Capítulo 42: Los horribles hábitos de Abigail Wolff

63 32 6
                                    

—¡Qué emocionante! —exclamó Abigail, mientras el viento soplaba con fuerza contra su rostro—

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—¡Qué emocionante! —exclamó Abigail, mientras el viento soplaba con fuerza contra su rostro—. Murieron los pobrecitos, ay, qué tiernos. Sacaron sus armas, jamás intentes hacer eso en presencia de Positano. Por favor, qué inútiles.

—Pero murieron. Ya ha muerto mucha gente esta noche. Eso no es emocionante; no entiendo por qué lo dices —respondió Charlotte, algo desconcertada por el comportamiento de Abigail.

—Por favor, humana, no soporto que seas tan bondadosa. Ellos eran unos idiotas. Ni siquiera fueron considerados con Positano; querían matarlo, eso los hace aún más malvados que yo. Por Lucifer, deja de defender a los de tu raza. Ellos son peores que nosotros —aclaró Abigail.

Charlotte trató de procesar lo que acababa de escuchar.

—Pero... ustedes también asesinan personas.

—Lo hacemos por nuestro propio beneficio, o a veces porque es divertido. En cambio, a ustedes ni siquiera les divierte, pero igualmente lo hacen. Son muy extraños —concluyó Abigail, haciendo un gesto de gran petulancia—. Bueno, en fin, siguiente parada: el anillo de matrimonio.

—¿Les divierte matar personas? —cuestionó Charlotte con prontitud, mientras la vaporosa niebla se formaba frente a sus ojos.

—Sí, es uno de mis pasatiempos favoritos —respondió Abigail, con orgullo.

—Ahhh... no puedo entender eso... —musitó Charlotte en voz baja, sin saber qué decir. Luego de una pausa, continuó—: Sé que tengo que conseguir el anillo de matrimonio, pero no quiero infiltrarme en más casas. Morirá más gente, seguirán llamando a la policía, y Positano...

—Como sea, si no quieres hacerlo, yo sí lo haré y te enseñaré mis trucos más sorprendentes. Aprenderás cómo actúa una verdadera bruja, ya verás, será fascinante —aseguró Abigail, balanceando sus alas, las cuales golpeaban parte del cabello y el mentón de Charlotte.

—Oye, me golpeas —dijo Charlotte, hasta que recordó que se trataba de Abigail Wolff—. Lo siento, es que...

—Por favor, eso no duele, solo es tela, tela barata. Compré estas alas en Target durante una temporada de Halloween —argumentó Abigail, soltando unas leves risitas—. Bueno, ya es hora, huelo a anillo... anillo de plata con pequeños diamantes.

Charlotte luchó por contener la risa al oír "compré estas alas en Target durante una temporada de Halloween". Ni siquiera eran mágicas, ni poseían ningún hechizo o efecto flotante. No obstante, refiriéndose al anillo y tratando de verse un poco seria, dijo:

—¿Es... en serio?

—Sí, en esa casa de dos pisos vive una linda y estúpida pareja de recién casados. Ellos tienen anillos de matrimonio —afirmó Abigail, con emoción.

—Pero... ¿entrarás tú sola?

—No, tú vienes conmigo, pero no tendrás que hacer nada. Solo obsérvame y aprende —aclaró Abigail, bajándose rápidamente de Positano.

Sicretum (algo oculta Salem)  Where stories live. Discover now