CAPÍTULO 54

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En pocas horas las cosas habían salido de control para la Alianza Shinobi —nombre que pusieron las cuatro grandes aldeas para representar la fuerza militar en contra de Akatsuki—. A decir verdad, todos sabían que las cosas podían cambiar con el más mínimo error, pero nunca se esperaron que el ataque del enemigo fuera tan extraordinario. Claro, había un par de miembros de Akatsuki que no habían muerto. Deidara y Sasori, ambos peleando contra batallones de Chunin y Jounin. A pesar de ello, aún buscaban a dos sujetos: Orochimaru y Kabuto. Había una cosa que ambos sabían hacer muy bien, y eso era un ataque que nadie quería que sucediera, pero que al final pasó. Los muertos dejaron sus tumbas y se alzaron en contra de los vivos. Cientos de ninjas muertos despertaron de su sueño eterno, con sus mismas habilidades, aunque también con la capacidad de regenerar cualquier tipo de heridas. Eso era un gran problema para la Alianza Shinobi.

Se habían dividido en cuatro frentes, de los cuales cada uno intentaba abrumar a Akatsuki. Lamentablemente los más abrumados fueron ellos. Varios resucitados comenzaron a pelear contra ellos, lo que ocasionó que el avance de todos se detuviese. Todos temían que Madara hallase la forma de completar su plan, pero también temían perder la vida en esa guerra.

No solo fueron los muertos el problema para la Alianza Shinobi. También estaban los rencores que había entre las mismas aldeas por las guerras anteriores. Hubo en un principio intentos de asesinato por parte de cada aldea. Entre Konoha, los Hyuga estuvieron atentos a los ninjas de Kumogakure, pues aún mantenían el rencor de cuando secuestraron a la heredera del clan, Hinata Hyuga.

Fue un gran problema para Gaara poder ponerlos en el mismo camino en contra de Madara. Y aunque al final pudo hacer un discurso completamente improvisado, fue lo suficientemente conmovedor para que hubiera un poco de más control entre los ninjas. Aunque claro, eso no detuvo a algunos que igualmente atacaron a sus aliados en cuanto tuvieron la oportunidad. Gracias a Dios, esos tipos fueron erradicados al instante y nadie tuvo que sufrir las consecuencias de sus actos.

***

Cuando las cosas comenzaban a volverse más difíciles para el escuadrón de ataque, comandado por Gaara, todo dio un giro de 180°. Habían estado peleando con los antiguos líderes de las aldeas, a excepción de los Hokages. Cuando sintieron que estaban por perder y la esperanza los abandonaba, llegó alguien. Fue un borrón, pero les ayudó con sus contrincantes. Gaara sintió que le dolía la cabeza cuando reconoció a la persona. Allí estaba Naruto Uzumaki, a quien supuestamente debían proteger a toda costa, peleando como si nada importase más.

Se ahorró el regaño que le daría y mejor se enfocó en poder detener a los rivales. Así pasó varios minutos hasta que notó que Naruto estaba bastante confiada contra los rivales. Realmente se sorprendió de cuánto había avanzado en su Carrera Shinobi. Soltó un suspiro mientras sentía que todo estaba marchando como lo habían planeado durante las sesiones que tuvieron con los demás Kages justo una noche antes. Sonrió mientras sentía un poco de confianza mientras veía que los ninjas por fin estaban trabajando en equipo. Lanzó un suspiro al aire y se acercó a Naruto, quien parecía completamente alegre de estar en el campo de batalla.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Gaara, con un tono serio.

—¿Eh? —balbuceó Naruto—. Ayudo en la guerra, ¿no ves?

—Sí —respondió mientras se lamía los labios—, pero sabes que es peligroso que estés aquí. Deberías estar oculta y protegida de Madara.

—No soy débil ni una cobarde, Gaara —amonestó—. Puedo protegerme a mí y a los demás. No me voy a quedar de brazos cruzados mientras otras personas mueren afuera.

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiWhere stories live. Discover now