»ASFIXIA«

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Olivia

Por la noche decidí ir a decirle a Eddie que me prestara su tarjeta. Era fácil hablar con él, sentía que lo conocía de más tiempo y yo hacía clic con los loquitos, inestables, erráticos y salvajes poco confiables. Caminé en la oscuridad y llegué a su edificio, entré a ese basurero y subí hasta su piso, forcé la cerradura, no había nadie en casa, entré y arreglé la cerradura, luego me senté en su sillón en completa oscuridad a esperar que llegara. Disociarme a voluntad era pan comido así que el tiempo se fue en segundos y cuando escuché un ruido volví a la realidad. La puerta se abrió, él entró a tropezones y cerro la puerta.

–¡Eres asqueroso! ¿Cuántas gallinas crudas tienes que comer? Y ese... Ese mapache, al menos quítale el pelo– Decía Eddie y cuando prendió la luz gritó muy fuerte al verme, un grito agudo, chillón y gracioso– ¡¿Qué haces en mi casa?!
–¿Tienes tarjeta de crédito?– Pregunté cruzando las piernas.

Él me veía incrédulo, con los labios gruesos medio abiertos, una ceja levantada y la otra abajo, la cabeza ladeada.

–Te pagaré si me la prestas y vas al cajero a sacar el dinero– Dije dejándome caer hacia atrás en su sillón– Y préstame un teléfono, dame tu número de cuenta.
–No puedes... No es... ¿Por qué tu...?– Él ni siquiera sabía que decir y yo lo veía con aburrimiento– Ya ni voy a preguntar nada, toma esto.

Me dió su teléfono celular y luego sacó una tarjeta de su cartera.

–Que lindo– Dije sonriéndole, me gustaba cuando un chico más grande y fuerte que yo, aparentemente, me obedecía así.

Anoté el número en un mensaje y se lo envié al teléfono de mi padre, seguro lo vería en unas horas.

–¿Y? ¿Qué vamos a cenar?– Pregunté pues tenía mucha hambre– Te prometo que si me alimentas te pagaré todo.
–No tengo nada, ni dinero, ni trabajo, nada– Contestó dejándose caer en el sillón junto a mí– Un bote de yogurt expirado hace meses ¿Te interesa?
–A estas alturas ya suena como una verdadera opción– Dije volteando a verlo, se veía desarreglado, deprimido, cansado, pálido... Exactamente mi tipo– Mañana que cobres el dinero... Toma lo que necesites para comprar lo que te haga falta.
–¿Cómo sabes que no me iré con él?– Preguntó aburrido y cansado.
–Sabes que te encontraría, además implica mucho esfuerzo y energía, dudo que tengas ganas de hacerlo– Contesté cruzando los brazos, solo asintió.
–¿Por qué yo?– Preguntó viendo a la nada con esos oscuros ojos azules.
–No conozco a nadie más por aquí y... Creo que también necesitas dinero– Dije viendo su cabello castaño claro revuelto– Y saber de tu sanguijuela negra radioactiva me da una ventaja extra.
–¡Oye!– Gruñó esa cosa saliendo de Eddie y yo sonreí con diversión, me esperaba esa reacción.

Nos quedamos viendo a la nada por un rato largo hasta que nos quedamos dormidos en el sillón.

Por la mañana...

Abrí los ojos con cansancio, me estiré y me dí vuelta, noté que tenía una manta encima y me enredé en ella. A mí alrededor no había nadie. Así que me quedé un rato más en esa posición hasta que la puerta se abrió, Eddie entraba con algunas bolsas.

–Hey– Saludé estirándome de nuevo y suspirando.
–Te invito algo de desayunar– Dijo soltando un sobre pesado sobre mi abdomen.
–Tal como yo lo veo... La que invita el desayuno soy yo– Contesté abriendo el sobre con mucho dinero.
–Que no, que no, que no, no puedes comerte su cabeza ¿Sabes por qué? Porque si lo intentas no vas a poder y romperá el trato, le dirá a todos y nos van a llevar a rastras al área cincuenta y uno– Susurraba Eddie de espaldas a mí en la cocina sacando cosas, gruñía y se quejaba, seguro hablaba con Venom– Así que te buscaremos otra cosa.
–¿Por qué siempre tiene hambre?– Pregunté aburrida, él levantó la cabeza y me miró confundido.

I'MM- LADY HEART OF THUNDER (Mini Libro)Where stories live. Discover now