Capítulo 27: En el anfiteatro

91 51 27
                                    

Segundo día del año y primer día en el que Charlotte tendría que comenzar con las abominables tareas a las que estaba condenada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Segundo día del año y primer día en el que Charlotte tendría que comenzar con las abominables tareas a las que estaba condenada. Con los ojos abiertos, y pensamientos inquietos, observaba detenidamente la desnuda espalda de Bradley, sintiendo su respiración, que andaba despacio y hacia mover aquellos grandes músculos.

Hubo un pensamiento que de pronto, la hizo entristecer, mientras seguía observando en gran concentración el
lindo paisaje de piel:

«Ojalá no me dejes de querer por esto, tendré que volverme una horrible bruja para sobrevivir, ¿pero seré capaz de cortar una lengua? No se si sea capaz de eso o ¿sacar un corazón? No, definitivamente no, tal vez lo pueda obtener de algún laboratorio... o un anfiteatro, no lo sé, no quisiera hacer nada de eso, por favor Bradley, no me odies».

En ese instante, Bradley despertó, haciendo un gesto de malestar.

—Buenos días, ¿cómo amaneces? ¿Ya estás mejor? —le preguntó Charlotte, en un ligero susurro.

—Buenos días, amor, no pude dormir bien, todavía me duele el trasero, además tuve pesadillas con Edland —contestó Bradley, frotándose los ojos, que todavía lucían como cortinas medio abiertas.

—¿Pesadillas con Edland? —inquirió Charlotte, mirándolo detenidamente y frunciendo el entrecejo, mientras un escalofrío pasaba por su columna vertebral—. Lo siento mucho. Yo tampoco he podido dejar de pensar en eso... fue demasiado aterrador, creí que solo se trataba de Eleanor, Adhelaida, Connor, y unos cuantos más, ni siquiera pensé que hubiera una especie de rey en la Comunidad Sicretum.

—Sí, tampoco yo creí nada de eso, fue impresionante cuando nos llevaron al estadio y comencé a ver miles y miles de brujos que entraban, cantando esa rara canción —recordó Bradley, completamente pensativo.

—Sí, que horrible, a pesar de todo lo que nos ha pasado, sigo pensando que es una locura. No entiendo de donde salieron tantos de ellos —dijo Charlotte, concentrada en sus pensamientos, mientras creyó que lo mejor sería contarle a Bradley la verdad acerca de lo que sucedió en la corte, pese a que dio a conocer un intranquilo salto en el corazón.

—Son demasiados, nunca podríamos contra ellos, es como si fuera un ejército —añadió Bradley, mientras se daba cuenta que finalmente era libre de la sustancia rosa, debido a que sentía bastante liviano su estómago.

—Sí, sería imposible —comentó Charlotte, mordiendo su labio inferior con nerviosismo, y decidida a contarle la horrenda situación en la que se encontraba, aunque primero que todo, aclaró la garganta: —yo... tengo que contarte algo. Ayer no te quise contar porque estabas muy mal y no quise angustiarte ni nada de eso, pero tengo que decírtelo.

Bradley abrió los ojos y una cruel sorpresa cruzó su rostro.

—Dime todo lo que tengas que decirme, ¿qué sucede? —dijo, tratando de sentarse, y de un momento a otro, distinguió un ininterrumpido nerviosismo.

Sicretum (algo oculta Salem)  Where stories live. Discover now