Gaara sonrió un poco por eso. Realmente no había cambiado Naruto en sus ideales, y eso le agradaba. A pesar de ello, no podía ceder ante eso. Puso una mano en el hombro de Naruto y la miró a los ojos.

—¿Y qué tal si te atrapa Madara? Todo esto será en vano, Naruto. No podemos dejar que vagues por allí cuando tu cabeza tiene un precio muy alto.

Naruto hizo una mueca.

—Solo soy un clon. La original está en otra parte. A parte, no permitiré que eso suceda. No soy débil, y ya he podido con varias personas que se creían invencibles. Esto no será diferente.

Ambos dejaron de discutir cuando notaron que la gente parecía inquieta. Alzó su vista a una meseta cubierta de arena para ver al resucitado segundo Tsuchikage haciendo varias señas con las manos. Eso lo alertó. Creyó que ya lo habían derrotado. Intentó adivinar qué Jutsu estaba haciendo, pero no pudo distinguirlo. Vio a lo lejos al tercer Tsuchikage, quien regía actualmente el puesto, frunciendo el entrecejo. Se dio cuenta de que también parecía intentar averiguar qué estaba haciendo su maestro. Volvió a mirar al resucitado, solo para sentir un vacío en el estómago cuando notó que el segundo ponía una mano en el suelo. Un segundo después salió un ataúd de madera blanco. Pensó en otro resucitado, pero no pudo saber de quién se trataba. Notó que también todos estaban ansiosos por descubrir la identidad del sujeto.

No se escuchó nada por algunos segundos.

El tercer Tsuchikage, Onoki, se acercó a él. Solo lo miró de reojo, pero pudo notar que parecía bastante tenso.

Dos figuras comenzaron a caminar a la orilla de la meseta. No reconoció al segundo tipo. Iba vestido con un traje completo de negro, y encima una armadura de batalla bastante antigua de color rojo. Pero había un rasgo distintivo que podía apreciar a pesar de la lejanía, y ese era el largo y rebelde cabello negro del sujeto. Miró a Onoki, quien parecía completamente anonadado por el sujeto. Estaba por preguntar si lo reconocía, pero él habló primero.

—Ese es... Uchiha Madara —pronunció Onoki.

Él y Naruto se quedaron congelados.

—¿Qué significa esto? —balbuceó Naruto.

—Sus ojos —murmuró Gaara—. Este hombre es un resucitado. La esclerótica negra lo afirma.

—Pero...

—No cabe duda. Él es Madara Uchiha —dijo Onoki—. Lo reconozco por completo.

—Y entonces, ¿quién es el enmascarado? —preguntó Naruto.

—Lo averiguaremos después —respondió Gaara—. Primero debemos encargarnos de él.

Gaara tragó saliva y empezó a reunir su arena lentamente. Notó que Madara veía detenidamente a la Alianza Shinobi y parecía divertido de estar allí. Gaara frunció los labios y lanzó su arena en contra de Madara. Este saltó al frente, cayendo sobre la punta de sus pies al suelo.

«¿Qué tan fuerte será este tipo?», pensó. Miró al frente, en donde todos los Shinobis se alistaban para atacar a Madara. Luego volvió su vista a Madara, quien empezó a dar pasos lentos hacia ellos. Sintió que su corazón latía demasiado rápido mientras veía que todos parecían asustados de ver al legendario jefe del Clan Uchiha. Por supuesto que todos sabían de sus hazañas en vida. Desde ser el más fuerte de su clan, inclusive en la actualidad aún era considerado por muchos el miembro más fuerte que el clan Uchiha pudo haber dado. No se le comparaban en nivel Fugaku Uchiha o su hijo. No, Madara estaba un par de escalones sobre ellos. Fue por ello por lo que cuando el enmascarado se había nombrado como Madara, todos se habían congelado. Pero ahora notó que en ese momento que estaba frente al verdadero, el miedo era aún mayor.

Una cálida sonrisa | Naruto Fem x ItachiWhere stories live. Discover now