Una cálida sonrisa | Naruto Fem x Itachi

CAPÍTULO 48

Gruñó con ira mientras salía de la cascada. Miró a los lados mientras sentía que su ropa escurría de agua.

«Debo ganarle esta vez —pensó, irritada—. Somos la misma persona, pero ella parece mucho más fuerte que yo. ¡Eso no tiene sentido!». Miró a su alrededor solo para notar que Itachi seguía allí, viéndola con un rostro imposible de leer. Eso siempre le había intrigado, pues siempre se había caracterizado por entender las expresiones de todos los demás, pero con Itachi era muy difícil hacer eso cuando este se ponía en su hora de trabajo.

—¿Aún no puedes vencerla? —preguntó Itachi mientras se acercaba. Le tendió una toalla, la cual aceptó con gratitud.

—No. No entiendo el por qué —suspiró y se sentó en una roca mientras se secaba el rostro—. Ella tiene el poder del Kyubi, y parece poder controlarlo, y yo... bueno, solo tengo mi Rasengan. Pero no me rendiré, lo intentaré una vez más. Y esta vez sí lograré vencerla.

Durante un par de horas, Naruto estuvo meditando en una cascada, en donde le habían dicho que era el primer paso para poder controlar el poder del Kyubi de forma segura. Mencionaron que era para sacar todo el odio que tenía en su interior y así el Kyubi no pudiera tomar control de ella cuando intentara tomar su chacra. Naruto no tardó en ir a esa cascada e intentarlo. Creyó, ingenuamente, que sería muy sencillo, pero ya iba dos veces que su Yo de odio ganaba la batalla. Ella no podía dejar que el odio la consumiera, por lo que escapaba de esa inmersión para tomar un respiro y volver lo más pronto posible.

—Es difícil lidiar con tu yo interno —murmuró Itachi—, pero es algo que todos debemos hacer en un punto de nuestras vidas. Es aprender a lidiar con los errores en el pasado, aunque esos errores no fueran hechos por ti. No solo es perdonar, sino también saber apartar las cosas negativas y las cosas que te hicieron y te harán daño en un futuro. No es algo que podamos hacerlo a la primera.

Naruto se quedó pensando por varios segundos. Observó que Itachi veía a la cascada. Luego pensó en algo.

—¿Tú lo lograrías? —preguntó— O ¿ya lo lograste?

—No. No e intentado de esta «peculiar» forma, pero sí de otras, y no he podido, o no al cien por ciento.

—Bueno, debo lograrlo, o sino no podré controlar al zorro de mi estómago —comentó algo divertida.

Le devolvió la toalla a Itachi y se levantó para volver a meditar en la cascada. Estaba completamente decidida a lograr vencer su yo interno. Se dijo a sí misma que la tercera siempre es la vencida.

***

Shisui miró como su clan se iba dividido en cuatro grupos: cada uno con siete integrantes. Solo irían veintiocho Uchihas a la guerra, los demás se encargarían de la protección y reconstrucción de la aldea. Él mismo iría en otro grupo junto a un par de Chunin Hyuga y el hermano de su mejor amigo. Miró a Sasuke, quien tenía en la mano un kunai. Miró que el sol estaba por ponerse. Después los cuatro equipos se separaron y se perdieron de vista en el follaje del bosque.

—¿En cuántas horas deberemos salir? —preguntó Sasuke.

—Alrededor de cuatro a cinco horas —respondió Shisui. Metió una mano en su bolsillo y sacó una paleta de cereza. La abrió y comenzó a saborearla—. Necesitamos estar separados para que seamos más difícil de encontrar. Si van grupos numerosos o muy seguidos serán una alerta al enemigo, por ello saldremos en periodos de varias horas.

—¿Y no es más peligroso ir separados?

Shisui solo se encogió de hombros.