CAPÍTULO 53

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Cuando volvió a abrir los ojos, ya no estaba ni en su espacio mental ni en el lugar en donde había estado con su madre. Vio de frente a Killer Bee y al capitán Yamato. Ambos parecían sorprendidos al verla, sobre todo el capitán. Naruto no entendió mucho esa reacción. Sintió que aún tenía lágrimas corriendo por sus mejillas, por lo que rápidamente se las limpió con su brazo. Allí se dio cuenta de lo que llamaba la atención de los dos hombres. Estaba brillando, como si fuesen llamas anaranjadas con amarillo. Luego sintió que todo el lugar era mucho más diferente.

«Así que este es... el poder del Kyubi —pensó—. Es realmente impresionante»

El capitán Yamato bajó su mano y solo balbuceó un «Guau» antes de sacudir la cabeza.

—Vaya. Realmente se siente muy diferente este poder que el de las anteriores veces —comentó el capitán.

—¡Impresionante! Se puede sentir el poder en ella. Ahora sí dejarás huella —declaró Killer Bee.

Naruto terminó de limpiarse las lágrimas y les dio una sonrisa enorme a ambos.

—¿Qué sucedió allí dentro? —preguntó el capitán Yamato, con un tono amable, después de unos segundos.

—Solo... hablé con una persona especial —respondió Naruto.

El capitán Yamato no dijo nada. Solo le dio una sonrisa suave y le despeinó un poco el cabello.

—Ese chacra se siente muy cálido —comentó después de volver a bajar su mano—. ¿Cómo lo sientes?

—Es... raro —respondió Naruto mientras veía con detenimiento su cuerpo—. Es como si pudiera sentir la presencia de todas las personas en la fortaleza, y también me siento mucho más fuerte.

Killer Bee parecía feliz de escuchar eso. No pasó mucho para que el Hachibi tomara control en el cuerpo de Killer Bee y hablará con Naruto para explicarle lo que debía saber sobre el estado en el que se encontraba.

***

Pasaron algunas horas en las que varias cosas ocurrieron. Desde que Naruto obtuvo el poder del Kyubi, hubo algo que notó, y eso era poder sentir los sentimientos de la gente a su alrededor. Parecía ser la habilidad especial del zorro, algo extraño, a decir verdad. En el momento en el que Naruto se dio cuenta de que había muchas personas sufriendo a lo lejos, muy lejos de allí, miró al capitán Yamato, quien parecía confundido de su repentino cambio de actitud. Miró a Killer Bee, pero este parecía ignorante de lo que sucedía allí fuera. No pasaron más que unos cuantos segundos para que su cerebro llegara a la conclusión correcta. Se dio cuenta de que las personas que sufrían estaban luchando contra otros, pero era tantas personas que comenzaban a sentirse abrumadas por la importancia y el dolor que no se dio cuenta de que comenzaba a hiperventilar. Lo primero que vino a su mente fue la guerra.

Caminó hasta la salida, aunque el capitán Yamato intentó detenerla, fue inútil. Abrió la puerta con brusquedad, y no le importó el grito de dolor que dio Itachi cuando le estampó la puerta en su cara. Salió corriendo a través de los pasillos con Itachi, Killer Bee y el capitán Yamato detrás. Su mente estaba centrada en lo que ocurría fuera de la fortaleza, por lo que no le importó darles algunos golpes a los ninjas de Kumo para escapar de allí. Killer Bee le alcanzó el ritmo y le preguntó qué sucedía. No tardó en contestare, y también le preguntó si sabía lo que ocurría allí fuera. Este respondió que no tenía ni la más mínima idea. Según sus propias palabras, había sido llevado allí con la excusa de que iba a tener unas merecidas vacaciones, todo pagado por su hermano. Eso la confundió, pero en unos segundos razonó que los habían engañado para ocultarlos de Madara. Se sintió ofendida por ello.

A lo largo del camino para poder salir de la fortaleza, hubo varios ninjas que intentaron frenarlos, entre ellos Iruka, aunque este al final cedió al darse cuenta de que Naruto era mucho más fuerte de lo que esperaba. Ella le agradeció el gesto y le prometió que no lo iba a decepcionar. A pesar de ello, no evitó que más ninjas intentaran detenerlos. Aunque hubo una persona que sorprendió a Naruto, y esa fue Tsunade. Ella iba acompañada del cuarto Raikage, A, quien parecía muy molesto con ambos.

—¿¡Qué creen que están haciendo!? —bramó molesto A.

—¡Deben regresar a la fortaleza! —ordenó Tsunade mientras cruzaba los brazos debajo del pecho y miraba hoscamente a Naruto.

Se quedó un par de segundos en silencio mientras veía con detenimiento a ambos Kages. Dio un paso al frente y se quedó observando fijamente a Tsunade.

—¿Por qué no me dijiste sobre la guerra? —gruñó Naruto.

—Eso no te incumbe, Naruto.

—¡Por supuesto que me incumbe! —refutó Naruto—. ¿Por qué nos mintieron? —les preguntó a ambos. A y Tsunade no dijeron nada, a lo que Naruto hizo una mueca.

—Niña, lo hicimos para protegerlos, a ambos, de Madara —respondió A—. Nos vamos a encargar de él en medida de lo posible, y para ello no necesitamos que ustedes se entreguen en bandeja de plata.

Entre los cuatro mantuvieron la discusión algunos minutos, hasta que A se cansó y dijo lo siguiente:

—Conozco que mi hermano es hábil, pero no puedo confiar en ti, mocosa —declaró A viendo a Naruto—. Demuestra que puedes vencerme y los dejaré marchar —añadió—, o de lo contrario, yo mismo me encargaré de devolverlos a la fortaleza, ya sea con huesos rotos o no.

—No me retes, viejo —respondió Naruto.

—Solo una persona ha sido capaz de superar mi velocidad —comentó A mientras reunía chacra en todos sus músculos. Eso hizo que un aura azulada emergiera y cubriera todo su cuerpo.

—¿Y quién fue esa persona? —preguntó Naruto mientras se tronaba los dedos de las manos.

—El cuarto Hokage.

Naruto sonrió cuando escuchó ese título. Un segundo después, A hizo una breve demostración de su velocidad apareciendo justo detrás de ella. Eso la dejó sorprendida, pero apenas tuvo la oportunidad de esquivar un golpe de A.

—¿Qué? ¿Ese es todo tu poder? —se burló A—. Ni siquiera estoy usando todo mi poder.

«Enserio es muy rápido», pensó.

No tardó en reunir el chacra del Kyubi nuevamente y comenzar a usar la velocidad que este le daba. Su cuerpo nuevamente comenzó a brillar en esas llamas naranjas y amarillas. Cuando miró a ambos Kages, pudo notar que los dos estaban muy sorprendidos por el cambio. Escuchó a Tsunade murmurar: «Logró dominar al zorro. Es muy impresionante». Eso hizo que se dibujara una sonrisa en su rostro. Estaba feliz de demostrar que había logrado lo que muchos juraron que era imposible.

A pesar de ello, A no se detuvo en el ataque, aunque ahora Naruto ya podía ver los movimientos. En cuestión de segundos, A decidió que no iba a contenerse más y usó toda su velocidad en un puñetazo que iba dirigido al rostro de Naruto. Ella a duras penas esquivó el golpe y corrió hasta unos metros detrás de A.

Con ese movimiento todo fue definido.

Tsunade hizo que ambos pararan. A y Naruto volvieron a su forma base. Tsunade relajó sus hombros y lanzó un suspiro al aire.

—¿Ya están seguros de que sí seré capaz de defenderme de Madara? —preguntó Naruto.

—Sí —respondió Tsunade—. Vi lo suficiente.

Naruto sonrió y estaba por abrazar a Tsunade, aunque esta negó con la cabeza.

—Váyanse antes de que me arrepienta —murmuró.

Naruto y Killer Bee no lo pensaron dos veces. Ambos salieron corriendo del lugar, dejando a Tsunade y A bastante preocupados de lo que ocurriría en el futuro. 

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiWhere stories live. Discover now