CAPÍTULO 42

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El capitán Yamato abrió la puerta de la casa. Todos entraron antes que él.

Naruto no tenía palabras. Seguía anonadada por lo que había sucedido en la cumbre de los Kages. Su mente no paraba de mostrarle la escena una y otra vez. Y eso ya la estaba cansando.

Miró a sus maestros, Kakashi y el capitán Yamato, quienes estaban mucho más silenciosos de lo habitual. Luego miró a Itachi, quien veía por una ventana al cielo que ya estaba tornándose oscuro ante la llegada de la noche. Ella no supo si hablar con ellos, o simplemente guardarlo todo en su mente. Se decidió por lo último.

Kakashi se sentó en el suelo. De un pergamino sacó su mochila y empezó a buscar algo en su interior. Naruto vio cómo sacaba cuatro paquetes verdes bien envueltos. Les dio uno a cada uno de ellos.

—Comida —solo dijo eso.

A pesar de que solo había desayunado unas barras de cereal, en ese momento no tenía apetito. Inconscientemente supo que los demás estaban en la misma posición. Siguió mirando a Kakashi, quien con desgano abría su comida. De pronto, este llevó una mano a su boca y escupió una pequeña llamarada de fuego que calentó la comida. Naruto se preguntó si eso no era peligroso en una casa de madera, pero al final decidió no darle mucha importancia. Después de todo, Kakashi normalmente sabía lo que hacía.

—Quieren que les caliente la comida —comentó Kakashi—. Supongo que ha de estar muy fría.

—Por favor —dijo el capitán Yamato en un susurro.

—Yo también —dijo Naruto.

Miró a Itachi, pero este seguía viendo por la ventana.

Le dio su comida a Kakashi para que la calentara. Cuando este se la devolvió, ella fue con Itachi. Se le acercó por un costado y se quedó allí parada. Intentó ver lo mismo que él, pero luego se dio cuenta de que su mente estaba en otro lugar. No dijo nada por cinco minutos. Solo comenzó a comer en completo silencio. Un minuto después, Itachi por fin pareció notar su presencia. La vio por un par de segundos, algo que la puso un poco nerviosa, y después miró su comida. Hizo lo mismo que Kakashi.

—¿Estás preocupado? —se atrevió a decir Naruto.

Itachi no le respondió de inmediato.

—En parte —respondió—. Pero creo que aún estoy confundido por conocer a Madara. O, bueno, por saber que Tobi en realidad era Madara. Simplemente es eso.

—¿Cómo era Madara? —cuestionó Naruto—. En la academia solo nos dijeron que fue uno de los fundadores de Konoha, y que después se enfrentó al primer Hokage por el puesto de líder.

Naruto esperó la respuesta.

—Antes no había ninguna aldea como tal —empezó a relatar—. Todos los clanes estaban en guerra por el territorio. Entre ellos, el clan Uchiha y el clan Senju. Durante décadas se habían enfrentado, pero llegó un tiempo donde hubo dos lideres que sobresalieron de ambos clanes. Para los Senju, fue Hashirama, el único poseedor del límite de sangre Madera. Y por el lado de los Uchihas, estaba Madara. Pero había algo en este último que no se había visto antes, o al menos así lo relatan, y eso era que poseía un Sharingan sumamente poderoso. Eso lo llevó a ser el gran rival de Hashirama, y la esperanza de los Uchihas. Pero hay algo que omiten en la historia, y se trata de su hermano, Izuna.

» Durante años, ambos se habían encargado de enfrentarse a los Senju con todo lo que tenían. Ambos habían despertado el Mangekyuo Sharingan a una edad temprana, por lo que eran considerados prodigios. Pero hubo algo que cambió muchas cosas. La muerte de Izuna. Se dice que Madara lo asesinó para robarle los ojos y así no perder su vista, pues el uso del Mangekyuo en exceso deja ciego al portador. Todo el clan lo tachó de loco, pero a pesar de ello, logró formar un tratado de paz con los Senju. Se fundó Konoha, pero Hashirama fue elegido líder. Madara molesto, se marchó de la aldea y nadie supo de él hasta que volvió con el Kyubi. Madara tenía la capacidad de controlar el poder por completo del zorro. Hashirama fue el único que se atrevió a enfrentarlo, y al final lo asesinó. Su esposa, Mito Uzumaki selló al Kyubi en sí misma cuando separaron el control de Madara. Todos dieron por muerto a Madara, y se dice que su cuerpo le fue entregado a Tobirama Senju, el segundo Hokage. Pero en realidad, nadie sabe sobre el cuerpo.

