Un trozo

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Lo siento si me repito mucho 🙏🏻

Todo lo que conllevaba una boda, la preparación y la celebración, la había mantenido ocupada. No había estado tan inquieta como ahora que se dirigía hacia una nueva etapa junto con su esposo.

Quizás el detalle de dejarla con su doncella durante el trayecto había estado bien, salvo que con sus pensamientos no le dejaron un poco de tregua. Y más cuando Blake estaba en el pescante y era consciente de que estaba en el vehículo mas lejos de ella.

- No puede ser que siga pensando en él - masculló entre dientes.

Era frustrante.

- ¿Milady ha dicho algo? - preguntó tras despertarse abruptamente.

- No, son los pájaros cantando. Continúe durmiendo.

Obedeció sin rechistar. Envidió la facilidad con la que se entregó al sueño. Era echar la cabeza a un lado y ya respiraba pausadamente con la boca abierta, reflejo de haber caído de nuevo a la somnolencia.

En cambio Erin fue mirando el paisaje del camino que iba viendo a través de la ventana, acercándoles a su destino, aunque aún les quedaba parar en la taberna. Todavía no se había hecho de noche. Respiró hondo y se dijo de descansar ya que más tarde podría necesitar más de su energía para estar plenamente de sus cuatro sentidos.

¿Para qué? ¿Para detenerlo si nuevamente tuviera que cumplir en la cama?

Gruñó para sus adentros y se obligó no pensar mucho en el tema no iba a ser que tentara mucho a la suerte.

Más un rato después... se hizo caso omiso.

¿En qué estaría pensando?, se estiró en el asiento buscando algo de calidez que procediera de los rayos de sol que llegaban a algunas partes del carruaje.

¿Lo habría decepcionado?

No podía igualar la experiencia de sus otras amantes más versadas en el amor. Era normal que en comparación con las otras salía perdiendo.

Su frente se arrugó disgustada.

- No me importa - dijo en voz baja. Se recostó más en el asiento e intentó dormitar como lo había hecho su doncella.

No supo con certeza si fue el persistente traqueteo o la calidez del sol, que fue como una nana para sus sentidos. Se durmió no sin antes de sentir la suavidad y la firmeza de una sensación. La protección y seguridad de un abrazo.

O pudiera ser que su mente lo hubiera conjurado. Imaginación o no, no se quejó por ello.

Un matrimonio inesperado (borrador)Where stories live. Discover now