Una cálida sonrisa | Naruto Fem x Itachi

CAPÍTULO 61

Entre sus dedos tomó un kunai y comenzó a girarlo. Su vista estaba fija en el filo plateado de la navaja. Hacía tiempo que no había usado un kunai, si bien recordaba, había sido durante la guerra ya casi dos años atrás. Itachi suspiró y comenzó a tomar más kunais, hasta que cada uno de sus dedos tuvo uno. Miró al frente a su objetivo. Su ojo se agudizó mientras afinaba sus demás sentidos. Sus oídos captaron el breve sonido del viento, y como este golpeaba al pasto y a las hojas del bosque. Su nariz captó el olor de los robles, pinos y abetos. Su pie izquierdo dio un paso atrás para tener una mejor postura. La mano con todos sus kunai la tuvo al frente de su vista. Luego se le escapó una breve risa. Lanzó todos los kunais hacia arriba de él. Con su otra mano tomó un kunai de manera rápida y lo lanzó a uno de los kunais que había lanzado antes, todo con la finalidad de que alterara su trayectoria y esto fungiera como el efecto dominó. No pudo evitar sonreír cuando todo salió a la perfección, aunque pronto se alteró cuando sintió una firma de chacra corriendo hacia él. Se giró solo para ver a su hermano al lado del árbol en el que había ensartado un kunai.

—Sasuke ¿qué haces aquí?

—Nada. Solo vine aquí cuando sentí tu firma de chacra. Es bastante sorprendente verte entrenar después de tanto tiempo. Creí que ya no harías eso desde la guerra.

—Necesito seguir puliendo mis técnicas de lucha, Sasuke. Después de todo, uno nunca sabe cuándo volverán a requerir de mis servicios como Shinobi.

Miró a Sasuke por un breve segundo. Luego su vista fue directa al kunai que había clavado en el árbol. Recordó cuando aprendió a hacerlo cuando apenas era un niño pequeño. Y eso solo desencadenó otro recuerdo de Sasuke pidiéndole con voz chillona que lo entrenara en cada ocasión que tenía oportunidad.

—No creo que haya algún conflicto tan grande para que salgas de tu oficina. Pero tampoco puedes descuidar tu físico. —comentó Sasuke mientras se cruzaba de brazos y se recarga en el tronco del árbol.

—Estoy de acuerdo con eso. Las naciones tienen una paz fuerte. Ya no simplemente vivimos con el miedo de quién atacará primero. Eso fue lo único bueno que ocurrió durante la última guerra... creo. Aun así, quiero seguir pensando que en algún momento Dios se apiadará de mí y me dejará de atar a esa oficina. Vivo con la esperanza de que tu hijo tome el puesto dentro de poco. Aunque para ello necesito que primero tengas un hijo, y para un hijo, necesitas pareja. Creo que moriré antes de ver a mi sobrino con el puesto.

Sasuke soltó un gruñido mientras lo veía con el entrecejo fruncido. Itachi sonrió un poco y se sintió bien mientras se burlaba de su hermano.

—Sería mejor que tú tuvieras un hijo. Ya tienes todo lo esencial, ¿no? Pareja, eres joven, y supongo que no sería difícil para ti cuidar a un niño —respondió Sasuke, con un tono divertido—. A parte, eres el mayor, es más conveniente que el heredero del clan venga por parte tuya.

Itachi negó con la cabeza mientras veía a los ojos de Sasuke. A pesar de todo, su hermano siempre parecía tener guardada esa carta para cada vez que él lo molestara. Soltó un suspiro y comenzó a guardar los kunais. Sasuke le ayudó con esa tarea también. Ambos no hablaron mucho después de eso. Cuando terminaron, ambos caminaron rumbo al complejo Uchiha. Durante la caminata, Itachi notó que Sasuke quería decirle algo. A pesar de que tenía interés en lo que su hermano diría, no quiso preguntar por ello. Al final, no tuvo que hacerlo.

—¿Cuándo va a ser?

—¿Cuándo va a ser qué? —preguntó Itachi algo confundido. Una de sus cejas se arqueó mientras veía con atención a Sasuke.