CAPÍTULO 71

1.3K 158 11
                                    

Con cada día que pasaba, Naruto se sentía más nerviosa. Solo faltaban cuatro semanas para la boda, y todo el estrés solo la hacía sentir a punto de explotar en cualquier segundo. Salió de su casa y fue en dirección al local donde le entregarían su kimono. En el camino se encontró con Ino, y ambas no perdieron el tiempo para recoger el kimono.

—¿No estás nerviosa, Naruto? —preguntó Ino, su tono un poco bajo pero se podía notar la curiosidad y alegría.

—Por supuesto. Aún no puedo creer que falte un mes para eso. Creo que tengo miedo.

Ino le dio una sonrisa sincera y más pequeña. Naruto solo la miró un segundo y después volvió su vista al frente. No debía tardar mucho o sino la tienda cerraría y tendría que ir después de una misión que ya tenía fichada.

—Es normal que estés nerviosa. Todo esto ya debe estar planeado y esas cosas, pero los nervios son muy normales. No sabes cuantas novias tuve que ver en la florería, todas llenas de miedos e inseguridades, pero todas al final de día se veían radiantes. Estoy segura de que tú serás la más brillante, bueno, hasta que yo me case, obvio.

Solo atinó a reír mientras seguía avanzando. Dobló la esquina y vio el local. Miró su reloj y solo pudo suspirar al darse cuenta de que llegó veinte minutos antes de que cerraran. Entraron las dos y fueron de inmediato al mostrador. La chica que atendía era nueva, por lo que estuvo sorprendida de ver a Naruto allí.

—Bu... Buenas tardes. ¿En qué les puedo ayudar? —balbuceó mientras daba una tensa sonrisa.

—Solo venimos a recoger un kimono —respondió Naruto devolviéndole una sonrisa para calmar a la nerviosa chica—. Aquí está el ticket. Dijeron que estaría listo para ayer, pero hasta hoy pude venir.

La chica tomo el papelito y les dijo que volvería en un minuto. Naruto e Ino se quedaron solas en la tienda, aunque Naruto solo se quedó viendo hacia donde la chica se había ido. Ino se le acercó y comenzó a ver desde lejos lo que la tienda tenía de nuevo. Ella parecía muy tranquila, muy en lo contrario de Naruto.

Contó los segundos, ni siquiera sabía por qué estaba tan impaciente, pero sabía que se sentiría mejor cuando ya estuviera con el kimono en su casa. Siguió esperando por lo que fueron dos horas para Naruto, pero solo dos minutos en realidad.

—Oh, pensé que vendrías mañana, Naruto —saludó una anciana, ella era quien le había sacado las medidas y haría la mayor parte del kimono—. Bien, ¿gustas medírtelo antes?

—Claro.

—Bien, pasa por aquí. Es mejor medírtelo para ver si se tiene que dará algunos ajustes.

Naruto asintió y siguió a la anciana a los vestidores. Pronto reapareció la chica del lobby y le entregó en un gancho su kimono. Naruto sentía demasiadas ansias por verlo, pero primero entró al vestidor y lo sacó de la bolsa protectora. Sus ojos se maravillaron al verlo. Era de un color blanco con algunos bordados rojos dentro. Su obi* igualmente blanco con las orillas rojas. También venía con un haori* del mismo color. Estaba maravillada con lo que veía.

—¿Necesitas ayuda? —preguntó Ino, haciéndola salir de su encanto. Abrió el vestidor y asintió—. Bien, terminemos con esto.

Ino vio el kimono y de igual forma se quedó sorprendida por el resultado. Naruto sacó el kimono del gancho y comenzó a desnudarse para ponerse el juban*, en el cual Ino le ayudó. Fajaron sus pechos y pronto siguió la pieza importante. Fue bastante interesante ponerse la vestimenta. Parecía que ya era el día de la boda, por lo que se tomaban el tiempo de admirar cada pequeño detalle y ajustarlo para que luciera lo mejor posible. Al final pusieron el haori, dejando todo listo para observar.

Naruto se miró en el espejo y solo pudo atinar a decir un «Guau» de forma lenta. Sus manos temblaban mientras recorría con suavidad la tela suave de seda. A duras penas podía contener el aliento mientras sentía lo cómodo que era el kimono. Se giró para ver a Ino, quien tenía una sonrisa y parecía igual de sorprendida que ella.

—Luces genial —murmuró Ino—. Esta... ¡Guau! No puedo creer lo bien que luces con él. Es perfecto para ti.

—Ni yo misma puedo creer lo hermoso que es.

Sus palabras salieron con esfuerzo de su boca. Salió del vestidor para ver a la anciana, quien, al igual que ellas, quedó impresionada. Luego sonrió y le dio un vistazo más cercano a Naruto. Parecía estar juzgando cualquier punto de su trabajo para mejorarlo después. Después de un par de minutos se alejó y dio un asentimiento.

—Solo queda hacer unos arreglos para la parte de abajo del kimono —comentó la anciana, luego se giró hacia la chica del inicio—. Tráeme algunos alfileres del almacén.

—Claro que sí.

Pasaron otro par de minutos hasta que la anciana terminara de poner los alfileres para ajustar esos pequeños detalles de los que Naruto ni Ino estaban enteradas. Luego Naruto se quitó el kimono y le dijeron que podría volver dentro de tres días. Solo asintió y se fue con Ino por algo al pueblo. Bueno, en realidad Ino la sacó del local casi a fuerza. Le prometió ramen, por lo que Naruto salió del local al final del día.

Ambas chicas caminaron en dirección de Ichiraku Ramen para poder cumplir la promesa de Ino, quien ya sentía el dolor en su cartera al finalizar el día.

Después de cinco minutos llegaron al local de ramen. Tan pronto como se sentaron, Ayame apareció para tomar sus órdenes. Ino solo pidió un tazón, por el otro lado, Naruto pidió cinco tazones. Era grandioso como podía comer tanto sin engordar ni un poco. Todo sospechaban que era por el Kyubi, aunque en realidad era porque siempre los Uzumaki podían comer demasiado para abastecer su resistencia a su gran chacra.

—Sigo impresionada por lo bien que quedó el kimono. Te ves hermosa en él, Naruto. Me dejaste sin palabras.

—Yo también estoy sorprendida, nunca creí que podría quedar tan bien. Esa señora sabe lo que hace.

—Yo creo que fue por eso por lo que fue la primera en ofrecer su servicio a ti. Cuando me case, iré con esa señora para hacer mi kimono.

Naruto rió por eso y continuó con su tercer tazón de ramen. Ella iba a ser la primera de su generación que se casaría, y decir que estaba un poco avergonzada era decir poco. Cuando era niña siempre había repudiado la idea de casarse, aunque quisiese formar una familia cuando fuera una adulta. Creyó que podría adoptar algunos niños, y esa idea seguía en pie, pero casarse con alguien estaba hasta el final de su lista. Las cosas podían cambiar mucho en pocos días, eso había aprendido cuando se graduó de la academia.

Después de un poco de tiempo, ambas chicas abandonaron el local. Naruto pagó lo suyo, diciendo que nunca dejaría que Ino pagara su parte o, al menos, no por el momento.


*Faja del kimono ajustado a la cintura, hecho de tela gruesa y bastante ancho.

*Chaqueta que se suele usar sobre el kimono.

*Ropa interior que se pone por debajo del kimono para protegerlo del sudor. 

.

.

.

Demasiado noche para acabar un capítulo tan corto, pero ya no había más ideas en mi mente. Buenas noches. 

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiWhere stories live. Discover now