Capítulo 71: Amiga especial.

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«Cuando fue demasiado tuve que dejarlo».

¡Da igual! Así fuese una humana sería muy interesante conocerla pues es posible que ella comparta con nosotras su experiencia como sirena o ¿ex sirena? Quien sabe, pero ahora que la señora Chatham había abierto la caja de pandora, mi curiosidad iba en ascenso por las ganas que tenía de conocer al grupo completo ¿dónde estarán las demás?, ¿serán tan excéntricas como la señora Chatham, o serán amargadas como mi abuela? No lo sé, ¡Solo sé que ansío conocerlas!

—¿Dónde se encuentra ella ahora?

La señora Chatham se encogió de hombros y la contemplé con extrañeza. ¿No había dicho que eran mejores amigas? Porque por la forma como negó aquello, no parecía tener ni la menor idea de su paradero actual.

—Perdimos el contacto hace tanto —confesó con melancolía. No me pasó por alto que Rikki hizo una mueca extraña cuando la señora Chatham habló por lo que la miré con la interrogante escrita en mi rostro, de forma sutil, para que solo ella notase mi mirada, pero todo eso quedó en el olvido cuando la señora Chatham agregó: —. Se llamaba Julia.

Porque fue escuchar ese nombre y sentir como si cayera sobre mi cabeza un balde de agua helada.

—¿Julia? —Repetí, mientras fruncía mi ceño en profundidad. Espera, solo espera—. ¿Dijo Julia? —insistí, porque no estaba segura de haber escuchado correctamente. Bueno, sí, pero me estaba costando procesar esta información.

Karl me llamó por ese nombre la primera vez que nos conocimos y si hubiese sido solo eso no le habría dado tanta importancia, pues como Karl no volvió a llamarme de esa maner y no fue la gran cosa nunca se lo mencioné a las chicas. De hecho, no lo habría recordado de no ser porque me asustó la actitud de Karl. Pero ahora, ese nombre salía a la superficie y de boca de la señora Chatham. «Esto… rayos…» no era tonta: no podía tratarse de una coincidencia. Había una conexión.

—¿Qué ocurre?

Cleo me miró con confusión pues era la primera vez que escuchaba aquel nombre y Emma y Rikki parecían encontrarse en la misma situación que la morena, pues mostraron extrañeza ante mi reacción.

—El nombre Karl Brisley, ¿le resulta familiar? —Pensé en preguntarle a la señora Chatham, y de hecho, apenas concebí esa idea, las palabras habían abandonado mis labios.

No me perdí ningún detalle de la reacción de la señora Chatham: se tensó y la sonrisa en sus labios se fue borrando con lentitud.

—Bueno —jugó con sus dedos—, he conocido a muchas personas a lo largo de mi vida, no sabría decirles. —intentaba desviar el tema.

—El me confundió con una chica: Julia —la señora Chatham alzó la vista y me miró con rapidez, sus ojos reflejaban genuina sorpresa y tanto Emma como Cleo y Rikki abrieron los ojos como platos, por lo que me animé a hacer más clara mi pregunta—, y he pensado que tal vez se trata de la misma persona de la que usted habla —pero yo insistí—. ¿Me equivoco? —La señora Chatham me miró por un largo rato, y le sostuve la mirada mientras Emma, Cleo y Rikki, nos miraban, atentas y curiosas—. Usted lo conoce —la señora bajó la mirada al suelo y temí que se cerrara ante mis preguntas—. Por favor, el parece saber muchas cosas sobre usted y él… el…

—Es una persona problemática —confirmó la señora Chatham con calma—. Un chico estúpido. O más bien: un hombre estúpido.

—Usted...

—Lo conoce. —comentó Cleo.

—Desde hace muchos años. Tantos que perdí la cuenta —hizo una pausa y tras suspirar con resignación, nos miró—. Llegó a darnos tantos dolores de cabeza.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaWhere stories live. Discover now