Gritando una derrota

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Por varias horas, Bebe tuvo sobre su espalda a la pelinegra. Ella insistió para que la otra pudiera recargar energías para cambiar de lugar después y no perder tiempo en volver.

Seguía indicaciones y caminaba relativamente rápido. Estaba más en un trance que en el camino.

Varias fueron las veces en que un camionero las estuvo por atropellar, pero por suerte no pasó nada.

Cuándo no pudo más, fué cuando cambió lugares con la otra y volaron por los aires para encontrarse con la banda.

Habían sido horas de viaje, más de lo que tardaría ir en auto. Ambas estaban tan agotadas que viajaban a paso de tortuga.

Lograron llegar; sudadas, lastimadas, sucias y demacradas. Pero llegaron, las dos.

Era una mala noticia vean donde lo vean.

El pueblo de los mellizos, era lindo a simple vista. A Bebe le gustaba.

La casa de los hermanos también era linda. Se quedaron paradas en la puerta esperando a que les abran, era temprano en la mañana.

Esperaban que les atendieran rápido, la rubia queria tirarse en algun lugar mullido y calido para dormir horas.

...

Decidió trasnochar, habían llegado a su hogar a entradas de la madrugada.

Se quedó en el living con su laptop, esperando a los ángeles y a los que hayan sobrevivido. Hablaba con sus padres omitiendo detalles, hablando que habían recorrido varios estados, y que el lugar que había propuesto era realmente deprimente.

Hizo una carta de recomendación rápida, mostrando los pros y contras de ir a South Park para extender el negocio.

Quería recomendar otros lugares, y sobretodo trataba de convencerlos de que enserio le interesaba la empresa familiar.

No estaba solo, Chris lo acompañó en todo momento. Se sentía nostálgico. Hablaron bastante durante ese corto lapso de tiempo.

Tomaba una taza de chocolate caliente, cuando escucho un suave toque en la puerta. Fue y abrió cuando escuchó las voces femeninas susurrando.

-Wendy...y. -

-Bárbara, un gusto...¿Tweek? -

- Soy Greg, hola. Debes ser de los demonios que acompañaban a Craig... él no está contigo, ni Kenny ni... el resto. -

La voz del rubio dejo de salir con fuerza para mirar con tristeza a las mujeres, el silencio se volvió incómodo, se hizo a un lado y las dejó pasar. Les dio mantas y se sento frente a ellas, esperando a que le contaran algo.

Todos se quedaron en silencio, y no preguntó nada. No era necesario saber lo que pasó ahora, pudo haber sido demasiado traumático el perder a tus amigos en una pelea.

Se levantó y les trajo algunas cosas para que comieran y vestirse, se veían muy mal.

-Si quieren tomar una ducha, vayan al baño. No tengo ropa de mujer que no sea la de mi madre, pero son libres de tomar la ropa que quieran. Yo ire a dormir, ya no tengo razones para estar despierto -

-Gracias, que descanses. -

Se despidió de las chicas y de Chris que aún permanecía ahí. Fue a su cama... Pero llegó al cuarto de Tweek, recordaba que cuando eran niños, él dormía con su hermano cuando los fantasmas lo atormentaban más de lo que alguno de los dos pudiera soportar, y ahora él venía de adulto buscando el mismo consuelo.

Sabía que no estaba dormido, no podría, pero estaba ahí en la cama, mirando al techo.

Se acerco y reposó su cuerpo a su lado con cuidado de no despertarlo, cerrando los ojos rápidamente por el agotamiento acumulado.

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