Capítulo 15: El protector de espíritus

140 72 54
                                    

Bradley, que aún llevaba lágrimas bajo sus ojos, pero en un estado de quietud, a punto de secarse, distinguió el auto de policía, y los sonidos de las sirenas que todavía seguían atronando en el aire y la nieve oscura

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Bradley, que aún llevaba lágrimas bajo sus ojos, pero en un estado de quietud, a punto de secarse, distinguió el auto de policía, y los sonidos de las sirenas que todavía seguían atronando en el aire y la nieve oscura. A decir verdad, en un principio no se le pasó por la cabeza, que aquello tuviese algo que ver con Charlotte, y si que menos... si que menos con su peculiar ex novia. No obstante, al acercarse un poco más, lo que alcanzó a contemplar, llevó a cabo que diera largos pasos, y que que en sus ojos se dibujaran mil tormentos repentinos.

«Esto no es posible... » pensó, en ese mismo entonces cuando llegó a la conclusión, de que la chica esposada que estaba siendo inducida en el auto era Marie Clark, y la otra chica que estaba envuelta en la gruesa manta era, ¿Charlotte?

—Oficiales, ¿qué es lo que está sucediendo? —se apresuró a preguntar, de inmediato, aún dando pasos hacia esa dirección—. Yo Soy Bradley Walker, y ella, la chica rubia es mi nov... —A gran velocidad, Marie ahogó sus palabras, mientras ya ocupaba una de las sillas traseras del vehículo.

—¡No! Por favor, ¡No quiero oírte decir eso! Regresa conmigo... ¡Te lo pido! ¡Nunca deje de amarte! ¡Me prometiste que estaríamos juntos para siempre! —vociferaba ella, entre llanto desmedido, con la expresión colorada.

Bradley rascó su cabello ansiosamente, y luego sus cejas una variedad de veces, terminando en las sienes.

—Oficiales, ya saben que ella no está bien de la cabeza, así que... —decia, muy avergonzado, mientras los oficiales, estaban a punto de soltar risitas, pero luchaban por mantener una expresión seria.

—Bueno, ya debe saber muy bien que fue lo que sucedió aquí —agregó uno de ellos. Aquel de gran estatura, y musculatura discreta—. La señorita Marie Clark, volvió a escapar de su arresto domiciliario, y al parecer, trató de agredir a esta ¿señorita...? —comentó, dirigiéndose a Charlotte, con intención de saber su nombre.

—Charlotte —afirmó, aún repleta de temblores, en la voz y en el cuerpo.

Según los acontecimientos anteriores, Marie Clark había sido arrestada hace un año, por herir brutalmente, esa vez con un filoso cuchillo, a una chica con la que Bradley estaba saliendo en ese entonces; Gisselle Auburn. Giselle era una esbelta muchacha francesa, que quedó lo suficientemente traumada con tal suceso. Tanto, que desde ese día, él nunca volvió a saber de ella. Era en serio. (Nadie quisiera tener como pareja a un chico que tuviese una ex novia psicópata, en todo el sentido de la palabra, como lo era Marie Clark).

Luego de que estuvo en un juicio, la condenaron a dos años de prisión en la cárcel del condado de Suffolk, pero, por suerte, su padre pagó una buena cantidad de dinero, para que no la transladaran allí. Dadas las circunstancias, la sometieron a prisión domiciliaria. Durante todo ese tiempo, permaneció encerrada en su propia casa. No obstante, había escapado cinco veces (razón por la que ya era conocida por muchos de los oficiales de Boston), y por otro lado, había planeado perseguir a Charlotte en algún momento. Pues la tenía entre ojos desde que Bradley la dio a conocer en las redes sociales.

Sicretum (algo oculta Salem)  Where stories live. Discover now