Capítulo 5 - Alcohol, verdades y un Jax bastante caliente

Comenzar desde el principio
                                    

—Hola, ¿necesitas algo? —pregunté confundida.

Su expresión seguía intacta.

—Sí, necesito un favor.

—Eh... Escucha, creo que te estas confundiendo de chica y curiosamente estas sobre mi auto. Tengo cosas que hacer.

Me miró con cansancio y enojo.

—Eres Ellie Woods, vives en un departamento de pacotilla y tienes un gato callejero.

Mi ira creció inmediatamente. Pero el hecho de que esta mujer sabía todo eso sobre mí me asusto.

—Mira, no sé quién eres y no me importa un carajo—ladré enojada. Le quité el seguro a mi carro para que captara la indirecta y se moviera, ni siquiera se inmuto—. Pero es tarde y tengo a un gato callejero que alimentar. Buenas noches.

Parecía estar a punto de golpearme.

—Solo necesito que le des esto a Jax, dile que lo lea urgentemente.

Me tendió un sobre.

—Y-yo no c-conozco a ningún Jax —repliqué.

Podría estar metida en problemas si la voz se corriera. Supongo que refugiar a un criminal no era bien visto ante la ley.

Rodó los ojos—. No soy estúpida. Ahora, sino se lo das por las buenas, será por las malas. Escoge. —Me quede sin decir palabra alguna, su ceño se frunció, profundizando sus ojos cafés—. También tengo cosas que hacer, por si no lo sabes.

Wow, tampoco era necesaria tanta hostilidad.

—Okay —lo tomé—. Se lo daré. ¿Cuál es tu nombre?

Dio media vuelta, pero antes de perderse en la oscuridad, pronunció—: Melody.

Llegué al departamento y empujé la puerta con la cadera. El sobre de Melody residía en mis manos. Todo el camino estuve tentada a abrirlo, pero resistí; yo no era ese tipo de persona. Jax no se encontraba a la vista, pero escuché como dijo algo enfurecido en su habitación. Me dieron escalofríos. Caminé lentamente, tratando de ser sigilosa, y me detuve al lado de la puerta de su habitación. No estaba espiándolo... Bueno, sí. Pero ¡Hey! El chico poseía serios problemas, a parte tenía que darle el sobre.

Miré el suelo de madera e hice una mueca al ver lo sucio que se encontraba. Tendría que limpiar pronto, quiera o no. La voz de Jax cesó por lo que parecieron siglos, incrementando mi impaciencia. Solo se limitaba a contestar monosílabos.

Si, si, no, eh, no, sí.

Prácticamente eso fue todo lo que escuche por los siguientes cinco minutos. Comencé a jugar con mis dedos y decidí que ya era hora de irme. Bufé. En eso, la puerta de su habitación se abrió, dejándome totalmente expuesta. Me sonroje y él me fulmino con la mirada.

— ¿Estabas espiándome? —dijo crudamente.

Miré su torso desnudo y joder, este chico si sabía cómo matar a una chica. Ironía. Su tableta de chocolate parecía estar esculpida a mano, su piel estaba perfectamente bronceada y varias marcas de nacimiento la decoraban. También unas cuantas cicatrices. Antes pensaba que las V eran un mito, pero al ver las líneas formadas en su parte baja, bueno, todo parecía posible. Este chico tenía todo el potencial de un rompecorazones. Lo bueno que el mido ya se encontraba roto.

— ¿Ellie?

—Eh...—. No podría concentrarme hasta que se pusiera una camiseta.

Al parecer leyó mis pensamientos, porque entró a su habitación para coger la camiseta más cercana y pasarla por su cabeza. Suspiré con alivio y vergüenza. Él sonreía divertido, un hermoso hoyuelo apareció al lado de su boca.

A Little DeathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora