Capítulo 59: Del odio al amor.

Start from the beginning
                                    

Di un paso adelante y ahora era yo quien enfrentaba a papá.

-No lo has pensado, ¿cierto? -inquirí, y entonces ladeé la cabeza a un lado cuando papá me miró con el ceño fruncido, sin entender a lo que me refería-. Por supuesto que no -añadí, con un bufido, pues ya sabía la respuesta a esa pregunta-. Zane debe haber tenido una buena razón para hacer lo que hizo -expliqué, como si no fuese lo bastante obvio-. El siempre hace lo que dices, aunque no esté de acuerdo con la mayoría, todo para obtener tu aprobación. Pero estás demasiado concentrado en ti mismo como para que te importe -negué con la cabeza-. A propósito; tal vez Rikki no sea uno de tus clientes o un posible inversor, pero es mi amiga y no te permito que seas grosero con ella.

Papá me miró con ira contenida y el puño apretado, pero debió haber esperado esa reacción de mi parte. No me iba a quedar callada y de brazos cruzados viendo cómo maltrataba a mi amiga. Justo entonces fui consciente de que se habían formado por lo menos dos bandos en esta discusión: Rikki y ahora yo, luego estaba mi padre y ¿qué hay de Zane?

-Yo le hablo como quiera y si sabes lo que te conviene -pasó de mirarme a mí, a mirar a Rikki de arriba abajo, con genuino desprecio-... te alejarás de esta... chica -dijo escupiendo la última frase-. No sé qué cosas le dijiste a mi hija para ponerla en mi contra pero imagino que habrás engatusado a Zane. Es tú culpa que mis hijos estén fuera de control.

- ¿Eso es lo que piensas que es esto? -lo miré, incrédula.

-Estoy segura que ellos pueden pensar por sí mismos. -respondió Rikki.

Papá soltó un bufido. Cada vez que mi amiga abría la boca para decir algo, lo que sea, parecía activarse en mi padre el interruptor de la ira. Eso quedaba demostrado en la forma como la miraba, en cómo respiraba y cómo su cara se tornaba roja y apretaba su puño debido a la ira.

-Si vas a perder el tiempo con las chicas, al menos escoge una con futuro - ¿perdón?-. Como las que estaban en el seminario. Y lo mismo va para ti -me miró-. Cómo dije antes, es mejor que estés cerca de alguien como Emma y no con esta... chica.

Lo miré, atónita. ¡¿Cómo fue capaz de decir algo así?! No solo la menospreciaba, sino que también la rechazaba y despreciaba e incluso la humillaba. Me sentí enferma de solo ver el rostro de papá ¡La estaba tratando como alguien que no tenía ningún valor! Y él se creía mejor... ¿por qué? ¿Por qué tenía dinero? ¿Se creía tan importante como tener el derecho a ver a Rikki en menos?

- ¿Cómo puedes decir eso? -dije, entre dientes, temblando por la indignación.

Estaba por comenzar una discusión que amenazaba con ser peor que la anterior porque me sentía de humor para escupir algunas verdades... pero antes de que pudiera decir algo más, Zane se adelantó y se posicionó frente a mí, dándonos la espalda a Rikki y a mí, mientras era ahora él quien le hacía frente a papá.

- ¡SE LLAMA RIKKI! -Di un respingo ante el rugido que profirió Zane y llevada por un impulso, lo sujeté del brazo antes de que avanzara un paso más, porque estaba segura que de no hacerlo, se habría abalanzado sobre papá. Estaba realmente furioso, tanto era así que podía decir que incluso aunque no podía ver su rostro, porque me daba la espalda, podía sentirlo temblar por la ira y respirar de forma agitada. No recordaba haber visto a Zane tan enojado como ahora. Ni siquiera cuando nosotros dos peleábamos, que era muy seguido-. Y era una de las chicas del seminario -papá, lo miró y luego a Rikki, incrédulo. Yo solo asentí como confirmación-. Pero es más lista; no se lo creyó - ¿de qué rayos está hablando? Papá abrió los ojos como platos. Había palidecido notablemente-. ¡Y no soy tu chico de los recados y Kayla no es una muñeca que puedas utilizar a tu conveniencia, así que no nos trates como tal!

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaWhere stories live. Discover now