»MUSEO«

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Narrador

Olivia miraba la hoja de la espada en sus manos, Morgan veía los documentos de Kurt en la mesa, Kurt veía la espada, y Marc, él veía a Olivia. Su rostro confuso, las pecas en sus mejillas y nariz, sus largas pestañas y el cabello resbalando por los costados de su rostro. Algo le parecía tentador y agradable. Hasta que de la nada los ojos de Olivia se volvieron como esferas que contenían el universo, eso asustó un poco a Marc, pero solo duró unos segundos.

–Becker está aquí– Dijo Olivia levantando el rostro a la puerta– Sube las escaleras en este momento.
–Viene para acá, escóndanse, ya, ya– Decía Kurt en el momento en que Morgan corrió a una puerta que al abrirla se veía como un armario en el que había un estante con documentos, una escoba, un trapeador y algo de ropa colgada.
–Ya no caben, ni modo– Dijo Morgan cerrando la puerta.
–Por la ventana– Señaló Kurt y los otros dos corrieron para salir– No hagan ruido, hablaré rápido con él.

Marc y Olivia salieron por la ventana hasta un techo inclinado con tejas viejas.

Olivia

Estaba sentada en las tejas, agarrándome por los lados, Marc estaba más abajo, con las rodillas y manos abiertas sobre las tejas. Adentro escuchaba cosas. Así que cerré los ojos y pude ver la escena.

–Hola, hola– Saludó Becker parándose detrás de Hany.
–Ah, señor ¿Cómo está? ¿Qué lo trae por acá?– Preguntó Kurt con calma dándose la vuelta.
–Necesito las fichas de información sobre las piezas que vendimos, ya todo está empacado y listo para enviar, solo faltan las fichas– Explicó Becker y Kurt asintió.

El chico buscó por todo el escritorio y luego volteó a ver el armario con algo de nervios.

–Ah... Si, tengo un folder negro en el tercer estante de mi armario– Dijo Kurt en voz alta, seguro para que Morgan escuchara– Los ordeno para tener todo a la mano.
–Un chico muy ordenado, eso es bueno– Dijo Becker viendo el armario al que iba el otro.
–Si... ¡Ah! Quiero pedirle que revise esa vitrina de allá atrás, son unas piezas que se exhibirán en el museo la siguiente semana, pero quiero su opinión– Explicaba Hany mientras el otro se daba la vuelta para ir a ver– Es la esfinge de Hetepheres II, una escultura tallada durante el Imperio Antiguo de Egipto y es la esfinge de más antigüedad de todas las encontradas hasta la fecha, tiene el nombre de la reina Hetepheres II encontrada en el complejo funerario de Dyedefra en Abu Roash.

Kurt caminó al armario mientras Becker se volteaba, él abrió rápido la puerta dejando ver a Morgan que le tendía el folder, así que el otro lo tomó rápido y cerró de nuevo.

–Me parece fascinante, podríamos venderla, pero no parece muy atractiva, le falta algo de color– Dijo Becker viendo pieza en la caja de cristal.
–De hecho se cree que casi todas las obras arquitectónicas o artísticas del pasado como lo son las esculturas de los griegos y los egipcios tenían color, pero con el tiempo se ha caído todo rastro de pigmento– Explicaba Kurt caminando al mayor y tendiéndole el folder– Aquí está.
–Por eso te conservo conmigo, eres muy inteligente, te enviaré un sobre con tu pago– Dijo Becker revisando las hojas del folder– Sabes cómo odio los bancos, tienes que mover mucho para que la policía no se haga preguntas sobre tanto dinero.
–Si– Susurró Hany parándose junto a la puerta esperando que el otro se fuera.

Y de pronto abrí los ojos porque me resbalé, las tejas sobre las que me sostenía se desprendieron. No grité pero si me asusté. Me resbalé hacia abajo y cuando iba pasando por en medio de las piernas y brazos de Marc, este me sujetó con una mano. Me quedé quieta y nerviosa escuchando cómo algunas tejas caían por la cornisa hasta llegar al suelo. La cara de Marc ahora estaba a centímetros de la mía, sus brazos me rodeaban y sus piernas estaban a los costados de mis caderas. Me sentía acorralada por él y con el corazón latiendo a mil por hora, él solo estaba con expresión de seriedad, luego frunció el seño viéndome con desaprobación.

Narrador

Ambos hombres que estaban en el interior del museo giraron para ver la ventana.

–¿Y ese ruido?– Preguntó Becker caminando a la ventana.
–Es un edificio muy antíguo, señor, las tejas se caen todo el tiempo, debería “Donar” algo de dinero para la restauración del museo, así tal ver logre engañar un poco más al gobierno, ya sabe que las donaciones no se tienen que declarar como impuestos– Hablaba el doctor Hany con rapidez y nervios– Y si viene por aquí, mi asistente le dará las hojas del registro de donación.

Becker abrió la ventana pero no había nada afuera, más que un techo inclinado con algunas tejas sueltas.

–Bien, llévame con ella, este lugar deber seguir pareciendo lo más legal y en buen estado que se pueda– Dijo Becker regresando a la salida– ¿Estás bien, muchacho? Te veo muy pálido.
–No desayuné– Susurró Kurt mientras el otro salía de la habitación.

Ambos se marcharon dejando la puerta cerrada.

Olivia

Escuché que los dos se fueron, pero la verdad yo no quería moverme. Al darnos cuenta de que Becker caminaba a la ventana, Marc me tomó con fuerza y me jaló hasta la esquina del edificio, dando vuelta sobre la delgada cornisa. Él se sujetaba de unos tubos que pasaban hasta abajo en el suelo y yo estaba entre sus brazos.

–Ya se... Ya se fueron– Dije con la nariz pegada a la de Marc.
–¿Ahora tú estás nerviosa?– Preguntó y tragué saliva, mi corazón latió más fuerte.
–Yo no– Contesté frunciendo el seño, luego traté de salir de sus brazos pero no se movió– Marc.

No contestó, su expresión era sería pero con un brillo de emoción, luego me dejó ir. Caminé con cuidado por la cornisa hasta dar vuelta en el tejado y entrar por la ventana. Morgan recién salía del armario.

–Creo que me oriné tantito– Dijo Morgan y me reí con nervios.
–Yo también, pero creo que por razones distintas– Contesté viendo hacia atrás por dónde entraba Marc.

Y la puerta se abrió de golpe, y todos gritamos del susto... Hasta que vimos a Kurt entrar agitado.

–Eso fue horrible– Dijo Hany viéndonos con una mano en su pecho.

Nos relajamos y estuvimos todo el día con Kurt, buscábamos una respuesta aunque nunca llegó. Estábamos tan cansados y hambrientos que nos quedamos dormidos en los sillones pequeños que tenía la oficina.

I'MM- LADY HEART OF THUNDER (Mini Libro)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt