Noche desesperante

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No podía dormir ¿Alguno podía hacerlo realmente? Se había quedado en la cocina de la casa de los curas y padres para comer algo. Le había agarrado un hambre voraz cuando se le fue un poco el efecto del alcohol.

Suspiraba resignado, pensando en las palabras de Kenny. Ese ángel tenía experiencia, no lo iba a negar, pero hablaba como si en algún momento iría corriendo a morir.

–¿Tantas ganas tienes de morir otra vez? -

Sacando todos los pensamientos del día estaba felíz, realmente. No iba a admitirlo pero extraño el pueblo, su hogar y lugar de nacimiento. Realmente esperaba morir en esas tierras.

Extrañaba a Kyle, su super mejor amigo en todo el mundo.

–Aaahg -

Se quejaba por el dolor de cabeza, el consumir alcohol como agua tenía sus represalias todos los días. Aunque las consecuencias nunca le habían importado ahora se sentía vulnerable a cualquier ataque del chamuco.

–Creo que ni el hombreosocerdo fue tan difícil de lidiar como esto...en ese entonces era un niño inconsciente del peligro. -

Pensándolo bien, ese animal mítico...¿no era también del infierno? Debería preguntarle a algún demonio para poder desechar o confirmar sospechas, pero simplemente se quedó dormido en la mesa del comedor con más tranquilidad de la que realmente sentía.

...

Cuando se fue al cuarto que compartiría con su amigo esa noche, sentía una ansiedad creciente en su pecho, estaba bastante inquieto pensando en todo lo que estaba pasando y eso que no era uno de los principales involucrados, no estaba ahí porque debía o porque no tenía opción, estaba ahí porque era lo correcto. Pensó toda la noche que harían al despertar, en la magia pura, en que podía hacer para ayudar, esto hacía que oscilará entre el sueño y la vigilia, hasta que en un punto sintió la garganta seca, tenía mucha sed, y cuando reunió las fuerzas suficientes para abandonar el colchón, fué a la cocina.

Le resultó extraño encontrar las luces prendidas, al entrar pudo ver porque, aparentemente alguien estaba dandose un gustito de media noche, por todo el estrés que habían pasado hoy no pudo evitar reír como un impulso, muy bajo para no hacer escándalo y despertarlo, le pasó por el lado y se sirvió agua, viéndolo fijamente, era un desastre igual a cuando eran niños, un desastre que quería mucho.

– Ay Stan, en qué nos metimos ahora. -

Bebió un sorbo de agua perdiéndose de nuevo en sus pensamientos, recordando todas sus aventuras y desventuras, quitando de lado todo lo bizarro, los traumas y el echo de que estuvo oficialmente muerto por un minuto y medio, fue una buena época la que pasaron juntos. Salió de su burbuja cuando se terminó el agua y le dio un par de toques a su mejor amigo en la espalda para que no reaccione de manera violenta cuando lo arrastre a la cama.

– Despierta Stan, te vas a dañar la espalda si sigues ahí y creo que tu cuerpo ya ha tenido mucho por hoy. -

Aunque después de un rato intentando despertar al pelinegro y no tener resultados, no tuvo más opción que recurrir a llevarlo a rastras al cuarto, afortunadamente el pequeño aprendiz de Stan llegó y lo ayudó con el susodicho, juntos lo llevaron a su habitación correspondiente.

...

El chico del coro, pensó en todo lo que pasaba, trataba de ayudar en algo pero siente que solo va a estorbar, incluso con Stan, sabe que se va a desahogar solo esta noche y que él intente decirle que no haga nada ridículo solo lo pondrá peor.

Todos deben desquitarse y relajarse hoy, no había sido un buen día y lo comprendía.

Se sienta en la primera hielera de asientos de madera de la iglesia, se pone a rezar ya que es lo único que puede hacer solo ahora.

