Muñeca rebelde

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Su sueño había sido bastante reparador, aunque quería dormir un siglo entero tenía que despertar para atener asuntos en la realidad.

Caminó por el corredor oscuro, de colores sombrios y de madera de roble, con su pijama aniñado estilo vampiresa de colores rosados fuertes y volados en el pecho y parte interna de la falda.

-Bien sacos de carne podrida, espero que me escuchen bien. Necesito que atraigan a los demás al bosque, a quien sea pero necesito energía para seguir trabajando. -

Habló con un tono áspero a los presentes en la sala. Ladeó la cadera y apollo sus manos en su cadera mirando a ambos por encima.

-Los hechizos que uso requieren de mucha energía, más porque trabajo en un área grande así que muevan el culo y hagan estragos para asustar a los otros.

Ahora hablaba directamente con Tolkien y Pocket, que fueron los primeros que notó. Necesitaba desesperadamente algún té fuerte que la calme, siempre que despertaba se ponía de un muy mal humor, pero con ideas para planes malignos.

-Tengo en mente muchas ideas que quiero poner en práctica pero no tengo la energía para lograrlo. -

Nota la presencia de Damián y hace un puchero y cruza de brazos, él estaba ahí quieto, parecía que recién llegaba. Mira la hora en el reloj y parecía que había dormido un día completo.

-Vaya, siento que apenas cerré los ojos...-

Revoleaba los ojos y pestañea rápido para lucir sus largas pestañas y así lograr verse más linda. A veces esos movimientos hacían que Damian la mimara y cumpliera sus caprichos.

-Dami querido buenas noches ¿Cuándo llegaron? -

Nunca abandonaba el tono de voz brusco y firme, era parte de ella, como los tacones alfiler.

-Bueno, me da igual, de todas formas tengo trabajo para hacer y ustedes también. Muevan el orto o se los pateó. -

...

Se paseaba contento hasta llegar a la cabaña que compartía con sus amantes, durante todo el camino estuvo pensando en posiciones y juguetes, determinando cual sería el ideal para cada miembro faltante de su precioso poliamor, al abrir la puerta se cruzó con Tolkien y Pocket muy juntos, más antes de decir algo escuchó a su preciosa princesa demandar material para sus obras, la miró de arriba a abajo, se veía tan bien con esa pijama, encima ella le estaba haciendo ojitos al saludarlo, ¿Cómo podría resistir sus encantos? Amaba la forma en como utilizaba su gracia y carácter para obtener todo lo que quería, y así lo tendría.

-Hace relativamente poco, querida, ya vi tu trabajo, no esperaba menos de ti. -

Después de que la rubia mandoneara al par de chicos este también les dirigió la mirada, no era amenzante o mucho menos, estaba de buen humor, simplemente les indicaba que obedecieran, quería un tiempo a solas con la señorita.

-Ya la escucharon, vayan a conseguir lo que pide. -

En cuanto estos se fueron él se desprendió de su chaqueta, dejandola en el mueble, acercándose a Estella peligrosamente, ¿Qué podía decir? La chica recién despertada era más agresiva, le fascinaba tenerla así.

-En cuanto a ti, mi amada, yo podría darte energía y solucionar ese dolor de cabeza, pero tendrías que ganartelo. -

-Damian cara de nalga no estoy de humor para comer tu pene de azufre, no voy a darte una mamada o a hacerte una paja con los pies. -

Mira a Damian en toda esa escena sexual que se armó para terminar mirándolo con la misma cara de orto de siempre, incluso peor de lo normal.

-Damian querido, está bien que quieras desahogarte sexualmente pero hay momentos y momentos. -

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