» Y ahora con lo que está sucediendo, ya no se que creer. ¿Enserio Madara siempre estuvo vivo? ¿Cómo es que se ve tan joven? No logro entender nada de esto.

Naruto no respondió. Ella misma no entendía nada de lo que ocurrió.

***

Cuando fueron a dormir, Naruto tuvo que ser acompañada por alguien, no fue sorpresa que Itachi fuera quien estaría atento a cualquier cosa extraña que sucediera en su habitación. O al menos así lo tomó ella. Kakashi había bromeado por varios minutos ante eso. Solo se calmó hasta que el capitán Yamato lo jaló de su chaleco fuera de la habitación de Naruto.

Al final, se giró para ver a Itachi, quien se fue a sentar a un rincón de la habitación. Este estaba buscando algo en su mochila. Naruto lo ignoró después de eso. Sacó su saco para dormir de un sello. Lo compuso y se recostó. Solo se quedó viendo el techo unos segundos hasta que el ruido de una envoltura llamó su atención. Nuevamente miró a Itachi, el cual tenía un chocolate en la mano. Veía por la ventana mientras comía el chocolate. Luego la miró.

—¿Quieres uno? —preguntó mientras sacaba otro chocolate de su mochila.

Naruto dudó por un segundo, aunque después se inclinó hasta alcanzar el chocolate. Se sentó en el saco de dormir mientras daba el primer mordisco.

—En algún momento, ¿creíste que todo esto de Akatsuki terminaría en una nueva guerra? —preguntó Naruto.

—Solo llegue a la posibilidad cuando atacaron a Konoha —respondió—. Pero deseaba que no fuera así. Que al final, lograríamos lidiar esto sin más pérdidas.

—Yo también deseaba eso. Ahora solo nos queda ser fuertes y darlo todo en el campo de batalla. ¡No dejaremos que ese imbécil de Madara logré su objetivo falso!

—Ninguna de las aldeas lo permitirá —comentó Itachi—, aunque deberemos esforzarnos mucho más para la reconstrucción de la aldea y para poder ser útiles en el campo de batalla una vez más.

Naruto rio un poco. Apenas fue audible el sonido dulce de su risa, pero Itachi lo escuchó y sonrió inconscientemente. Ella vio eso, pero no le tomó la suficiente importancia.

—¿No vas a dormir? —le preguntó Naruto.

—No. No puedo permitir que Madara aparezca en medio de la noche y nos tome desprevenidos.

Naruto estuvo de acuerdo con ello, pero se sintió un poco mal. Sabía que Itachi a duras penas dormía en la aldea, ahora tampoco podía dormir por esta cuidándola. Se levantó del saco de dormir y fue hacia Itachi. Este la miró con algo de sorpresa en su expresión. Ella se sentó a su lado sin decir ninguna palabra. Hacía frío, pero no le importó. Se quedó pegada al costado izquierdo de Itachi.

—¿Tampoco planeas dormir? —preguntó Itachi.

—No. No me parece justo que yo duerma y tú estés despierto vigilando.

Itachi asintió.

Ambos dirigieron sus vistas a la ventana; justo al cielo oscuro con algunas estrellas decorándolo. Había varias que podían ver, muchas más de las que se podían ver en Konoha. Ellos solo sabían de la estrella polar, la que señala al norte, pero de allí en fuera, desconocían las diferentes constelaciones.

—Cuando era niña —comenzó a decir Naruto— siempre imaginaba que en las estrellas había otros mundos. Allí habría otra Naruto viéndome, o al menos viendo hacia este mundo. Me aliviaba saber qué podía haber más allá del cielo. Más allá de la luna y del sol. ¿Habrá más humanos fuera? ¿Dioses? ¿Bestias?

—Realmente te gusta mucho pensar en otros seres —dijo divertido Itachi—. No te culpo, yo de niño pensaba en lo mismo. En alienígenas que querían el mundo y nosotros, los Shinobis, nos encargábamos de alejarlos de nuestros seres queridos.

Y así, la pasaron toda la noche. Platicaron sobre las fantasías que habían imaginado cuando eran niños, entre otras cosas del mismo índole. 

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiWhere stories live. Discover now