–Espero que todo salga bien, los chicos están muy nerviosos pero firmes. Debe ser difícil afrontar esto y más cuando no lo eliges. -

Butters era un chico brillante, a veces se opacaba con pensamientos alejados del camino de Dios, pero Stan siempre estaba allí para él y para ayudarlo a encaminarse otra vez

Él sabía lo que era dudar de uno mismo y tener miedo del exterior, había vivido en una casa llena de abusos.

Ayudaría a todo aquel que tenga miedo como el lo tuvo alguna vez y se me brindo ayuda sin que lo juzguen.

Termina de rezar y vuelve a rondar la iglesia y se encuentra con Kyle forcejeando a Stan y va a ayudarlo entre risas nerviosas. Estaba feliz que Stan se sintiera tan cómodo en un lugar.

–Estoy agradecido con el techo que nos prestaron hoy. Se nota que son buenos amigos. -

Le sonrió de forma amigable, todas las personas relacionadas a ayudar y ligadas a la maldición les había resultado  de lo más curiosas.

–No te preocupes por ello, me complace ayudar. Y si, hemos sido amigos toda la vida, desde el preescolar. -

Le comentó con una pequeña sonrisa al jóven rubio, parecía ser un chico muy correcto y dulce que realmente se preocupaba por los demás, esperaba que no le sucediera nada malo.

...

Gregory está escondido en el confesionario, teme asustar a su hermano tratando de imponerse a ver visiones. No sabía cómo se veía

Se agacha en el asiento sentandose chiquito y estrechando sus piernas pegandolas a su pecho.

Respira fuerte y suelta todo por la boca. Lo hace varias veces antes de que abra los ojos algo frustrado. No tenía la menor idea de cómo tener visiones, esas cosas eran de lo más espontáneas y abstractas.

–...¿Y si me drogo? -

Estaba seguro que esa no era la respuesta para adentrarse en el mundo de las visiones, debía averiguarlo.

Alguna vez fue a las charlas del padre Stan pero no se le ocurría nada que lo ayudara ahora y era muy tarde como para ir a pregúntale algo tan pocas respuestas.

Estaba apenado y se siente ridículo pero tomó su celular y lo desbloqueó. Buscó por Youtube videos de meditación para principiantes y avanzados.

–Por favor alguien dígame qué no estoy haciendo esto. -

Se puso auriculares de los chiquitos cerrando los ojos mientras respiraba hondo para seguir las meditaciones guiadas.

Paso así una hora sin resultados y se rindió con ese método. No va a hacer más el ridículo de esa forma.

–Voy a descansar y a hablar de esto con el Padre Stan. -

Camina un poco por la iglesia y llega a su cuarto asignado, duerme con la ropa que traía puesta, no se molestó en cambiarse en lo más mínimo, no tenía las energías para ello.

En sus sueños su mente le juega bromas inconscientemente, le planteaba escenarios que parecían lógicos pero carecían de familiaridad al mismo tiempo.

Realmente no tuvo una buena noche.

...

Era evidente que no podía dormir para nada, el día fue totalmente alocado y no sabía que se había echo se hermano, más aunque "estaban a salvo" dentro de ese lugar estaba muy asustado como para salir de la cama, estaba viendo fotos en su celular mientras apretaba a más no poder un pequeño juguete anti estrés una y otra vez, ver fotos le brindaba calma, llenaba su mente de momentos gratificantes con su familia y amigos. Vio la hora en el teléfono, eran altas horas de la madrugada, probablemente debería descansar un poco ya que mañana sería otro día largo y cuando estaba muy cansado no podía controlar bien su visión, prefería evitar ver almas ambulantes, sobretodo ahí.

Dejó a un lado su teléfono para cerrar los ojos con pesadez y tratar de conciliar el sueño, después de unos minutos lo logró, aunque no fue del todo placentero, producto del estrés tuvo pesadillas esa noche, ¿del estrés solamente? Soñó con gente siendo arrastrada por sombras, horrorizados, todo el escenario era despiadado, despertó a la mañana siguiente sudando y con la respiración agitada, mirando un punto fijo en el techo.

– Mierda, Gah...-

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