Capítulo 21: Millones de gotas negras

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Luego de que el cuchillo lanzado por Isak Pedersen quedó clavado en la pared, era obvio que un suceso extremadamente amenazante estaba por venir

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Luego de que el cuchillo lanzado por Isak Pedersen quedó clavado en la pared, era obvio que un suceso extremadamente amenazante estaba por venir.

—¡Red Helmets! —profirió Lauren, llamando a los guardias de seguridad, que recibían ese nombre por el color rojo de su uniforme, que parecía robótico y futurista. Estaban completamente cubiertos de pies a cabeza, con cascos metálicos que ocultaban sus rostros.

Veinte de los Red Helmets hicieron una monótona aparición coreográfica. Antes que nada, se encargaron de retener a los pobres humanos, que estaban prácticamente petrificados de miedo. Tanto, que ni un grito salió de ellos. Sus lenguas no tenían ninguna movilidad en ese momento. No obstante, la situación empeoró aún más cuando vieron dos gigantescos cocodrilos, atados a gruesas cadenas y sujetados fuertemente por dos de los Red Helmets. No eran de su color verdoso habitual. Eran rojos e incluso un poco más grandes de lo usual.

Bradley, Nick, Michael, Dan y R.J. fueron tomados de los brazos, llevados hacia atrás, mientras Lauren los observaba, preocupada, pensando en qué hacer con ellos. Al parecer, ella tenía la última palabra.

—Por Lucifer, no sé qué pensaría el señor Edland si los viera —murmuró, poniéndose la mano sobre la frente. Edland, también de apellido Polanski, era el rey supremo de la Comunidad Sicretum, amo y señor del extravagante mundo—. Creo que... solo a ellos dos —aclaró, señalando a Bradley y a Michael—, los queremos en las tablas de madera, ¿no es así? —Los brujos que permanecían sentados en el gran comedor asintieron—. Y a los demás ¡saquenlos! No quiero seguir contaminando mi vista. Aunque, tienen algo de suerte. Los enviaríamos a la cosecha, si no es porque ya están llenas las prisiones. Pero, ya saben... háganlos correr. Tal vez si son ágiles puedan sobrevivir —dijo por último, en un tono animado, y guiñó el ojo derecho.

En ese momento, todo era tan incierto como la vida y la muerte; claro que Bradley, entre todas sus fatídicas y turbadas preocupaciones, derramó varias lágrimas al darse cuenta de que no solo él y Charlotte corrían peligro. También Nick, su más preciado amigo, sería puesto a prueba de alguna misteriosa manera. ¿A qué se refería Lauren Polanski cuando le dijo a los Red Helmets que los hicieran correr? Los gigantescos cocodrilos fueron desencadenados y comenzaron a olfatear su alrededor lentamente, con una perturbadora mirada burlesca.

Antes de que las no muy amigables criaturas comenzaran su siniestra persecución, uno de los Red Helmets les advirtió:

—Corran...

Como presas indefensas, R.J, Dan y Nick comenzaron a andar a toda velocidad. Mientras la andanza macabra, al ver que los gigantescos cocodrilos iban justo detrás con un perverso aspecto monstruoso y salvaje, probablemente hambrientos de carne humana, y cada vez aumentando su ritmo, no tuvieron más opción que subirse encima de la mesa (de la manera más torpe). Al hacerlo, estropearon platos, cloches y peculiares alimentos. Los hambrientos seres malévolos aún permanecían en el suelo, aunque avanzando en su misma dirección.

Sicretum (algo oculta Salem)  Where stories live. Discover now