Capítulo 28 (final)

1.3K 274 6
                                    

He cambiado un poco el final. Espero que lo disfrutéis como el anterior. Aviso: sigue siendo muy dulce. Al final no ha habido tanto drama 🙏🏻🙏🏻🙏🏻🙏🏻.

Gracias! 🤍

La felicidad extrema era tan inmensa que daba miedo, aunque Erin lo conocía de primera mano, asustaba y la retenía a pasos iguales. El amor que sentía por su esposo crecía como la simiente que se había depositado en la tierra y florecía abiertamente al sol, dejando que con sus rayos de sol fuera amada y querida. No podía decir que no lo era, porque el caballero de sus pensamientos lo hacía con sus gestos, palabras y acciones.

Solo faltaba un pequeño pasito que parecía ser tan grande como un salto al vacío, estando ahí el temor deslizándose de que no fuera correspondida. ¿Pero que era el amor si no era un riesgo en la vida?

Muchos murieron por ese dichoso sentimiento, pero lo disfrutaron en vida mientras siguieron siendo unos pobres mortales. Ella lo quería seguir disfrutando, con los ojos cerrados y abiertos.

Así que, decidida, le escribió una nota citándole en el jardín cuando la noche se estaba asomando. El frescor se notaba en el ambiente, provocando que se abrazara impidiendo que las briznas heladas se colaran por el vestido. Se abrazó esperando, e intentando no correr hacia el otro lado y olvidar dicho lapsus.

Aunque el tiempo se le antojó eterno, él se presentó. No sin antes de dejarle su chaqueta, emanando de su prenda su aroma característico de él. Disimulando un poco o un tanto, inhaló su perfume.

- Te preguntarás por qué te he citado. Estoy hasta sorprendida y quizás me he atrevido demasiado.

- Inténtalo a ver qué ocurre. No hay nada malo por contarlo. ¿Qué puede ser más atrevido de lo que ya hemos hecho?

Le sonrió, agradeciéndole en su fuero interno de sobrellevar la situación. En todos sus años, no le había dicho a su padre que lo había echado de menos o que lo quería pese a que no llevaban una relación como sus hermanas con su padre.

- Podrías cantarme.

Esbozó una mueca sin que desapareciera la sonrisa.

- Canto fatal.

- Si me lo contarás en forma de cuento. Puede ser más fácil. ¿No se empieza con un érase una vez en un mundo lejano?

- Te dormirías de pie.

- No lo haría, aquí me tienes pasando frío y esperando.

- Pobre - se acercó y lo abrazó, dándole calor -. No sabías cómo pedírmelo.

- Siempre consigo lo que me propongo.

Puso los ojos en blanco.

- ¡Qué arrogante! - dejó que el silencio se interpusiera antes de añadir -. Me encanta estar así contigo.

- Yo también. ¿Era lo que me querías decir?

- No, hay más.

No rompió el abrazo, especialmente cuando las temperaturas bajaron aún más, acercándoles en esa burbuja.

- No sé cómo empezar o cuándo empezó, pero te has convertido en alguien esencial para mí. No quería que fuera otro que estuviera en tu lugar. Me has hecho volar sin saber que podía hacerlo. Sentir sin saber que pudiera dar también. Es cierto que tengo miedos y estos perduran en mí. Solo que me has hecho creer que es posible.

No la interrumpió, invitándola a seguir.

- Te quiero - lo dijo en voz bajita que no estuvo segura si la escuchó. Infló sus pulmones de aire y lo soltó -. Te quiero. Te quiero.

Un matrimonio inesperado (borrador)Where stories live. Discover now