Batalla de las bandas Wendy vs Estella

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Estaba en su puesto atenta a cualquier movimiento, pero la salida de la rubia de forma tan repentina la tomó por sorpresa y terminó siendo derribada. Cayó al suelo a pesar de ser más rápida, y al ver hacia arriba la presencia demoniaca de la mujer era prominente, sintió cortadas un una de sus alas, más esto no la inmutó. Se levantó de su lugar con una sonrisa, cerrando sus heridas contemplando que la pelea sería más bien algo física, no le importaba, su arma al ser de pura luz podía cambiar de forma, por lo que la convirtió en una ballesta de mano, y en su otra mano formó una nudillera, fijando su mirada en la rubia.

– También soy valiente de cerca, ¿Por qué no vienes y lo averiguas?.-

Se movió continuamente como si fuera una hoja en el viento, esquivando los latigazos, y ya algo próxima a Estella empezó a disparar flecha tras flecha una y otra vez, tenía que derrotar a esta mujer rápido y lo trataría de hacer aunque tuviera que romperle la cara a puño limpio.

La rubia solo miraba con detenimiento a la pelinegra, vió que las alas no fueron su punto débil y se imaginó. Cuál sería la debilidad de la luz.

No es la sombra, es la oscuridad.

La oscuridad era más grande que la luz de la vela que emitía ese ángel.

–Puedo notar que tienes buena puntería, pero no va a servir. -

Todas las flechas fueron desviadas por un campo de energía que las repelió y devolvió al ángel.

–No soy modesta, puedo decir con certeza que soy la mejor bruja del infierno. -

Hablaba con arrogancia, y alzó el látigo para volver a lanzar un golpe. Pero solo fue un amague para saltar contra su oponente.

Chocaron frentes y la miró con sus ojos rojos brillantes, demostrando su naturaleza, viendo en lo más profundo del interior de sus pensamientos.

Recuerdos, debilidades, gustos. Se metía en la esencia más arraigada de Wendy para poder manipular todo de ella.

–No quieres dejar que Kenny se sacrifique. Que dulce y patético, no puedes hacer mucho por él. Su destino está escrito en piedra. -

Sus palabras salían duras pero bajas, susurraba siseando como una serpiente venenosa, ahorcando a su presa para comérsela de un bocado.

–Los planes que se les ocurran son inútiles, Los mellizos son una batata podrida comparados a mí. Ni en un millón de años podrían asemejarse a lo que yo fuí, soy y seré. -

La debilidad del don de Estella es que no podía comprender la información, las palabras solo podía usarlas en contra una sola vez y las olvidaba, solo servía para atormentar.

Muy conveniente, pero todos los dones tenían una debilidad o un castigo.

– Voy a quebrar el espíritu libre de Ken, voy a encargarme que se olvide de lo que alguna vez haya sido. -

Sus duras palabras parecían dagas a las fibras sensibles de Wendy. Las frentes de ambas sangraban, el golpe había que dió Estella fue demasiado fuerte.

Las sombras de Tolkien eran útiles para espiar, pero eran tan fuertes como los demonios de categorías más bajas.

Pocket podría rastrear a la perfección a cualquier objetivo en cualquier universo, pero debía haber tenido contacto directo con su presa.

Estella podría manipular a cualquier ser vivo pero no podía usar la información para su beneficio.

...

Cada flecha que le fue devuelta se desvanecía antes de tocarla, la luz volvía a su interior, el látigo volvió a ser apuntado hacia ella pero en un sorpresivo movimiento sus frentes chocaron, mantuvo su mirada fija en ella y el cuerpo firme, no titubeó ni un segundo, ni siquiera ante aquellas palabras, era simplemente la serpiente del diablo tentandola.

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