CAPÍTULO 56

1.1K 154 14
                                    

Se sentó algo cansado sobre el pasto. Solo pudo sentirse algo feliz de ver al niño pequeño justo frente a él con una sonrisa en su rostro. Óbito también sonrió cuando el niño se dejó caer en el pasto mientras estiraba sus pequeñas piernas y brazos.

—Estoy muy cansado —balbuceó el pequeño.

—Bueno, eso puede ser porque estuviste escapando de mí por casi media hora, Itachi —comentó Óbito.

Itachi solo rio un poco mientras se sentaba. Estaba rojo de la cara por haber estado corriendo bajo el sol por treinta minutos. Eran de las pocas veces en las que Itachi se comportaba como un niño. Junto a su tío Óbito no era el heredero del clan, o el protegido de Fugaku, no, simplemente era un niño más. A Óbito siempre le gustó ir a la casa del Jefe del Clan antes de cada misión para jugar un poco con Itachi. Era un pequeño ritual que hacía para que las cosas salieran bien en cada misión. O eso creía él. Aparte, también no podía evitar ver de reojo a la madre de Itachi, sobre todo cuando lo invitaba a comer. Mikoto Uchiha era una de las pocas personas que no lo tachaban de idiota, y eso lo hacía sentir feliz.

—¿Irás a una nueva misión? —preguntó Itachi después de unos segundos.

—Sí —respondió acompañado de un suspiro—. Espero volver pronto, aunque esta misión será más larga y peligrosa que las anteriores.

Cuando dijo eso, el rostro del pequeño Itachi pareció iluminarse. Este se inclinó un poco hacia Óbito debido a su entusiasmo.

—¿¡Qué vas a hacer!?

—Oh, bueno. No te puedo decir aún, Itachi —respondió óbito mientras lanzaba una pequeña carcajada—. Cuando nos volvamos a ver, responderé esa duda. ¿Está bien?

—Está bien.

—¡Genial! —exclamó—. Entonces creo que ya debo irme. Supongo que mis compañeros de equipo están esperándome.

—¿No puedes quedarte un poco más?

—Hoy no, Itachi. En una semana estaré de nuevo aquí. Te lo prometo.

Itachi no pareció muy convencido, pero después de un par de segundos aceptó el trato. Óbito solo sonrió y se levantó de allí.

—¡Nos vemos después, Itachi! —se despidió Óbito mientras se adentraba en la casa del Jefe del Clan. Para su suerte, este no estaba en ese momento, por lo que solo tuvo que despedirse de Mikoto. Le dio una sonrisa y se marchó de allí.

Salió a la calle, en donde ya varios Uchihas estaban caminando, haciendo sus rutinas diarias. A pesar de eso, pudo sentir las miradas de la parte Shinobi sobre él. Luego escuchó los murmullos.

«Allí va la oveja negra»

«Ese pobre idiota. ¿Enserio cree que algún día será un gran ninja? Solo se está engañando a sí mismo»

«Es una decepción para el clan»

Óbito solo comenzó a avanzar más rápido. Ya quería salir de allí, aunque supiera que los comentarios seguirían.

«Malditos hijos de puta. ¡Un día les demostraré lo equivocados que están!», pensó con determinación. Lamentablemente ese semblante cayó cuando vio a Fugaku Uchiha caminando hacia él. Bueno, no directamente hacia él, sino que este iba a su casa. Óbito intentó escabullirse, pero su vestimenta no ayudaba al caso. Se regañó a sí mismo por no seguir los consejos de su maestro en cuanto a vestimenta, pero siempre fue fanático de su traje y sus gafas. Eran una característica de él. Pasó al lado de Fugaku, y pudo sentir la decepción en la mirada que este le dio. Tensó su mandíbula y sus manos se volvieron puños. Nunca se había llevado bien con Fugaku. Desde que tenía memoria, siempre lo había menospreciado. No sabía el por qué, pero presentía que debía ser por algo que hubiesen hecho sus padres o abuelos. En ocasiones se preguntaba en cómo fueron sus padres para que Fugaku lo odiara.

Siguió avanzando mientras su mente se ocupaba en cómo se vengaría de la actitud arrogante de Fugaku.

***

Después de algunos minutos, los tres dejaron de lado la sorpresa de ver a alguien que creyeron muerto por varios años. Kakashi era el más afectado por la revelación. Este dio un paso al frente y con todo el coraje que pudo reunir, dijo:

—¿Por qué estás haciendo esto, Óbito?

Este dio dos pasos al frente. Una sonrisa burlona se mostró en su rostro mientras extendía sus brazos a los lados.

—Oh, no hay un motivo concreto. Hay varios —respondió con un tono seco. Sus manos fueron al frente suyo—. Pero puedo decir que hubo algo que lo desencadenó —sonrió y sus dedos formaron un gancho frente a su boca—. Fue porque la dejaste morir. —Terminó de decir y un segundo después lanzó una gran llamarada de fuego en contra de ellos.

Todos evitaron las llamas. Ninguno pudo evitar sorprenderse por el nivel del Jutsu. Eso debía exigir bastante chacra, algo que muy pocos Shinobis poseían. Lamentablemente, esa no fue la única sorpresa. Todos lo sintieron un segundo antes. El polvo se levantó cuando algo cayó al lado de Óbito. Cuando el polvo se despejó, todos pudieron ver al verdadero Madara. Este traía una mirada seria que alertó a todos allí.

—Veo que aún no la capturas —comentó Madara—. ¿Por qué te ha tomado tanto tiempo?

—No es algo que importe en realidad —contestó Óbito.

Itachi y Naruto se quedaron congelados cuando juntaron dos cosas.

—¿Qué le pasó a los Kages? —preguntó Naruto.

Madara se inclinó un poco hacia ella. Una expresión burlona se mostró en su rostro.

—No hay que preocuparse por ellos. Ya dejaron de pelear hace mucho.

Itachi sintió que se mareaba un poco por la información. Un segundo después su mirada se endureció en contra de Madara. Su ojo brilló en color rojo mientras adoptaba la forma de su Mangekyuo Sharingan.

—Un Uchiha —murmuró Madara—. Podré ver cómo han avanzado las generaciones con este niño. Supongo que puedo divertirme un poco —dijo mientras los ojos de Madara se volvían hacia los ojos de Itachi—. Espero que me des más batalla que los Kages. Será rápido. Tengo a alguien que cazar.

—¡Para tenerla, tendrás que pasar sobre mi cadáver! —bramó Itachi mientras su ojo comenzaba a sangrar. Varias llamas aparecieron debajo de los pies de Madara, quien dio un salto lejos. Ambos volvieron a encontrar sus miradas. Madara sonrió con entusiasmo.

—Veamos que tienes para mí, niño —susurró Madara. 

.

.

.

Perdón por no actualizar, pero la escuela, el trabajo y esas cosas que no me dejaron escribir mucho cada día. Pero bueno, aquí estamos. 

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiWhere stories live. Discover now