramos muy diferentes -su mirada se perdió en algún punto en la pared-. Julia era muy terca -la señora Chatham sonrió, con un brillo especial en sus ojos-. Igual que ustedes.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora