CAPÍTULO 33

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¿Hacia cuánto tiempo se había ido Naruto? Itachi no recordaba mucho. Sospechaba que ya casi un mes desde aquello, o tal vez menos. Como cualquier otro día, estaba hasta el borde de trabajo. Gimió en resignación cuando su secretario le trajo más documentos a su escritorio. Se llevó las manos a su rostro y después de meditar unos minutos continuó con su trabajo pendiente.

Pasadas algunas horas por fin pudo tomarse un descanso. Suspiró con alegría contenida dentro de sí. Dejó de lado su trabajo y salió a escondidas del edificio de la policía Uchiha. En ocasiones se preguntaba por qué eran los únicos en tener tanto trabajo, pues era bien sabido que los demás clanes no tenían tanto trabajo, solo se encargaban de suministrar las viviendas, mientras que él siempre estaría rodeado de misiones de la policía. ¿Acaso fue su castigo por su poder? No lo creyó, realmente eran el clan más poderoso de toda la aldea, inclusive del País del Fuego, y eso les llenaba de orgullo.

Llegó al local más cercano donde vendían algunos postres que tanto le gustaban. Entró y sin preámbulos ordenó dos órdenes de Dango y una taza de té verde. Esperó su orden por unos minutos hasta que se la trajeron. Se relajó cuando dio el primer bocado a la esfera rosa. Realmente amaba el Dango. Todo lo dulce le encantaba. Siguió así por unos segundos, ignorando todo a su alrededor hasta que sus sentidos se encendieron. Sus ojos se abrieron de inmediato y apenas pudo esquivar cuando algo se abalanzó contra el local. Se giró inmediatamente y se paralizó cuando vio a un perro naranja bastante grande atacando a los clientes. Supo en un instante que se trataba de alguna invocación, por lo que sabía que esto sería un poco más complicado que lidiar con un animal salvaje. Este saltó sobre una mesa y las personas gritaron horrorizadas. Sus colmillos asomaban por su hocico viendo a cada uno de los clientes, quienes horrorizados no podían mover un solo musculo.

El perro abrió su hocico y de una forma tan rápida que Itachi casi lo perdió, se lanzó hacía una mujer que ni siquiera le dio tiempo de gritar. Apenas pudo detener al can con un kunai atravesando su lengua. Este chilló y su mirada se dirigió a Itachi. Este sacó otro kunai y se quedó viendo fijamente al animal.

—¡Todos salgan de aquí! —gritó. En menos de cinco segundos todos los clientes y trabajadores habían huido de allí—. Bien, ahora solo estamos tú y yo.

El perro pareció sonreír y se abalanzó contra Itachi. Se defendió con su kunai, pero el perro era ágil. Apenas podía esquivar las mordidas del perro, y no quiso activar su Sharingan para contrarrestar eso. Se mordió el labio y estaba por clavarle el kunai en el ojo, pero todo cambio cuando vio los ojos de animal. Ese patrón de anillos sobre la pupila lo reconoció de un pergamino que había leído. Era el Rinnegan. Se estremeció levemente y no pudo evitar cuando el animal le mordió el brazo. Gruñó y salió de su estupor para al fin clavarle el kunai en el ojo sacando otro chillido del animal. Este se separó de su brazo y gruñó. Esperó que el animal volviera a atacar, pero no sucedió. Este giró la cabeza hacia fuera y salió corriendo de allí. Respiró profundamente y con valor salió en busca del animal, pero pronto se estremeció cuando vio el panorama de la aldea.

Varios ninjas guiaban a los civiles a los refugios de la aldea, los cuales estaban en la montaña con los rostros esculpidos de los Hokages. Supo de inmediato que la aldea estaba bajo ataque, y todas las probabilidades apuntaban a solo un grupo que estaba interesado en hacer eso. Akatsuki estaba atacando a Konoha.

—¡Oye! —le gritó a un Chunin que corría en dirección del edificio Hokage—. ¿Quiénes nos atacan?

—¡Akatsuki, han venido hasta aquí varios de sus miembros!

—¿Cuántos?

—No lo sé, pero creen que son más de dos. Debemos resguardar a los civiles y Genin en los refugios —bramó y sin esperar a que Itachi pudiera decirle algo más se fue.

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiWhere stories live. Discover now