EPÍLOGO

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Después de la ceremonia, todos fueron a celebrar justo allí. Primero fue el banquete, a lo que muchos habían ido en realidad. Fue un estilo coctel, donde había bocadillos y bebidas traídos por meseros en bandejas. El ambiente era tranquilo y bastante alegre. Naruto estuvo con Itachi recibiendo a los invitados más importantes por órdenes de Kakashi, aunque los dos sabían que hizo eso para poder librarse de su trabajo e ir a beber antes de que todo se terminara.

Recibieron a los cuatro Kages. Gaara vino con sus hermanos y traían varios regalos. Gaara parecía feliz a pesar de que su rostro aún se mantenía serio, aunque eso solo fue para Naruto, para Itachi solo le advirtió que, si la lastimaba, él se encargaría de él por sus propias manos. Itachi solo había asentido algo nervioso. Recibir la amenaza de un Kage no era muy buen regalo. Luego llegaron A y su hermano, hubo un regalo bastante extraño que Killer Bee les dio: un par de almohadas que decían «Sí», y «No». Solo había dicho que eran respuestas cortas para la cama. los dos habían quedado en blanco cuando dijo eso. Luego llegó la Mizukage felicitándolos y diciendo a cada rato que les tenía envidia. Por último, llegó el Tsuchikage deseándoles lo mejor y dándoles varios regalos.

Cuanto terminaron con la recepción, fueron a buscar un lugar para estar tranquilos. Allí encontraron a Kakashi bebiendo relajado en una silla coqueteando con Shizune. Parecía estar disfrutando su día libre, así que no decidieron molestarlo.

—Las cosas van bien —murmuró Naruto mientras sentía alivio en todo su ser.

—Sí, todo gracias a ti —comentó Itachi haciéndola sonrojar—. Sin tu organización, no creo que esto hubiera salido bien.

Naruto suspiró de alivio mientras recordaba todo lo que tuvo que hacer para que todo estuviera perfecto. Sus amigas fueron de mucha ayuda de la misma forma, por lo que no se podía llevar el mérito sola.

—Te queda muy bien ese kimono —dijo Itachi.

Se había cambiado por otro kimono después de la ceremonia, ahora trayendo uno de color rojo con bordados dorados. Naruto solo sonrió y comenzó a caminar un poco más rápido. Era ya de noche, por lo que hacía un poco de frío, así que muchas personas ya estaban bebiendo de más. Ellos también se unieron a su fiesta.

***

Todo había terminado bien. Eran las cinco de la mañana cuando todos se fueron a sus casas. Itachi y Naruto no podían estar más cansados. A pesar de ello, debían arreglar todos los regalos y alistarse para salir en la mañana rumbo a su luna de miel.

—Hay que ver los regalos —dijo Naruto, con un tono alegre. Itachi rió.

—Está bien, vamos.

Ambos fueron a la sala de estar, en donde habían dejado todos los regalos. Se sentaron en el sofá y comenzaron sacando los más cercanos. Él primero fue por parte de Shisui. Les dio una botella de whisky con una nota que solo decía «Que los disfruten en su luna de miel. Quiero sobrinos»

—Nunca va a cambiar, ¿verdad? —dijo Naruto.

—No. Así es desde que lo tiraron de bebé. Sigamos con el otro.

Así estuvieron por un buen par de minutos. Muchos de los regalos eran bastante útiles, aunque Naruto no pudo contener su rubor cuando vio varios paquetes de condones, regalo de la Mizukage. Hubo varios cuadros para decorar su casa, electrodomésticos que Naruto agradeció con todo su ser, ya no quería batallar más en la cocina. Estaban por terminar hasta que vieron el último regalo. Era pequeño, envuelto en papel de color dorado con blanco. No decía de quién era. Lo abrieron y vieron un CD con el título de música clásica. También tenía una leyenda que decía «Romanticismo». Eso los sacó de su zona un poco.

—Hay que escucharlo —dijo Itachi.


Cuando abrieron la caja y vieron el disco, Itachi se quedó sorprendido cuando vio la misma estrella pentagonal invertida que su disco de Paganini. También había una nota.

Las cosas toman su tiempo. Siempre hay estrés, alegrías y desagrados, pero todo valdrá la pena cuando se vea el final correcto, ¿no es así? Espero que vivan felices y que no dejen de confiar uno en el otro.

Anónimo


Naruto terminó de leerlo y se preguntó quién había regalado esto. Negó con la cabeza y tomó el disco. Lo puso en su reproductor y pronto comenzó a sonar una canción lenta de piano con guitarra. El bajo se escuchaba bastante bien dándole compas a la canción. Luego miró que Itachi se levantaba de su lugar y le tendía la mano.

—¿Quieres bailar un rato? —preguntó. Ella sonrió y tomó su mano.

Él puso una de sus manos en su cintura y la otra en su espalda. Ella rodeó su cuello con sus brazos y comenzó a moverse al ritmo de la canción. Era bastante agradable estar así de cerca. Podía sentir su calor y oler su perfume. Olía un poco a alcohol, pero no era tanto, apenas un cosquilleo en la nariz. Lo miró y notó que él estaba sonriendo. Eso cada vez se hacía más habitual, y solo podía estar más feliz por eso.

—Me gusta tu sonrisa —comentó en un tono bajo—. Ya no es tan fría, es más cálida.

—También me gusta cuando sonríes. Te ves más hermosa.

Naruto lo besó y después recargó su frente en su hombro. Estaba feliz. Solo quería que esa felicidad durara para siempre. Al final del día, solo eran ellos dos contra el mundo, ¿no?

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Pero también la amé y disfruté de escribirla. 

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiWhere stories live. Discover now