»IX CHÉEL«

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Olivia

Miraba el techo de la enfermería, tenía un nudo en la garganta y dolor en todo el cuerpo. Moretones, dos costillas rotas, la pierna quebrada también, sangrado interno en el pulmón... Eso dijo el doctor. Ya era de día y no me sentía nada mejor, no estaba sanando igual que antes, mis pequeños rayos curativos no servían. Incluso me pusieron un maldito yeso en la pierna, me veía ridícula y por si fuera poco, ahora Druig y Akatzin entraban a la enfermería, traían su ropa normal de aquí.

–Yutsil ja'atskab princesa Ix Chéel– Saludó Druig con las manos en la espalda y ladeando la cabeza.

(Buenos días)

Los miré con molestia. Con cuidado y quejas me dí la vuelta para no verlos.

–Que dramática, vamos Olivia, fue un simple entrenamiento– Decía Akatzin sentándose junto a mí y poniendo cariñosamente las manos en mi hombro.
–¡¿Y por qué tengo las costillas y la pierna rotas?!– Grité pero me arrepentí al sentir dolor en el pecho.
–Oye, tuvieron que acomodarme la mandíbula– Contestó él con el ceño fruncido.
–De eso quería hablar, Olivia, tus huesos, no sabemos si solo es el de la pierna o todos, pero ¿Estás consiente de que tus huesos están carbonizados?– Preguntó Druig ayudando a que me sentara– Esto es parte de la tibia– Me mostró un pedazo pequeño de hueso carbonizado cómo madera.
–¡Oye! ¡Eso es mío!– Dije extendiendo la mano para que me lo diera.

No era un trozo grande, si al cazo unos dos centímetros de hueso astillado y quemado, tenía unas pequeñas marcas plateadas cómo dibujos de grabados antiguos.

–¿Cómo es que tus huesos son así?– Preguntó Akatzin tomando de mi mano el trozo de hueso– Tiene parte de un símbolo azteca, no distingo cuál pero son marcas como las que se han tallado en esqueletos... Cómo los cráneos decorados de día de muertos.
–No sé, tal vez tenga que ver el hecho de que morí por el impacto de un rayo cósmico y Mictecazihuatl me devolvió a la vida– Expliqué en un suspiró agotado– La última vez que visité el mictlán mis huesos ya estaban así.
–¿Sobreviviste al Bright Heart of Thunder, cruzaste el mictlán, conociste a Mictecazihuatl y reviviste pero no puedes vencerme en una pelea?– Preguntó Akatzin y se rió después de eso, yo rodé los ojos.

Druig me miraba con asombro, pero algo había cambiado en su mirada, era más brillante y profunda que antes.

–¿Ya vamos a desayunar?– Preguntó Morgan con una bolsa de hielo en la cabeza– Cielos ¿Qué te pasó?
–Te perdiste de mucho– Dije tratando de bajar de la camilla.

Akatzin me pasó unas muletas improvisadas y suspiré, debía ser una broma. Me sentía tan estúpida.

–Permíteme ayudar– Dijo Druig con voz calma y apacible.

Tomó mi brazo y me recargué en él para no caer mientras me acomodaba en las muletas.

–Nada como un buen entrenamiento amistoso para empezar la semana ¿No creen?– Preguntó Akatzin estirándose y haciendo que su omóplato tronara– Oh, así que faltaba ese de acomodarse.
–¿Entrenamiento amistoso?– Preguntó Morgan levantando una ceja y bajando el cojín con hielo.
–Los guerreros águila y jaguar son entrenados para matar al enemigo antes de que pase el minuto– Explicó Druig caminando junto a mí y viendo que no me fuera a caer– La mayoría tiene super fuerza, criogénesis, pirokinesis, zoomorfismo... Otros tipos de poderes, pero está prohibido usarlos aquí, queremos que nuestros hermanos no sean dependientes de ellos en su día a día.
–Y apenas lo dices– Bufé dando saltitos como estúpida.
–Su humor empeora a cada día, mi lady– Decía Druig con media sonrisa de diversión.
–Perdón si no me gusta estar en una aldea extraña de la cual no conozco casi nada y me utilizan de saco de boxeo– Contesté con sarcasmo al llegar al comedor.

I'MM- LADY HEART OF THUNDER (Mini Libro)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